Texto publicado por Elías Ellurence

un pequeño cuento mío

Resulta que en un lugar del fondo del mar, vivía un pescadito muy distinto a todos los pececitos, era distinto porque este pececito sabía cómo conversar con los humanos, lo no sabía que su cuerpo era de la misma forma de las personas humanas Pero lo que tampoco sabe que es diferente a todos los otros, pececitos que viven en el mar, porque este pececito, también puede soñar, al igual que los humanos y sus ojos no están al costado del su cara, como todos los pececitos, sino están en su frente igual a los humanos su desventaja en el mar es grande consiste en que solo ve así el frente no a ambos costados de su cuerpo, cómo ven los demás pescaditos.

En sus sueños se ve echando un párrafo amistosamente con los humanos. Pero del mismo modo que sabe que ella no es igual a todos los pececitos sabe que los humanos que llegan hasta el, mar adentro todos esos personajes traen un tejido que ellos tiran al agua, que si llegas descuidadamente te arrinconan y te enriadas y luego te llevan con ellos

.Para cumplir su sueño un día decidió nadar hasta la costa lejos de las playas agolpadas de Gente.

Paquita, (así se llama muestra amiguita) (como nos hemos ya dado cuentas muestro personaje Principal es una mujercita) con la inocencia propia del que vive aislado de la maldades que abunda hoy en días, en todo el mundo globalizado; pero con el conocimiento qué las malicias existe porque en el fondo del océano Paquita, vio varias veces cómo atrapaban a muchos de los pececitos que Vivian juntos a ella esos pececitos se enredaron en las redes

Que traían los tipos que venían con su inmenso bote y dejaban un olor antiestético a combustible en el agua, era una cosa con color negro y viscoso cuando se te llegaba a pegar en el cuerpo te daba mucho trabajo conseguir quitártelo de encima y avía que aguantarse por barios días esa mancha en el cuerpo y el dolor que te daba, en la piel y lo desagradable de el aroma que tenía esa cosa, hay que también contar todas las otras porquerías que a ellos les sobraban y nos arrojaban en el mar.

Con esta idea paquita para cumplir su fantasía, un buen día se puso a nadar rumbo a la orilla del océano, con la vista bien alerta para no tropezar con un tipo mal intencionado (cómo los que Iván al mar a molestar con sus gigantescos botes hacer las maldad que ya se contaron con anterioridad).

Paquita siempre estuvo segura de lo que hacía tenía la idea que en un niño pequeño, no abría nada de malo en la mente de él. ¿Pero cómo podía encontrar un niño pequeño y que no esté acompañado por una persona grande, en la orilla del océano? Fueron muchos los días que Paquita se pasaba recorriendo la costa marina, para ver si alcanzaba o lograr divisar algún niño, pequeño que no estuviese acompañado por un grande.

Hasta que finalmente, un buen día pudo observar a lo lejos, a un pequeño que se encontraba solo y distraído caminando por la costa oceánica a una distancia bastante lejana para que le poder, hablar con él. Pero Paquita, no se dio por vencida y se puso a nadar vertiginosamente hacía la orilla, en trayectoria al pequeño. Paquita nadó hasta llegar a la parte que ya no pudo más bracear por lo poco profundo de la masa de agua, entonces se puso de pies y quiso correr hasta la playa, para llegar a donde estaba ese niño. Fue ahí cuando descubrió que sus pies no tenían la misma forma de los pies humanos, no le servían para estar parada y caminando, afuera del agua y era mucho más dificultoso estar corriendo, pues sus pies eran de forma de alas, necesarias para deslizarse rápidamente en el agua.

Pero a pesar que el niño estaba a más de trescientos metros de la playa. Paquita, no se dio por vencida, comenzó con bastante dificultad a caminar hacía donde se encontraba el pequeño y a gritar con la voz bien esforzada y moviendo ambas manos en alto, para que ese pequeño supiera de donde provenían esos gritos. Con la voz fina y dulce llegaba hasta los oídos del pequeño los gritos de Paquita. Marcos escuchaba un grito que le convocaba a él diciendo así ¡i.e., ehy, ehy! ¡Ven aquí yo te llamo! Ven buen niño así conversamos los dos.

