Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Esta historia puede ser la de cualquiera.

Desde el corazón del tiempo
Me preguntan desde cuando nos conocemos, y…digo no se, no lo recuerdo, creo que desde siempre.
Un día que no tiene fecha ni nombre nos encontramos, me diste tu mano, yo tropezaba entonces y mis brazos estaban llenos, llenos como siempre de flores y de ramitas secas. Esas que no quería dejar solas en el camino.
_ Te ayudo _ me dijiste.
Yo estaba sorprendida, quería decir mas cosas, que me dolía la rodilla, que se me caía todo, que era tarde, que me demoraba y luego el reto…
Pero no dije nada, nada porque tú no querías saber, solo ayudarme, siempre fue igual.
Mira que hora es! Dijo mi madre, siempre distraída, siempre en otro mundo, que chiquilina esta!
Tu en silencio y quieto, yo avergonzada y con mis brazos llenos, luego escucharía mas, ahora debía guardar mis tesoros.
Tomé la cesta y esperé, ya sabía cual era la tarea, pero no quería dejarte solo.
_Viniste por algo? Te dijo mi mamá
_ No, solo la acompaño…
Aprovechéentonces y dije: _ Vamos!
Que desde cuando nos conocemos, que siempre estamos juntos aun cuando estamos muy lejos el uno del otro, que se yo!
Venimos desde el corazón del tiempo, allí no hay preguntas, solo palabras, suspiros, confidencias, regalitos entregados en silencio. Ese silencio de tus ojos marrones medios verdosos, ese hueco en tumentón, tu sonrisa casi silenciosa, tu mano sacando mi trenza de la cara porque decías que era linda, que te gusta mirarme.
Somos amigos, decíamos algunas veces, los demás respondían-pero no van a la misma escuela, no son vecinos, de donde son tan amigos?
No se, desde el tiempo, por que en el corazón del tiempo no hay relojni almanaque, solo estamos nosotros, nosotros y nuestros secretos, nuestros regalitos, nuestras preguntas, nuestras respuestas.
Un día nos dimos cuenta; tus pantalones se habían acortado, tus piernas eran diferentes, mis faldas me quedaban cortas, no mequedaba lindo el vestido rojo, el lazo no me quedaba en la cintura…
Mamá decía que no era ya para mi …
Pero yo pensaba que ella no tiene razón…
Y me dijiste, cuando caminábamos con mi mano en la tuya:
_estamos mas grandes, cuando pase el verano voy a la secundaria, dicen que hay mucho para estudiar y que los sábados también hay clases.
Yo no quería llorar, pero yo debía seguir en la escuela todo un año entero…tampoco sabía que decir, conocía a mis primas que estaban en la secundaria y ellas parecían tan importantes!
Creo que esa vez fue la primera vez que me sentí pequeña y tonta.
Entonces comprendí lo del vestido rojo, lo de tus pantalones que se veían cortos, es que ya habíamos crecido, me dolía crecer, me dolía ser grande, los grandes siempre están ocupados, siempre mandan…que haría yo grande y sola?
Llegaron los paréntesis, las distancias, más y más tareas, y aquello que se decía muchas veces: has crecido, eres casi una señorita!
Que detestable era ser una señorita!
...Y comenzó ha transcurrir el tiempo, el paréntesis semanal era al principio largo, luego aprendimos que era mejor contar al revés, y mientras pasaba mi último año de primaria, tu me esperabas en el secundario.
Me enseñaste a crecer, crecí con tus silencios, con el conocer tu nueva vida, me trajiste contigo el afán de conocimiento, no solo de los libros nuevos sino de tus sueños, del mundo que está lejos y cerca esperándonos.
Fuimos creciendo, madurando, fuimos aprendiendo a ser adultos a sentir como adultos.
Mientras en nuestras manos y en nuestras miradas se mantuvo intacto el tiempo del corazón.
Fue a fines de marzo, el otoño nos regalaba las coloridas hojas que murmuraban a nuestro paso, tu me diste una flor que hiciste para mi con esas hojas rojizas, amarillas y aun algo verdes, era una flor única, única como nuestro beso, ese beso primero e inolvidable, el quepor siempre nos haría estremecer al recordarlo.
Idas y venidas, crecer, estudiar, cumplir con metas y anhelos, tu allá, en aquellos lugares algunas veces lejanos, talvez ninguna de las personas de los nuevos círculos reconociera alos amigos de la primaria; pero el tiempo del corazón está allí, tu y yo lo sabemos.
Ya la flor de las hojas de otoño ya no están, pero nuestro beso sigue vivo y vigente entre nosotros, tan vigente como el hoyuelo de tu mentón y como esa peca demi mejilla.
Según la gente todo fue casualidad, nosotros sabemos que es causalidad.
En esa ocasión se premiaban trabajos, logros, y entre tanta gente nos vimos, y todas las mariposas de la floresta se reunieron en mi estómago…te acercaste, vi tus ojos marrones con algo de verde, tu hoyuelo con pizca de barba escondida, nada dijimos, me tomaste la mano ysupimos que el tiempo del corazón sigue vigente.
Marie Díaz.
Cordialmente Marie Díaz