Texto publicado por Manuel Emilio Ballista Caro

Texto, biblico dehoy.

"La mesa está servida"

Hay un vino nuevo para los que tienen sed de la Palabra, y más aun,
para los que todavía andan perdidos en las falsas promesas de un mundo
mejor sin Dios.
Hay un vino recién fermentado que requiere de odres nuevos resistentes
y firmes para que no se rompan y se desparrame.
Dios laboreó la siembra en su inmensa viña, Cristo cosechó la vid en
su corazón en obediencia a su Padre y como si fuera poco, pagó con su
vida el precio completo de toda la labranza brindando jornal gratuito
a los obreros sin merecerlo ninguno de ellos.
Y el Espíritu, desde entonces, no se cansa de ofrecer tan grande
beneficio a esta humanidad; son copas rebozadas de un mosto dulce,
néctar del cielo, como maná enriquecido por la unción procurada en la
unicidad armónica de toda la deidad.
El ser creado, a pesar de esto, prefiere ignorar a su creador, pero El
prefiere seguir guardando el mejor vino para el final de la fiesta.

Hay un hombre necesitado, que en su autosuficiencia busca la
aceptación del mundo.
Es experto en juzgar y en tratar de controlar a su prójimo creyendo
tener tal autoridad.
Dice sentirse pleno por su dedicación a la necedad, mas está vacío a
causa de la impiedad.
Dice haber encontrado felicidad y finalidad para su existencia, pero
se consume en vida por el vicio de sus delirios amañados por el
príncipe de las tinieblas, quien promete éxitos y tiempos de bonanza a
costa de devorarle el alma.
Sus odres son tan viejos como su alma, no pueden remendarse, están
gastados y no resisten la frescura de la unción del Espíritu con su
vino nuevo, con su nueva pureza, con la esperanza que trae consigo, en
su textura, en su olor, en su estructura renovada de alientos y de
nuevos sueños.
Este hombre necesita nacer de nuevo.

Hay un plan divino para este mundo, pero ya nosotros conocimos la
Verdad y el Espíritu anhela que botemos nuestros odres viejos para
derramarse en cada uno de nosotros.
No podemos recibir el vino nuevo en el odre de nuestra vieja
naturaleza (el viejo odre), porque se dispersa y ya tal odre no
existe; es como echarlo al vacío, a la nada.
Y se pierde.
Y aunque el Padre tiene viñedos que producen abundantemente ese vino
en sus huertos celestiales, es necesario que lo recibamos en odre
nuevo, porque de otra manera, se desperdicia sin remedios y hay mucha
necesidad.

El odre nuevo (lo que ahora eres en Cristo como nueva criatura, tu
nueva identidad como Hijo de Dios) necesita ese vino nuevo del
Espíritu; lo anhela porque eres (somos) el templo donde mora el
Espíritu, porque somos espirituales por el nuevo nacimiento y por el
simple y milagroso hecho de haber recibido la gracia de la Salvación
por fe.

¿Quieres este vino nuevo?
¡Bota tus odres viejos!
Al fin y al cabo es lo único que debes hacer.
No seas como los que piden cada día una unción fresca del Espíritu y
todavía andan ceñidos con los viejos amarres de sus odres viejos y sus
pecados capitales camuflados con vestiduras de santidad.
¡No!
Dios te llama a la cordura como una vez me llamó a mí.
Yo tenía sed y el Espíritu me la quitó y aunque mi carne sigue siendo
enemiga de Dios, anhelo cada día ser más consciente del precio que
pagó mi Redentor para ponerme en el sitial de honor que no merezco.
Tú también estás en ese sitial.
¡No lo olvides!

Dios llama a los sedientos a sumergirse en sus aguas.
No te cuesta nada, es gratis.
No te pone condiciones, ni requiere trajes de etiquetas y lentejuelas
brillantes para impresionarlo.
Sólo te invita a beber de su vino, comer de su comida y sentarte a su mesa.
Es gratis.
El mundo ignora tan tremenda promesa.
La mesa está servida y Él ya está sentado esperándote.
¿No te abre el apetito?

El SEÑOR abrirá para ti Su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a
tu tierra a su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y tú
prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado.
Deuteronomio 28:12

Ustedes han probado la bondad del Señor.
1 Pedro 2:3

Pues el SEÑOR tu Dios te bendecirá como te ha prometido, y tú
prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y tendrás
dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre ti.
Deuteronomio 15:6

Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni herencia contigo, también el
extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y
comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda
obra que tu mano haga.
Deuteronomio 14:29

Hijos de Sion, regocíjense Y alégrense en el SEÑOR su Dios; Porque El
les ha dado la lluvia temprana (de otoño) para su vindicación, Y les
ha hecho descender la lluvia, La lluvia temprana y la tardía (de
primavera) como en el principio.
Joel 2:23

Yo les daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus
productos, y los árboles del campo darán su fruto.
Levítico 26:4

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A Cristo Jesús le interesas más de lo que te puedas imaginar, quiere
que tengas vida eterna y una vida feliz y productiva, y que seas una
influencia positiva en las vidas de las personas a tu alrededor.

Pide a Jesús que entre en tu corazón a través de esta oración:
“ Jesús, deseo los dones que Tú nos ofreces: la vida eterna, el amor y
un sentido a la vida.
Te abro mi vida y mi corazón ahora y acepto Tu don de salvación.
Te ruego que me perdones todas mis malas acciones, que me ayudes a
volver a empezar, a llegar a conocerte íntimamente y a sentir tu amor.
Amén ”.

14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6 RVR 1960

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¡Que Dios te bendiga y hasta la próxima meditación!