Texto publicado por Toni Fernández Ortega

microrrelato de comedia negra musical.

cuando un día aburrido se transforma en uno especial es porque algo ha dado un giro inesperado. el 12 de agosto de 1989, Erich y Cora se conocieron en
un restaurante de comida italiana. Ella, fanática de las pizzas y todas sus variedades, a demás de vocalista en un grupo imaginario que aparecía en su lababo cada vez que se duchaba. Él, experto cocinero y fanático de la mandolina y el acordeón,
además del piano. Ambos formaron dúo sentimental y musical, aunque el segundo pronto se combirtió en una numerosa big band en la que jazzwomen y jazzmen
se encontraron con todos sus instrumentos para escribir las mejores melodías y realizar improvisaciones impensables. Todos ellos tenían una extraña costumbre:
guardar un billete de un dolar en algún recoveco de su instrumento, por eso se llamaron la dollar big band. y llegaron a reunir 12,95$; uno de los saxofonistas
perdió los dedos mientras hacía malavarismos enganchado a un ventilador.