Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Alimentos para cuidar nuestra piel.

Alimentos para cuidar la piel desde dentro.

Alimentación, hidratación y actividad física moderada son la triple receta para
lograr una piel sana y reluciente
Autor: Por ALMA PALAU FERRÉFecha de publicación: 16 de julio de 2012

- Imagen: tommerton2010 -El verano ya está aquí. Es tiempo de enseñar la piel y,
también, de protegerla. En los anuncios publicitarios, infinidad de productos
cosméticos proponen alternativas para lucir pieles perfectas, ¿pero es posible
conseguir ese objetivo de una manera natural y saludable? La respuesta es
afirmativa. Además de ser prudentes con la exposición a los rayos solares y de
hacer ejercicio de manera habitual, múltiples alimentos contribuyen a cuidar la
piel desde dentro. En este reportaje, se explica qué nutrientes cuidan mejor
nuestra piel y en qué alimentos se encuentran, junto con consejos prácticos para
aprovechar mejor esos nutrientes e información para conocer por qué es
importante hidratarse y tomar sol con precaución.
Nutrientes que cuidan mejor la piel y en qué alimentos se encuentran Una buena
hidratación, una actividad física moderada y una alimentación equilibrada
conforman la triple receta para lograr una piel sana y reluciente. La
hidratación favorece la salud y el buen aspecto cutáneo. El ejercicio mejora el
humor y el tono muscular, por lo que también es importante para realzar la
apariencia de la piel. Y la buena alimentación es fundamental para mantener su
luminosidad (así como el ayuno prolongado es pernicioso porque provoca el efecto
contrario). Los nutrientes que mejor cuidan la piel son:
El ß-caroteno, precursor de la vitamina A, también llamada retinol, o el
licopeno, pigmento vegetal carotenoide. La principal fuente es el tomate y sus
productos derivados (zumos, sopas, salsas). Además, los científicos afirman
que el tomate procesado y enlatado constituye una fuente mayor de
carotenoides, ya que facilita la absorción en el intestino. Otras fuentes
fundamentales son: frutas y verduras amarillas o anaranjadas (zanahoria,
calabaza, boniato, melocotón, cerezas, nectarinas, etc.), verduras de hoja
verde, hígado y productos lácteos.
La vitamina B6. Está presente en muchos alimentos proteicos: pescado azul,
huevo, frutos secos, levadura de cerveza, carnes magras, plátano, pasas,
alubias, cereales integrales y aguacates.
La vitamina E. Presente en alimentos de origen vegetal: cereales fortificados,
frutos secos, germen de trigo, aceites vegetales y verduras de hoja verde.
La vitamina C y el colágeno. Las mejores fuentes de vitamina C son las frutas,
como los cítricos, las fresas, las moras o los kiwis. También se encuentra en
verduras como los pimientos, la col o los tomates. Tiene una potente acción
antioxidante y está relacionada con la producción de colágeno, que no se puede
incorporar al organismo de forma externa y, sin embargo, es una proteína
básica para mantener la piel tersa y sin arrugas.
Cobre. En carnes, crustáceos, verduras secas, agua potable y cacao.
Selenio. Se concentra en carnes, huevos, marisco, ciertas setas y cereales.
Consejos prácticos para aprovechar los nutrientes que cuidan la piel Para
conservar las vitaminas de los alimentos recomendados, es importante:
Servir las frutas y las verduras crudas y mantenerlas cubiertas y
refrigeradas.
Cocer las verduras al vapor.
Asar las carnes o hacerlas a la plancha.
Almacenar en envases herméticos, lejos de la luz, los alimentos que no
necesitan guardarse en la nevera.
Consumir cereales enriquecidos en vitamina E.
Para aumentar el consumo de los minerales recomendados, se sugiere:
Cocinar el alimento en la menor cantidad de agua y en el menor tiempo
posibles.
Aumentar el consumo de alimentos integrales.
Para evitar contratiempos, conviene recordar que:
Las vitaminas A y B6 pueden ser tóxicas en altas dosis, por ello no se
recomienda tomar suplementos si no es por indicación médica.
Los nutricosméticos fotoprotectores son un complemento, estimulan el bronceado
y las defensas naturales, pero no son sustitutivos de todas las
recomendaciones anteriores.
Cuidar la piel: la hidratación como fuente de belleza El agua mantiene la piel
hidratada y, al mismo tiempo, permite eliminar con facilidad las toxinas que la
perjudican. Además, proporciona nutrientes como el cobre, el selenio y el
sulfuro, necesarios para una piel cuidada y sana.
El secreto radica en ingerir líquidos con regularidad durante el día, sin
esperar a sentir sed El secreto radica en ingerir líquidos con regularidad
durante el día, sin esperar a sentir sed. Sin embargo, si se practica algún
deporte, se debe controlar la cantidad de líquido que se bebe. Para ello, el
deportista debe pesarse antes y después de la actividad física y beber el peso
perdido. En cualquier caso, la norma general es tomar un litro de agua por cada
hora de ejercicio y se debe beber antes, durante y después de la actividad
física.
Mantener un buen nivel de líquidos no solo contribuye a que la persona se sienta
bien y a mejorar su salud, también es una importante fuente de belleza: ayuda a
mantener la piel hidratada y a tener un aspecto saludable.
Tomar el sol con precaución también nutre la piel La OMS recomienda exponer la
cara y los brazos al sol durante 30 minutos al día Cuando la luz solar entra en
contacto con la piel, el colesterol produce vitamina D. La fracción ultravioleta
B de la luz solar hace que esta se forme a partir de su precursor, el
7-dehidrocolesterol. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda
exponer la cara y los brazos al sol durante unos 30 minutos al día, con la
precaución de no quemarse, para lograr una producción adecuada de vitamina D.
Cualquier excedente de esta vitamina liposoluble producido durante el verano
puede almacenarse en el tejido graso para su uso posterior. Es imposible obtener
demasiada vitamina D a través de la exposición solar, debido a un mecanismo
autorregulador que provoca la descomposición inducida de la vitamina D.
Según la OMS, las personas que no salen de casa o las personas de piel oscura
pueden sufrir carencia de vitamina D. Por ello, la vitamina D de origen
alimentario desempeña una función muy importante. Esta vitamina es fundamental
para mantener los huesos sanos, además de ser necesaria para el funcionamiento
de los músculos y el equilibrio. Su escasez puede derivar en un mayor riesgo de
padecer fracturas.
Se deben proteger, eso sí, las zonas más sensibles: la piel del escote, el cuero
cabelludo, la cara, las mamas y los hombros. Ricardo Ruiz Rodríguez, director de
la Clínica Dermatológica Internacional y jefe de la Unidad de Dermatología de la
Clínica Ruber, aconseja también proteger la nariz, las orejas y los labios, ya
que es donde más melanomas se operan en consulta.
Los dermatólogos insisten en que debemos proteger la piel de los rayos
ultravioletas, muy peligrosos porque intervienen en la generación del cáncer de
piel. En verano, la mejor protección es la pantalla física (sombreros, pañuelos,
gafas, camisetas...) y las cremas protectoras. La hidratación, en este caso,
funciona como un complemento a la adecuada exposición solar. Es decir, hay que
cuidarse por dentro y ser prudente por fuera.