Texto publicado por Toni Fernández Ortega

historias de madrugada

dormía profundamente en su cama en la que parecía no haber dormido desde hacía años, aunque solo fueron tres o cuatro días. La luna llena alumbraba la casa en la que vivía y las estrellas hacían figuras extrañas en el cielo, figuras que, aunque no podía ver; le recordaban a la cara de esa chica a la que se resistía a reconocer que amaba. De pronto se despertó, cogió unos pantalones y camiseta térmicos, sus mejores zapatos para correr, un anorak bastante grueso y una fotografía de la chica que llevaba siempre como amuleto de la suerte. Todos dormían en casa, así que, como toda la calle estaba nevada; abrió la ventana y saltó. Al llegar abajo comenzó a correr como alma que llevaba el diablo por las carreteras desiertas de coches con un solo objetivo: decirle todas aquellas cosas que no tubo tiempo de decirle, robarle un beso y reconquistar de nuevo su corazón. Cuando la tubo delante, lo único que fue capaz de decir fue: "¿tienes un diccionario? eres tan bonita que me he quedado sin palabras."