Texto publicado por Brenda Stéfani

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 2 años.

decepción

Imagino lo que me vas a decir, lo busco, lo espero, lo recreo en mi mente una y mil veces.
No importa.
Al final todo es efímero, todo nace y muere de una forma tan estúpida que pensar en como todo es capaz de ser, da tremenda risa.
y es que es ridículo pensar en que podemos ser solo una serie de eventos, de situaciones, de casualidades robadas a algún ser chistoso que no tenía nada mejor que hacer que moldearnos a su imagen y semejanza, o de alguna patética serie de microorganismos que se mueven por gracia de quien sabe qué explosiones de energía contenida en una partícula que se salió de control. Lo que sea que haya sucedido, como sea que haya sucedido, me hacen pensar que tengo que decir gracias por existir, porque no me fui por el inodoro cuando pude hacerlo, porque existen inodoros donde dejar desperdicios, porque somos materia en movimiento y somos qué, futuros cadáveres? he leído a un forense saludar así y no tenía más razón porque no existe mayor verdad, somos lo que somos ahora y lo que seremos más que lo que fuimos.
Mírame, soy un manojo de palabras desbordadas, un coso que respira, camina y habla, un coso que piensa, que dice definirse, que dice muchas cosas que al final no dicen nada.
Es que esperar tanto por un instante que desaparece al segundo, también es ridículo como pensar en el porqué de las cosas.
Y es que no quiero que sientas que hay algo fuerte e irreversible entre nosotros, que retrocedas cada vez que me veas.
Yo admiro instantes, persigo momentos, los creo y recreo, los guardo y rememoro siempre que puedo, siempre que te necesito.
Pero hoy me di cuenta de que la nostalgia no conduce a ningún lugar, porque amo quien habías sido, no quien ahora eres, busco a quien me ha hecho sentir como un diamante, no a quien solo le le de igual.
Quizá por eso siempre me pasa lo mismo, busco repetir una sensación determinada, un sentimiento, un beso, pero lo que esperaba, no era como lo imaginaba, decepción.
Y debe ser porque tengo el ego más grande del mundo, pero más frágil que una cáscara de huevo y no estoy dispuesta a admitir que no soy el mejor caramelo del paquete.
No soy la chica de tus sueños, y darse cuenta de eso después de tantos años, quizá pueda no ser la gran cosa, nadie lo es todo, pero... Si es desolador.
Soy una serie de células que vibran, soy un recipiente de gelatina, un montón de huesos y a la vez, un ser que no sabe si lo que le pasa es imaginario, real, y al final se pregunta qué es lo real?
Para quienes está hecha la realidad?
La realidad se hace o existe?
Pero si cada uno es un individuo, no significa que en vez de haber una realidad, hay muchas realidades sucediéndose al mismo tiempo?
Me pregunto entonces, porqué cuando deseamos tanto que algo pase, cuando ocurre no lo apreciamos con esa intensidad con la que esperábamos?
Lo he ignorado durante mucho tiempo, pero ahora que le presto atención, ya no tiene gracia, no es difícil, supongo que ahí reside el éxito de las personas que se hacen de rogar.
Que crees, estas solo son pajas mentales, pajas que solo sirven para nada.
Las pajas físicas son mejores.
Debería dejar de perder mi tiempo.
Histérica, dramática, melosa, pegajosa, cursi, adjetivos que me han dicho por haber buscado más de lo que me habían dado.
es frustrante saber que cuando ellos desean, somos objetivos a atrapar, somos la presa.
Cuando ellas sueñan, deben mantenerse en secreto, seguir estirando el hilo del deseo para no perder el incentivo, no vaya a ser que nos pasemos de explícita y ya nadie nos quiera comprar.
Está bien, esto va a escala.
Estoy decepcionada, de mí, de mis decisiones, de mis indecisiones, de querer ocultar algo que está a la vista.
De no haber sido la indiferente que preferías, de haber exprimido algo que no iba a poder conseguir,
De seguir buscando adrenalina, sabiendo que no hay muchas oportunidades para echar a perder.
De tratar de reconstruir un pasado que no volverá.
De tratar de capturar momentos como si se trataran de una fotografía mental que se distorsiona cada vez que la piensas.
Entonces, he decidido dejarte ir.