Marquito asombrado que lo llamase esa voz. Para él en ese momento Marquito, creía que estaba íntegramente solo en ese lugar, nadie lo estaba observando, menos por alguien que venga de mar adentro, más sorprendido por que quisieran hablar con él, Marquito muy asustado y con mucha curiosidad indagó de donde venían esas palabras. Cuando alcanzó a percibir que las palabras provenían de Paquita, fue corriendo con mucho temor y curiosidad hacia donde estaba esa sirenita.

Solo cuando estuvo a la distancia de diez metros, se detuvo para observarla bien, muy sorprendido quedó al ver una mujer que caminaba en una forma dentro del mar todavía, de una forma muy torpemente y que estuviese completamente desnuda, su cabellera era rubia, pero resecada por la sal del mar, su piel era extremadamente blanca y escamosa. Para Marquito ver una mujer completamente desnuda fue un hábito indiscutiblemente raro para lo corta de su vida. Este pequeño tenía tan solo diez años de edad, ver con las dificultades que tiene al caminar Paquita. Pero lo que aún más lo asombra es que la mujer venga del mar adentro. Cuando finalmente están juntos los dos tiemblan pero Paquita, rápidamente inicia un diálogo cómo una curiosa para ganar la simpatía del niño.

· Hola“¿cómo te llamas tu criaturita de Dios?” así comenzó el dialogo entre la sirenita recién salida del mar y el pequeño que estaba deambulando por el campo de sus tíos.

· Marquito, le respondía a todos los interrogantes que le formulaba Paquita, pero no fue capaz de preguntar algo él porque seguía asombrado y muy asustado con la escena que estaba viviendo en este mismo momento. Así se pasaron por el lazo de dos horas siempre la sirenita preguntando; Marquito, solo respondiendo, las consultas que hacía la sirenita. Con una interrupción cada cinco o seis minutos que el anfibio aprovechaba para refrescarse en el agua por espacio de dos o tres minutos. Marquito jamás fue capaz de preguntar por qué se metía cada rato en el mar, solo le gustaba que la sirenita le haga preguntas para el contestar, nada más que eso, no precisaba otra cosa para ser feliz.

Hasta que Marquito, de una forma espontáneamente dijo; “Mis tíos me están esperando” y se puso de pies.

Paquita, advirtiendo que ya avía llegado la hora de la retirada, por parte del niño, hizo las conjeturas necesarias para volver a encontrase nuevamente con él pequeño para esto le dijo te espero mañana a la misma hora que hoy de acuerdo. -si respondió el niño y se marchó.

Marquito volvió ligeramente hasta la casa de los tíos, pero con la bobería de un pequeño, de tan solo diez años de edad su gran inocencia fue contar a todos que él tenía una amiga que vivía en el mar. Por supuesto en la casa de los tíos, nadie le creyó todos juzgaron que él pequeño estaba mintiendo liberadamente. Él pequeño viéndose frustrado invito a todos que mañana le acompañen hasta la orilla del mar para verla.

Así lo hicieron Marquito y tres tíos del pequeño. Solo lograron observar a lo lejos, en el mar adentro ver a penas una cabellera rubia solamente eso se alcanzó a ver. Paquita al percibir que el ambiente no era propicio para acercarse, hasta la orilla (por el pequeño alboroto de gente ahí amotinada) se volvió a internarse nuevamente en el mar profundo.

En la orilla la escena vivida fue de alegría pues a Marquito los tíos entendieron que no era mentira lo que decía el niño el día de ayer.

Al otro día, sabiendo que lo que decía el pequeño era verdad, la maniobra de los grandes para alcanzar ellos también ver de cerca a esa mujer que procedía desde adentro del mar, fue que el niño estuviese solo en la costa marítima, mientras ellos permanecían escondidos en una zona muy próxima donde estaba el pequeño esperando a la sirenita.

