Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día domingo 2 de enero del año 2022.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día domingo 2 de enero del año 2022.

A las langostas no se les permitió matar a las personas, sino atormentarlas por cinco meses
(Apoc. 9:5).

Esta profecía habla de un enjambre de langostas que tienen rostros humanos y “en la cabeza una especie de corona de oro”
(Apoc. 9:7).
Atormentan “a las personas que no tienen el sello de Dios en la frente” —o sea, los enemigos de Jehová— durante cinco meses, que es lo que suele vivir una langosta
(Apoc. 9:4).
Esto sí que parece ser una descripción de los siervos ungidos de Jehová, pues ellos proclaman con valor las sentencias de Dios contra este malvado mundo, lo que incomoda mucho a quienes lo apoyan. En otras palabras, las langostas de Joel 2:7-9 no son las mismas que las del libro de Apocalipsis.
Esto no debe sorprendernos, pues la Biblia a veces usa un mismo símbolo para representar cosas diferentes en contextos diferentes. Por ejemplo, en Apocalipsis 5:5 se dice que Jesús es “el León de la tribu de Judá”, mientras que en 1 Pedro 5:8 se dice que el Diablo es como “un león rugiente”.
w20.04 3 párr. 8; 5 párr. 10

La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo.

Apocalipsis 9:5.
5 A las langostas no se les permitió matar a las personas, sino atormentarlas por cinco meses. El tormento que causaban era como el tormento que produce un escorpión cuando ataca a una persona.

Apocalipsis 9:7.
7 El aspecto de las langostas era como el de caballos preparados para la batalla. Tenían en la cabeza una especie de corona de oro, y sus rostros eran como rostros humanos.

Apocalipsis 9:4.
4 Se les ordenó que no dañaran la hierba de la tierra ni ninguna planta verde ni ningún árbol, sino solo a las personas que no tienen el sello de Dios en la frente.

Joel 2:7-9.
7 Atacan como guerreros, escalan las murallas como soldados, cada uno avanza por su camino y ninguno se desvía de su ruta. 8 No se empujan unos a otros; cada hombre avanza por su camino. Si algunos caen víctimas de las armas, los demás no rompen filas. 9 Invaden la ciudad, corren sobre las murallas. Trepan por las casas, entran por las ventanas como un ladrón.

Apocalipsis 5:5.
5 Pero uno de los ancianos me dijo: “No llores más. Mira, el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido. Así que él puede abrir el rollo y sus siete sellos”.

1 Pedro 5:8.
8 ¡Mantengan su buen juicio y estén vigilantes! Su adversario, el Diablo, anda a su alrededor como un león rugiente tratando de devorar a alguien.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
jw.org