Texto publicado por Manuel Emilio Ballista Caro

Texto, biblico de hoy.

"Unos piden señales, otros creen en Dios"

En el mundo contemporáneo, en un buen grupo de fieles cristianos se ha
despertado algo así como una necesidad de pedir señales a Dios que
muestren su bondad y den crédito a su poder y fidelidad.
En una cultura signada por “lo que se ve”, por el predominio de los
visual contra lo espiritual, hay un tipo de cristiano que pide señales
y milagros en un franco desafío a un Dios que anhela complacernos
cuando pedimos con fe la revelación de su poder, si pedimos bien y
como conviene.
Creemos profundamente que Dios hace milagros hoy como los hizo ayer.
Hay cierta tendencia a ponderar las cosas que Dios hace, siempre que
se vean los resultados palpables.
Con frecuencia intentamos convencer y encantar las mentes de los
incrédulos solicitando señales y prodigios para llevarlos a los pies
de Cristo.

"…porque por fe andamos, no por vista" 2 Corintios 5:7, nos recuerda
la Palabra de Dios.

A menudo los testimonios que manifestamos sólo se fundamentan en aquel
u otro evento sobrenatural, en las señales (y milagros) que Dios hizo
en determinado momento y que cambiaron el rumbo de nuestras vidas o la
de otros.
La gente solicita señales y en este intento se frustra cuando “no ve”
o no es capaz de darse cuenta con ojos y mente espirituales que ya
Dios contestó su oración con una señal que no alcanzó a ver.
¿Y por qué no buscar las señales que Dios ya ha dado en las Escrituras
y confiar en la voluntad agradable y perfecta para sus hijos?
Todavía y hasta siempre, Dios continuará revelándose en su Palabra.

El mundo está signado por lo visual.
El incrédulo quiere ver para creer y el creyente utiliza muchas veces
el mismo argumento y se olvida de las promesas de Dios.
Jesús es el Logos, el Verbo, la Palabra encarnada.
Si el mundo dice que “una imagen vale más que mil palabras”, el
cristiano dice: ¡la Palabra de Dios permanece para siempre!
En el principio Dios habló y el propio Dios nos recuerda que su
Palabra echa por tierra todo argumento visual.
Vivimos por fe.
No necesitamos “ver” o experimentar un milagro de Dios para creer en
su fidelidad.
La iglesia del Cristo vivo posee las Escrituras y al Espíritu Santo
para disfrutar la obra de Dios en la vida de su iglesia, en el corazón
de los creyentes.
El evangelio no se puede restringir a la “visualización” de las
experiencias espirituales para exhibir en la vitrina de nuestra
religiosidad, a un Cristo milagrero de ocasión; mejor, busquemos en la
Palabra de Dios la revelación escrita por la fe que obra en su hijo
Jesucristo y creamos que el Dios viviente está junto a nosotros y en
nosotros.

Tenemos que creer de manera resuelta en el ministerio de la palabra
escrita que nos dejó el Señor:
la Biblia, el libro de libros que nunca morirá, la palabra que pone a
los hombres en una relación viva con el Espíritu de Dios.
Pedir señales y milagros a Dios para justificar nuestra incredulidad,
es demostrar sin quererlo, que nos falta la verdadera y salvadora fe.
En el Evangelio según Mateo unos fariseos se acercan al Señor y le
dicen: “Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: La
generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada,
sino la señal del profeta Jonás. (Mateo 12: 38). (Énfasis del autor)

Nosotros somos una generación de fe, no necesitamos ver para creer.
El Señor les estaba diciendo a los fariseos que la más augusta señal
para toda la humanidad vendría con su muerte de tres días y su
resurrección eterna.
El milagro más grande que nos ha dado vida y vida en abundancia es la
resurrección de Jesucristo.
La Biblia está llena de señales de Dios para su pueblo; desde Génesis
hasta Apocalipsis.
Al Dios de nuestra historia lo debemos ofrecer y brindar a los
incrédulos tal y como es.
Él es especialista en tocar corazones y rendirlos a sus pies.

Todavía no han llegado al lugar de reposo y a la heredad que el SEÑOR
su Dios les da.
Deuteronomio 12:9

Por fe andamos, no por vista.
2 Corintios 5:7

al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no
se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se
ven son eternas.
2 Corintios 4:18

Porque en esperanza hemos sido salvados, pero la esperanza que se ve
no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?
Romanos 8:24

Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos
cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré
plenamente, como he sido conocido.
1 Corintios 13:12

Ahora bien, la fe es la certeza (sustancia) de lo que se espera, la
convicción (demostración) de lo que no se ve.
Hebreos 11:1

------------------------

A Cristo Jesús le interesas más de lo que te puedas imaginar, quiere
que tengas vida eterna y una vida feliz y productiva, y que seas una
influencia positiva en las vidas de las personas a tu alrededor.

Pide a Jesús que entre en tu corazón a través de esta oración:
“ Jesús, deseo los dones que Tú nos ofreces: la vida eterna, el amor y
un sentido a la vida.
Te abro mi vida y mi corazón ahora y acepto Tu don de salvación.
Te ruego que me perdones todas mis malas acciones, que me ayudes a
volver a empezar, a llegar a conocerte íntimamente y a sentir tu amor.
Amén ”.

14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6 RVR 1960

¿Este tema ha sido de bendición?
¡Compártelo!

¡Que Dios te bendiga y hasta la próxima meditación! EVANGELIO DEL DÍA
Martes 22 de junio de 2021.
Evangelio según San Mateo 7, 6 .12-14.
No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.