Paquita, apareció de repente y se llegó sin mayores contra tiempos hasta donde estaba parado esperando Marquito, sin presagiar que los estaban observando por otras personas, quizás tan malvadas cómo las personas que Paquita conoció En el mar.

Paquita y Marcos, volvieron a conversar nuevamente cómo si el día anterior no hubiese surgido ningún acontecimiento inusual. Paquita con la satisfacción que tiene quién concreta su fantasía, no presagiaba que muy cerca a ellos avía tres personas que se dedicaba a ver el espectáculo que se ofrecía para el encanto de los ojos vigorosos varoniles. (Paquita no sabía los eventos que a continuación se IVA a acaecer).

Los hombres que allí estaban como unos simples espectadores decidieron dejar de ser simples mirones para también ellos entrar en escena. Cómo tres payasos que solo buscan divertirse con lo que encuentran a mano. Paquita avía logrado despertar el sentido más maligno y feroz de diferenciación cuando se notan las diferencias entre hembra y varón, cuando entran en celos.

Paquita resulto ser quien codiciase todo hombre en su ilusión del imposible de llegar a tener en la vida terrenal sin quererlo paquita logro ser un fruto muy apetecible para los que están solo con la mente ocupada en ridiculeces y inmundicias pero que sin dudas ESTAS REDICUDECES hacen mucho mal a la mente y hace mucho más mal al el espíritu de la humanidad, Marquito, inexpertamente por su corta edad fue el ausente de una acontecimiento poco impensado para sus buenas intenciones con la sirenita.

Los tres hombres, iniciaron el camino hacia donde estaban ubicados el niño y la sirenita, con la vista bien puesta en la figura femenina de Paquita, delante de la mirada de estos sujetos, se chocaba con la figura descomunal y angelical, de una mujer íntegramente Desnuda.

Poco racional era para esos hombres tener frente a su vista esa mujer que coexistía en este momento mostrándose con todo su cuerpo desnudo, sin el más mínimo pudor y sin nada de vergüenza.

Paquita era de una figura femenina con defección jamás imaginada por aquellos hombres. CUANDO Paquita, AVIERTE que los tipos se estaban acercando, al lugar donde estaba ella y el pequeño, este sujetó la huida de la sirenita, con las palabras “no temas ESTOS son mis tíos”.

Los tres hombres se acercaron en una forma muy alegre, burlesca y se podía decir que se estaban riendo de la pobre Paquita.

Los tres hombres llegaron hasta donde estaba la sirenita y la rodearon sin darle espacio para que pudiese reanudar el camino al agua, esto izo que Paquita se ponga con un carácter perturbada pues ya se terminaba el tiempo que ella lograba mantenerse afuera del agua.

Paquita comenzó a pedir por favor que la dejasen volver al agua, porque ella tenía que tomar agua, sino se IVA a poner en un período corto, ella iba a quedar inconsciente. Los hombres seguían con su forma inoportuna de actuar llegando a expresar jocosamente que si ella se ponía inconsciente no iba a disfrutar la presciencia de estos verdaderos hombres.

Marquito viendo la forma que se ponía Paquita les pidió a sus tíos que le dejase ir a la sirenita. Los hombres salieron del frente de Paquita, pero con la forma de actuar poco feliz de estos tipos uno de ellos disfrutó pisándole el gran pies en forma de aleta que tenía la sirenita con su pesada bota izquierda, con Esa acción obtuvo que paquita se precipitase al suelo, cuando volvió a levantarse ya no estaba en las mismas condiciones, le costaba hablar y comenzó a abrir la boca como si le faltara el aire en esos momentos unos de los dijo se está muriendo. Marquito dijo y ustedes la mataron mientras veían caer vencida a la sirenita.

En ese momento yo me despierto muy asustado por la pesadilla soñada y comprendiendo que en estos días he estado escuchando muchas historias de los pescadores que suelen ir a pescar a alta mar.