Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Principio magistral.

Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho"

entró en la clase, lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno

que estaba sentado en la primera fila:

- ¿Cómo se llama?

- Me llamo Juan, señor.

- ¡Váyase de inmediato de mi clase y no quiero que vuelva nunca más!,

vociferó el desagradable profesor. Juan estaba de lo más desconcertado!.

Cuando reaccionó, se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.

Todos estábamos asustados e indignados,.. pero nadie dijo nada.

Está bien.. ¡Ahora sí!.... Sigamos:

-¿Para qué sirven las leyes?...

Seguíamos asustados; pero, poco a poco, comenzamos a responder a sus preguntas:

-"Para que haya un orden en nuestra sociedad"

-"¡No!",. contestaba el profesor

-"Para cumplirlas"

-"¡No!" .

-"Para que la gente mala pague por sus actos"

-"¡¡No!! .. ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!"...

-"Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.

-" Ajá !.. ¡Por fin!... Eso es!... 'Para que haya justicia'.

Ahora bien,.. Y , ¿para qué sirve la justicia?"

Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera.

Sin embargo, seguíamos respondiendo:

- "Para salvaguardar los derechos humanos"

- "Bien,. ¿qué más?", decía el profesor.

- "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"...

- Seguiiiiir !...

- "Para premiar a quien hace el bien y castigar al que hace el mal ."

Mmmm.!Ok, todo eso no está mal; pero... respondan a esta pregunta:

¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?...

Todos nos quedamos callados, nadie respondía.

- Quiero una respuesta decidida y, en lo posible, unánime.

- ¡¡ No !!- dijimos todos a la vez.

- ¿Podría decirse que cometí una injusticia?

- ¡Sí!!...

- ¿ Y entonces por qué diantres nadie hizo nada al respecto!?;

¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos

de la valentía para llevarlas a la práctica? Cada uno de ustedes

tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos!.

¡No vuelvan a quedarse callados nunca más !!!!

Ahora usted,- dijo mirándome fijamente,- vaya a buscar a Juan.;y que regrese.

(Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Introducción al Derecho).