Texto publicado por Elías Ellurence

hoy les dejo el cuento que he llamado "rojo como un tomate de oferta"

hoy les dejo otro cuento hecho por yoooo!ROJO COMO UN TOMATE DE OFERTA.

En la plaza central de Maitafa, el espacio que hay debajo de la palmera grande y esta provista de buena sombra y reparo, justo en frente al monumento a Lola Mora, en el sitio donde están ubicados los tres bancos. Cuando las tardecitas son lindas, se suelen juntar una barra de amigos que se sientan en esos bancos que están ahí emplazados, en forma de “u” esta muchedumbre se dedican solamente a tener charlas amistosas, de poco nivel cultural, sus objetivos es matar únicamente el tiempo libre, Que disponen.
Entre ellos suele concurrir Él gordo Raimundo, un personaje extremadamente palabrero, siempre tiene que contar una historia en la cual él es la gran estrella, a veces las invenciones (del gordo) suelen tener algo de verídico y la gran mayorías de las veces cuenta otros sucesos que suelen totalmente, faltar a la verdad, donde él siempre indiscutiblemente y afortunadamente es el gran héroe.
Siempre viste el mismo traje de color azul oscuro y camisa de color blanca con la misma corbata matizada con rayas de varios colores jamás cierra el saco para que luzca su corbata, Viste con esta indumentaria por que le encanta aparentar ser una persona de una jerarquía superior, a la clase trabajadora, a la que indudablemente Raimundo, pertenece
Por llevar el saco siempre desabotonado, por ese detalle, eso persistentemente los amigos lo cargan, diciendo (gordo tienes el bolsillo de el saco muy atrás), no es que el saco este mal confeccionado, sino es que el gordo tiene muy adelante el vientre por este motivo aparenta que el bolsillo de su saco cada día este más y más atrás, tiene una estatura que diríamos es normal aunque pareciese de estatura baja, por lo gordo, su pelo es enrulado de color oscuro entre canoso y usa barba larga y cerrada, esa chiva está algo más canosa que su cabello.
Desde que era muy Jove Eligió la profesión de panadero, siempre le gustó la elaboración de las comidas, pero considerando el consejo que dieron sus tíos (que nunca acepte un trabajo de cocinero por que los cocineros trabajan cuando los otros están de fiestas), (Raimundo de ningún modo poseyó mucho apego al trabajo), de todos modos se inclinó por el oficio de maestro panadero...porque los horarios del que hace el pan , no es igual a los horarios que tienen los otros trabajadores, (así el podía disfrutar a las mujeres de los otros trabajadores, que en ese momento están trabajando y él descansando).
Cosa que en su vida solo fue un sueño o una ilusión.
Como es común en los lugares donde se juntan personas con el objetivo de solo charlar, la gran generalidad son de vagos que no tienen apego al el trabajo, Raimundo tiene una gran popularidad entre los muchachotes que están en esa barra; por que son entretenido cuando escuchan sus patrañas. El día de hoy, Marcos, otro de los muchachos que suele estar sentado en uno de los tres bancos aportando sus palabras a las conversaciones de la barra, trajo la crónica que el baldío que esta en la entrada del pueblo armaron una gran carpa un grupo de gitanos.
Mario él armador de las disyuntivas de las charlas de la barra, con picardía pregunta ¿y que hacen los gitanos?
Juan él que se pretende ser el más sabio del grupo, explicó que lo gitanos barones el grupo de esta gente se dedican a comercializar vehículos y comprar hierro viejos y baterías en desuso, mientras las damas recorren las calles buscando almas que quieran saber de su suerte.
Justamente Fue las parte de la labor de las damas el disparador del el cuento memorable de hoy en día de Raimundo, sin saber o percibir, que los dichos de esta historia le iba a ocasionar algún disgusto, el día de mañana, solo por contarlo de forma presuntuosa y heroica.
La historia, que contó Raimundo fue inventada por él (cosa que esta muy acostumbrado hacerlo a menudo sin mucho esfuerzo). La invención que dijo nuestro amigo, fue larga en ella Raimundo contó un suceso que le ocurrió en un tiempo de vacaciones cuando él viajó a Mar de Plata, lugar donde se alojan muchas familias de gitanos, lo sucedido como lo contó el gordo, fue que el fue un gran estrella en contra de la forma de accionar de aquella infortunada gitana adivinadora de la suerte, dicho por Raimundo la dama se puso roja como un tomate de oferta y huyó despavorida, sin dirigir palabra alguna; después de haber procedido de el acto de adivinación del futuro de Raimundo, y la gitana quiso cobrarle El importe, él respondió con gran diplomacia que si ella era tan capaz de adivinar lo que iba a pasar en el futuro de Raimundo, como era que no presagió antes de hacer el acto de adivinación, que él cuando hoy salio del hotel INADVERTIDAMENTE se había olvidado de alzar efectivo que era necesario para que ella pudiese atesorar el monto de la consulta recién hecha.
Pero el gran infortunio que soportaría Raimundo seria la tarde posterior al día del cuento de la historia de el acontecimiento de la ciudad de Mar del Plata, esa tarde a última hora cuando se dirigía al club, junto a Federico, otro de los de la barra de los tres bancos, ellos dos se habían encontrado para jugar una ficha al pool, en el trayecto hacia el club se toparon con dos gitanas vestidas con polleras largas y coloridas blusas floreadas de barios tonos de distintos colores, Ambas llevaban pañuelos en la cabeza, y parecía que eran poco adictas al aseo personal, (en una carpa recién armada, con el piso de tierra ciertamente debe haber pocas comodidades para que sean destinadas al lavado personal o de las prendas que usan).

