Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día lunes 3 de mayo del año 2021.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día lunes 3 de mayo del año 2021.

Cuando las preocupaciones me abrumaban, tú me consolabas y me tranquilizabas
(Sal. 94:19).

¿Hemos sentido alguna vez que nos invadía la preocupación? Tal vez el motivo fue que alguien dijo o hizo algo que nos dolió. O puede que lo que nos atormente sea lo que nosotros hemos dicho o hecho. Quizás cometimos un pecado y nos preocupa que Jehová no nos perdone jamás.
Además, tal vez pensemos que nos sentimos así porque no tenemos fe, porque somos malas personas. Pero veamos algunos ejemplos de la Biblia. Ana, la madre del profeta Samuel, tenía mucha fe. Aun así, se sentía muy angustiada debido al maltrato que sufría de parte de un miembro de su casa
(1 Sam. 1:7).
El apóstol Pablo también tenía una fe sólida, pero “la preocupación por todas las congregaciones” lo abrumaba
(2 Cor. 11:28).
El rey David tenía una fe tan fuerte que Jehová sentía un cariño especial por él
(Hech. 13:22).
Pese a ello, cometió pecados que lo atormentaron
(Sal. 38:4).
A todos ellos Jehová los consoló y tranquilizó.
w20.02 20 párrs. 1, 2

La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo.

Salmo 94:19.
19 Cuando las preocupaciones me abrumaban, tú me consolabas y me tranquilizabas.

1 Samuel 1:7.
7 Así es como la trataba año tras año. Cada vez que Ana subía a la casa de Jehová, era tanto lo que su rival se burlaba de ella que Ana acababa llorando y no comía nada.

2 Corintios 11:28.
28 Además de esas cosas externas, está lo que se me viene encima día tras día: la preocupación por todas las congregaciones.

Hechos 13:22.
22 Después lo quitó y les dio a David como rey, de quien dio testimonio y dijo: ‘He encontrado en David hijo de Jesé a un hombre que complace a mi corazón. Él hará todas las cosas que yo deseo’.

Salmo 38:4.
4 Porque mis errores están sobre mi cabeza; son una carga pesada, demasiado pesada para mí.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
jw.org