Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día miércoles 24 de mayo del año 2023.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día miércoles 24 de mayo del año 2023.

Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento (Prov. 3:5).

Esposos, ustedes son los responsables del bienestar de su familia, así que se esfuerzan por darle el apoyo y la protección que necesita. Por eso, cuando llegan los problemas, quizás piensen que ustedes pueden resolverlos solos. Pero no se dejen llevar por la tendencia a apoyarse en sus propias fuerzas. Más bien, oren en privado a Jehová y pídanle ayuda. También oren de corazón con su esposa. Busquen la guía de Jehová estudiando su Palabra y las publicaciones que nos da su organización, y apliquen los consejos que encuentren. Puede que algunas personas no estén de acuerdo con que tomen decisiones basándose en la Biblia. Tal vez digan que la mejor protección para su familia son el dinero y las cosas materiales. Pero recuerden el ejemplo del rey Jehosafat (2 Crón. 20:1-30).
Él confió en Jehová y lo demostró con acciones. Jehová no abandonó a este hombre leal y tampoco los abandonará a ustedes (Sal. 37:28; Heb. 13:5).
w21.11 15 párr. 6; 16 párr. 8

La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo.

Proverbios 3:5.
Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento.

2 Crónicas 20:1-30.
Después, los moabitas y los ammonitas, junto con algunos ammonim, vinieron a luchar contra Jehosafat. 2 Así que se le informó a Jehosafat: “Una gran multitud ha venido contra ti desde la región del mar, desde Edom, y allí están en Hazazón-Tamar, es decir, En-Guedí”. 3 Ante eso, a Jehosafat le dio miedo y se resolvió a buscar a Jehová. De modo que ordenó un ayuno para todo Judá. 4 La gente de Judá entonces se reunió para consultar a Jehová; vinieron de todas las ciudades de Judá para consultar a Jehová. 5 Entonces Jehosafat se puso de pie en medio de la congregación de Judá y Jerusalén en la casa de Jehová, delante del patio nuevo, 6 y dijo: “Oh, Jehová, Dios de nuestros antepasados, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿No tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? En tus manos hay fuerza y poder, y nadie puede contra ti.
7 Oh, nuestro Dios, ¿verdad que expulsaste delante de tu pueblo Israel a los habitantes de esta tierra y entonces se la diste de forma permanente a la descendencia de tu amigo Abrahán? 8 Y ellos se establecieron en ella y te construyeron allí un santuario para tu nombre. Decían: 9 ‘Si nos ocurre una calamidad —sea por la espada, un juicio desfavorable, una epidemia o hambre—, nos pondremos de pie ante esta casa y ante ti (porque tu nombre está en esta casa) y angustiados acudiremos a ti por ayuda, y tú nos escucharás y nos salvarás’. 10 Ahora están aquí los hombres de Ammón, Moab y la región montañosa de Seír. Cuando Israel salió de la tierra de Egipto, tú no permitiste que invadiera el territorio de ellos; se apartó y no los destruyó. 11 Y ahora nos lo pagan viniendo aquí a sacarnos de tu propiedad, que tú nos diste como herencia.
12 Oh, Dios nuestro, ¿no los vas a castigar? Porque nosotros no podemos contra esta gran multitud que viene a atacarnos, y no sabemos qué hacer, pero nuestros ojos miran hacia ti”. 13 Mientras tanto, todos los de Judá estaban de pie delante de Jehová, junto con sus esposas y sus hijos, incluso los pequeñitos. 14 Entonces, en medio de la congregación, Jahaziel —hijo de Zacarías, hijo de Benaya, hijo de Jeiel, hijo de Matanías el levita de los hijos de Asaf— recibió el espíritu de Jehová. 15 Él dijo: “¡Presten atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Jehosafat! Esto es lo que Jehová les dice: ‘No tengan miedo ni se aterroricen por esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. 16 Mañana bajen a enfrentarse a ellos. Estarán subiendo por el paso de Ziz, y ustedes se los encontrarán al final del valle, frente al desierto de Jeruel.
17 Ustedes no tendrán que pelear esta batalla. Ocupen sus puestos, estense quietos y vean cómo los salva Jehová. Gente de Judá y Jerusalén, no tengan miedo ni se aterroricen. Mañana salgan y enfréntense a ellos, que Jehová estará con ustedes’”. 18 Al instante, Jehosafat se inclinó rostro a tierra, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén cayeron ante Jehová para adorar a Jehová. 19 Entonces los levitas que eran descendientes de los cohatitas y de los coreítas se levantaron para alabar a voz en cuello a Jehová, el Dios de Israel. 20 A la mañana siguiente, se levantaron temprano y salieron al desierto de Tecoa. Mientras salían, Jehosafat se puso de pie y dijo: “¡Escúchenme, oh, Judá y habitantes de Jerusalén! Tengan fe en Jehová su Dios para que puedan mantenerse firmes. Tengan fe en los profetas de él, y les irá bien”.
21 Después de consultarlo con la gente, seleccionó hombres para que le cantaran a Jehová y lo alabaran con adorno santo yendo delante de los hombres armados y diciendo: “Denle gracias a Jehová, porque su amor leal dura para siempre”. 22 Cuando empezaron a cantar alabanzas con alegría, Jehová les tendió una emboscada a los hombres de Ammón, Moab y la región montañosa de Seír que estaban invadiendo Judá, y se mataron unos a otros. 23 Los ammonitas y los moabitas se volvieron en contra de los habitantes de la región montañosa de Seír para destruirlos y exterminarlos; y, cuando acabaron con los habitantes de Seír, se mataron unos a otros. 24 Cuando los de Judá llegaron a la torre de vigilancia del desierto y miraron hacia la multitud, vieron sus cadáveres tirados en el suelo; no había sobrevivientes.
25 Entonces Jehosafat y su gente fueron a llevarse el botín. Encontraron muchos bienes, ropa y objetos valiosos entre los cadáveres, y se pusieron a quitárselos hasta que ya no pudieron cargar con más. El botín era tan grande que les tomó tres días llevárselo. 26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beracá, donde alabaron a Jehová. Por eso llamaron a aquel lugar el valle de Beracá, como se le llama hasta el día de hoy. 27 Entonces todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Jehosafat al frente de ellos, regresaron muy contentos a Jerusalén, porque Jehová los llenó de alegría con la victoria sobre sus enemigos. 28 Llegaron a Jerusalén con instrumentos de cuerda, arpas y trompetas, y fueron a la casa de Jehová. 29 Cuando todos los reinos de los países oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel, el miedo de Dios se apoderó de ellos. 30 Así, el reino de Jehosafat tuvo paz, y su Dios continuó dándole paz en todos lados.

Salmo 37:28.
Porque Jehová ama la justicia y no abandonará a sus leales. Ellos siempre serán protegidos, pero los descendientes de los malvados serán eliminados.

Hebreos 13:5.
Que su modo de vivir esté libre del amor al dinero, y estén contentos con las cosas que tienen. Porque él ha dicho: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower.
jw.org