Texto publicado por Manuel Emilio Ballista Caro

Texto, bíblico de hoy.

¡Si te señalan por tus errores, Dios no, Él te recibe con amor!

Muchas personas son buenas para señalar el error de los demás,
prejuzgan las acciones sin saber lo que hay detrás; por ello, Dios es
el único que puede juzgar porque conoce el corazón y las intenciones.
Aunque los demás te señalen por tus errores, Dios te recibirá con amor.

Dios te recibirá con amor, no te ocultes más.

Cuando la mujer adúltera fue presentada delante de Jesús por los
escribas y fariseos, para que la juzgara, ellos esperaban que Él
emitiera un juicio severo, porque la ley lo decía.
Lo que pasó fue algo diferente, el Señor, quién es Dios mismo, no la
condenó, más al contrario juzgó a quienes la trajeron y a ella la
perdonó.

8:1 y Jesús se fue al monte de los Olivos.
8:2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y
sentado él, les enseñaba.
8:3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer
sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
8:4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto
mismo de adulterio.
8:5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
8:6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús,
inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
8:7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que
de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra
ella.
8:8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
8:9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a
uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo
Jesús, y la mujer que estaba en medio.
8:10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le
dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
8:11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te
condeno; vete, y no peques más.
Juan 8:1-11 (RVR1960)

Sin duda ella pecó, como todos los que la acusaban, y lo que ella
recibió de Jesús fue su amor y perdón.
¿Acaso alguien así no cambiaría de rumbo al ser perdonado?
Pues ese es el detalle, el Señor hace la diferencia en la vida más
perdida y le da un nuevo sentido a su existir.
No necesitamos escondernos de Dios cuando fallamos, Él como nadie nos
perdonará y seguirá moldeándonos para que seamos santificados.

Antes de señalar a tu prójimo ¡ámalo!

No tomemos el papel que solo a Dios le corresponde, en cambio, antes
de juzgar, oremos por quienes creemos que necesitan ser corregidos,
esa es una manera de amarlos.

El Señor se encargará y agregará paz a nuestro corazón por ser intercesores.

13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo
os he amado, que también os améis unos a otros.
Juan 13:34 (RVR 1960)

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A Cristo Jesús le interesas más de lo que te puedas imaginar, quiere
que tengas vida eterna y una vida feliz y productiva, y que seas una
influencia positiva en las vidas de las personas a tu alrededor.

Pide a Cristo Jesús que entre en tu corazón a través de esta oración:

SEÑOR Jehová Creador del cielo y de la tierra:
yo sé que soy pecador (a).
Yo creo que Cristo Jesús el Mesías, me sustituyó en mis pecados cuando
murió en la cruz del calvario.
Yo creo que su sangre, muerte y resurrección fueron para mí.
En el nombre de Cristo Jesús le pido que me perdone de mis errores y
pecados y recibo a Cristo Jesús como mi Señor y Salvador.
Yo entrego mi corazón y vida a ti Padre Creador, y deseo hacer tu voluntad.
Lo pido en el nombre de Cristo Jesús.

14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6 (RVR 1960)

10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación.
Romanos 10:10 (RVR 1960)

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¡Que Dios te bendiga y hasta la próxima meditación! EVANGELIO DEL DÍA
Sábado 4 de septiembre de 2021.
Evangelio según San Lucas 6, 1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.