Texto publicado por Urria Gorria

En #Madrid ha muerto de un cancer la escritora Almudena Grandes a los 61 años

Fallece la escritora Almudena Grandes a los 61 años víctima de un cáncer

Leonor Mayor Ortega
Actualizado a 28/11/2021 08:25
Almudena Grandes
Dani Duch - La Vanguardia
La escritora madrileña Almudena Grandes ha fallecido esta tarde víctima de un cáncer, según ha informado la Cadena Ser. La autora de Las edades de Lulú anunció hace unas semanas en su columna en El País semanal titulada Tirar una valla que el diagnóstico le llegó hace poco más de un año: "Revisión rutinaria, tumor maligno, buen pronóstico y a pelear".

Grandes fue una de las escritoras españolas con más lectores desde que en 1989 se hizo con el Premio la Sonrisa Vertical por Las edades de Lulú, una novela erótica que narra las aventuras amorosas de una adolescente con un amigo de su hermano. El libro fue llevado al cine por Bigas Luna en 1990 con algunas dificultades, pues muchas actrices rechazaron el papel de Lulú por su elevado voltaje erótico hasta que la italiana Francesca Neri lo aceptó.

Tras ese film, Grandes se volvió habitual de la gran pantalla y varias de sus novelas tuvieron exitosas adaptaciones como Malena es nombre de tango (1994) o Los aires difíciles (2002). Ambas fueron llevadas al cine por Gerardo Herrero. En Malena es nombre de tango, Grandes relataba la historia de una familia a través de una esmeralda y En los aires difíciles abordaba el mundo de las segundas oportunidades.

"Quiero dejar un cadáver horrible y viejísimo", afirmaba la escritora fallecida hoy con solo 61 años en una entrevista concedida a La Contra de La Vanguardia en 2019 en la que se definía como "insólita madrileña de quinta generación". Grandes estaba casada desde 1994 con Luis García Montero, director del Instituto Cervantes y tenía tres hijos: "dos paridos y uno de mi marido, que es como mío".

En esa misma entrevista y con motivo de la publicación de La herida perpetua, la novelista definía esa herida como "lo difícil que es la relación de los españoles con su país". Y ese fue un tema recurrente en su literatura, que abordó en una de sus novelas más celebradas, El corazón helado (2007). El libro, que se sumergía en las miserias de la posguerra a través de la historia de dos familias, navegando entre el pasado y el presente, ganó el Premio José Manuel Lara y conquistó a los lectores con sus casi mil páginas.

Almudena Grandes, que presumía de ser de izquierdas, era columnista habitual de El País y tertuliana de la Cadena Ser. Castillos de cartón (2004), que se adentra en los años de la movida madrileña, Atlas de la geografía humana (1998) o Te llamaré viernes (1999) forman también parte de la herencia literaria que ha dejado la escritora a la que habitualmente editaba Tusquets.

En Los besos del pan (2015), que fue su última novela independiente, Grandes dibujaba una colmena al estilo de la de Camilo José Cela para narrar las consecuencias de la crisis económica, pero incidiendo también en la importancia de la solidaridad y la ternura en tiempos de carestía.

Después culminó sus Episodios de una guerra interminable. La serie había arrancado en 2010 con Inés y la alegría y había seguido con otros dos títulos: El lector de Julio Verne (2012) y Las tres bodas de Manolita (2014). Los pacientes del doctor García (2017) y La madre de Frankenstein (2020) completaron este proyecto narrativo inspirado en Los episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, en el que Grandes hace un recorrido por la oposición al franquismo tras la Guerra Civil y hasta los años 60.

Un episodio en el tintero

Todavía queda un sexto episodio en el tintero, Mariano en el Bidasoa, en el que la autora estaba trabajando antes de su fallecimiento y, de momento, permanece inédito.

Ahora, la escritora madrileña estaba en pleno proceso de creación de una nueva novela. Además de trabajar en un libro, seguía escribiendo en El País aunque explicaba que de cara al público estaría ausente durante una temporada. "Tal vez reaparezca con pelo, quizás sin pelo, con una melena rizada o con el peinado de mi querida Josefina Báquer, como la llamaba mi abuela. Pero prometo solemnemente que volveré a sentarme en una caseta para firmar ejemplares y mirar a los ojos de mis lectores, de mis lectoras", señalaba en ese último artículo en El País semanal.

Fuente: la vanguardia