Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Un abrazo.

En una tarde lluviosa,suave en algunos momentos,con garúa en otros,caminaba en compañía de Sara,luego de un trayecto menor llegamos; me despido de mi amiga y soy recibida con alegría,comentarios,esos casi triviales,que hacen que nos sintamos de la casa...en el gran ambiente,donde nos reunimos antes de...como si fuera de un buen libro el prólogo...
Las voces son conocidas,de otras que no recordamos hacemos nuevas presentaciones,entre comentarios y charlas oigo una voz,suave,alegre,no menciona mi nombre,pero sabemos que estamos allí:los brazos se extienden y se da el enorme abrazo,ese que lleva un cúmulo de sentimientos que se confunden con los latidos de nuestros corazones;es la alegría de ese encuentro que se da a diario pero que no se concreta,es donde las palabras parecen remisas,pero ya está todo dicho...porque un abrazo dice mucho mas que muchas palabras,se musicaliza con risas y agradecemos en ellas la oportunidad de irradiar felicidad.
Gracias a la vida por poder referirles este momento de mi vida,aun no saben que ayer compartimos con Noelia unos momentos inolvidables.