Estas gitanas venían caminando, hacia donde estaban Raimundo y Federico, en dirección como si iban ha chocadse con ellos, cuando se estaban por cruzarse una de las gitanas preguntó, ¿Jóvenes, quieren saber su futuro?
Raimundo dijo “si” con tono amable y voz firme, mientras codeaba a Federico, (en señal de que era el que debería ser el que iba a adivinarse la suerte) cosa que a Federico no le disgustaba, para nada así veía como actuaba su amigo en estas ocasiones.
En ese momento la más joven de las gitanas, pidió una moneda, a lo que Raimundo respondió con voz muy segura, (yo no tengo monedas) la gitana respondió no Importa, mientras le iba largando frases halagadoras a la persona de Raimundo, (como si lo estuviese comprando). En las frases cariñosas que pronunciaba esa gitana decían: que ella veía en los ojos de Raimundo una persona muy buena, con muchos problemas y que tenga fe que él muy pronto iba a salir adelante, de repente la gitana pidió a Raimundo un pedazo de papel, de cualquier tipo, Raimundo sin pensarlo sacó dos billetes, de los grandes.
En época de inflación como este tiempo, aparecen los billetes de alto valor, y Raimundo, justo hoy cobró la mensualidad y ofrécela totalidad del dinero de su sueldo, (como un simple papel) a la gitana sin saber para que se lo pide.
La gitana, cuando vio la plata, arrancó raudamente, ambos billetes de la mano de él pobre Raimundo y fingió que el dinero le estaba quemando las manos y atropelladamente se dirigió hasta un charco que había allí cerca, en frente a ese charco de agua, la gitana se arrodilló rápidamente, introduciendo ambas manos y los billetes simulando que quería refrescarse las manos, en un charco de agua que avía ahí cerca (pues no hacía mas de tres horas, que dejó de llover). Federico observaba como su amigo cayó en la manos de una despiadada y sagaz gitana, se había dado cuenta que Raimundo estaba siendo una victima de una picardía dolosa, por parte de esa despiadada gitana. No atinó ha hacer nada por que no supo, como podía ayudar al amigo en peligro, solo atinó a mantenerse como un simple espectador de los sucesos.
La duración del engaño fue momentánea, por mientras la gitana remojaba sus manos y la plata en el agua, preguntó que quería Raimundo ¿Qué deseaba ahora que se rompiese la plata o su vida? Raimundo racionalmente “¡dijo que se rompa mi vida!” La gitana respondió ¡no sea tonto hombre tu tienes mucho por vivir, que se rompa la plata! y prolongó la tarea de refregar sus manos y los billetes en el agua hasta lograr que los billetes se rompieran. En ese mismo instante que se desasió la plata se puso rápidamente de pies diciendo con voz firme y descaradamente “que lastima la plata se rompió pero en la vida vas ha tener mucha suerte por que eres un buen hombre y muy trabajador” y llamando a su compañera por el nombre de pila, ambas se marcharon gozosas de haber efectuado esa corta y macabra maniobra.
Federico le dice a Raimundo, esta gitana te cobró por la gitana que no te cobró allá en Mar del Plata” aunque los dos saben que la maniobra de la gitana fue de solo romper un solo billete, el otro billete seguramente lo escondió entre sus ropas.
Pero lo que más le duele en este momento a Raimundo no es que perdió la totalidad del sueldo de el mes, sino es que hubo un testigo en el engaño tramposo que le desarrollaron esas dos gitanas, en frente a un testigo, de la barra de amigos de los tres bancos, y quedando realmente como un malogrado actor.
En este instante él se encuentra rojo como un tomate de oferta, (aunque no se le debe notar tanto como a la gitana de Mar del Plata, por lo serrado de su barba) y esta lamentando haber contado ayer una historia muy distinta a la que hoy efectivamente vivió.
Aunque tiene asumido que es el precio que debe pagar por contar historias osadas y vanidosas.
Elías el lurence .