Texto publicado por Horus Rincon

Redención: El Maldito por la Luz

¿Qué puedo esperar? cuando la tristeza me embargue, me llene de inseguridades y me consuman en un infinito océano de maldades. ¿Cómo sobreviviré? cuando mis amigos se alejen, por senderos infernales y entre risas malvadas.
Siento mi corazón caer en desesperación. Mis latidos retumban en este vacío cavernoso y profundo, donde risas siniestras y susurros flotan a mis oídos, perturbándo mi silencio. ¿Qué será de tí, o amada mía? cuando aquel duro infierno toque a nuestras puertas, cuando sus morbosas carcajadas resuenen en nuestra mente. Me lamento, y lloro desconsoladamente. Consciente del final más allá de la salvación, observando un interminable río de dolor y oscuridad nauceabunda y mórvida.
¡Por favor! ruego a cualquier deidad que me oiga ¡suplico de rodillas por el perdón que sé que no merezco! ¡ruego por clemencia que nunca tendré! ni voy a poseer. Pero al menos pido al cielo y al señor de allá arriba que la proteja ¡Protégela, o señor del Nirbana! acoje entre tus brazos a mi joven amada, a quien yo veo sufrir. Déjame a mí pudrirme entre estas inmundas ratas que se hacen llamar personas, déjame entre la basura que impregna de desperdicios mi cuerpo y contamina mi alma enfurecida por el maltrato contra mis hermanos. Sé que no soy digno de estar ante usted, o gran ceidad. Pero dejad que ella pueda entrar, a aquel paraíso prometido para los más puros y dignos que este maldito mundo pudo haber tenido.
¡Por favor! escucha mis palabras de desesperanza ¡atiende a la razón! y permite que pueda obtener aquello que más anelo. Su vienestar es mi deseo, su salvación mi luz. Si al menos muer... ella entre dioses podrá seguir, entre fulgores que la protegerán de aquello que yo no pude. Mi vida la doy, por ella.