Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Alentadora noticia.

Vacunas del futuro
Las vacunas terapéuticas, que curan además de prevenir, podrían ayudar en la
lucha contra enfermedades como el Alzheimer o el cáncer
Autor: Por TERESA ROMANILLOSFecha de publicación: 23 de marzo de 2012

- Imagen: Nathan Forget -La mayoría de la gente relaciona las vacunas con la
prevención y, en concreto, con prevenir una infección. Y es que esta ha sido,
hasta ahora, su principal utilidad. ¿Pero sería posible que consiguieran también
tratar enfermedades como el Alzheimer, el cáncer o, incluso, la adicción al
tabaco? Esta posibilidad ya es una realidad y está en pleno desarrollo. Se
denominan vacunas terapéuticas y su objetivo es ayudar a combatir enfermedades,
como complemento al papel de otros tratamientos. De esta manera, se da un paso
adelante y se convierten en un arma terapéutica, además de ser una herramienta
preventiva. Podrían ser la futura solución a muchas enfermedades.
El principio de cualquier vacuna es la activación del sistema inmunitario para
que desarrolle una serie de defensas duraderas hacia un determinado agente
infeccioso. De este modo, cuando la persona entre en contacto con este agente,
será capaz de responder de forma rápida y eficaz, sin apenas desarrollar la
enfermedad. ¿Sería esto posible si el "enemigo" no fuera un microorganismo?
Parece que sí y que también puede aplicarse a patologías no infecciosas, aunque
el mecanismo es ligeramente distinto.
Vacunas contra el cáncer En este caso, mediante una vacuna terapéutica, se busca
enseñar al organismo a reconocer y eliminar las células propias que causan la
enfermedad. Con esta idea, se pueden diseñar preparaciones contra el cáncer. El
blanco son proteínas específicas del tumor, que solo se encuentran en las
células cancerígenas.
Un ejemplo es la vacuna contra el cáncer de páncreas. Para su diseño se utilizan
unas proteínas conocidas como mucinas, las cuales se expresan en exceso en las
células tumorales del páncreas. El sistema inmunitario del paciente aprende a
reconocer estas proteínas y ataca al tumor. La compañía israelí Vaxil
BioTherapeutics lleva su desarrollo y se espera que esté lista para 2017.
Otra en desarrollo es la vacuna contra el cáncer de próstata. En este caso, la
estrategia es distinta: consiste en extraer del paciente células de su propio
tumor y un tipo de glóbulos blancos -células dendríticas (CD)-. Luego, en el
laboratorio, se ponen en contacto ambas líneas celulares para que las CD se
activen y aprendan a atacar al tumor. Por último, una vez activadas, se inyectan
de nuevo al paciente para que reconozca y destruya el tumor.
Mediante una vacuna terapéutica, se busca enseñar al organismo a reconocer y
eliminar las células propias que causan la enfermedad El motivo de realizar esta
terapia fuera del organismo es evitar el ambiente inhibidor del sistema inmune
que generan, como defensa, los tumores a su alrededor. La relación entre tumores
y sistema inmune es ambiguo, como si de una relación amor-odio se tratara: por
un lado, el sistema inmune es capaz de reconocer y atacar tumores, sobre todo
los provocados por virus; por otro, se ha demostrado que el sistema inmune, en
un intento de reparar el tejido tumoral, genera nuevos vasos sanguíneos, lo que
facilita su desarrollo y crecimiento.
Además, los tumores saben protegerse de los ataques del sistema de defensa del
organismo. Esto ocurre con las denominadas células T reguladoras. Estas células
del sistema inmune tienen la función de frenar e inhibir la activación de otras
células del mismo sistema para evitar problemas de autoreactividad. No obstante,
en este caso, el tumor crea un microambiente inhibidor del sistema inmune capaz
de reclutar estas células T reguladoras y disponerlas a su alrededor. Se crea
así una pequeña capa de células (del propio sistema de defensa) que actúan de
escudo, protegen al tumor y facilitan su desarrollo.
Vacunas contra la adicción al tabaco El cáncer no es el único campo de
investigación para estas preparaciones terapéuticas. Otra terapia prometedora se
centra en la lucha contra el tabaco. A pesar de que el hábito tabáquico sea el
responsable de muchos problemas cardiovasculares y respiratorios, abandonarlo no
es tan sencillo. La nicotina es una sustancia adictiva y, pese a las terapias
farmacológicas y psicológicas, lo cierto es que un 70% de los fumadores no
consiguen dejarlo.
Por este motivo, la idea de una nueva estrategia basada en una vacuna parece ser
una alternativa prometedora que, unido con las otras terapias, podría significar
el final del problema para muchas personas. La idea es que el organismo sea
capaz de generar anticuerpos contra la nicotina, que se unan a ella en el
momento en que entre en la sangre y evitar así que pase la barrera
hematoencefálica, es decir, que llegue al cerebro.
Los estudios con animales revelan que los anticuerpos pueden unirse a la
nicotina y que esto cambia en gran medida su efecto en el organismo, a la vez
que disminuye los síntomas del síndrome de abstinencia. No obstante, de momento,
los estudios con personas han aportado resultados poco esperanzadores, ya que
solo se ha observado un aumento en el número de personas que han logrado dejar
de fumar en los grupos de fumadores con altos títulos de anticuerpos, los cuales
son minoritarios. Por este motivo, son necesarios más estudios para mejorar este
preparado.
LA VACUNA TERAPÉUTICA CONTRA EL ALZHEIMER
Otra vacuna terapéutica prometedora es la vacuna contra el Alzheimer. Los
estudios demuestran que la generación de anticuerpos contra una proteína
característica de la enfermedad, la de las fibras B-amiloides, tiene efectos
beneficiosos. Por esta vía, la técnica se desarrolla gracias a las
investigaciones del Departamento de Inmunología molecular del Instituto de
Medicina Molecular de Huntington Beach, en California, EE.UU., que han diseñado
una nueva estrategia para generar un preparado efectivo y seguro.
Buscan crear una fusión que case la actual vacuna contra la gripe y un pequeño
trozo de la proteína de 42 residuos de las fibras B-amiloideas. El objetivo es
fabricar una inmunización que estimule los linfocitos T memoria de las personas
que alguna vez han sido inmunizadas contra la gripe, para generar una respuesta
más potente y duradera contra la gripe y contra el Alzheimer. Los resultados
muestran que en ratones se producen potentes anticuerpos contra ambas
enfermedades.
Con todo, este es un campo de investigación prometedor, ya que mediante
diferentes estrategias no solo se pueden prevenir diversas patologías, sino
modular el sistema inmune para que ataque a un número muy amplio de enfermedades
ya diagnosticadas.