Texto publicado por Urria Gorria

recordando al cuponero de la ONCE Juan Carlos Garcia muerto a los 34 años en #Oviedo #Asturias

“DESPEDIMOS A UN COMPAÑERO”

Juan Carlos García Serna, el que fuera miembro del Consejo Territorial durante dos legislaturas, falleció el lunes 11 de enero con 34 años de edad. Llevaba más de 15 años de relación laboral en la ONCE y a pesar de todo nunca llego a estar indefinido, no sirvió ser afiliado, ni miembro del Consejo Territorial, siempre las circunstancias y en alguna ocasión sus propios errores, le impidieron tener una estabilidad laboral, pero considero que sobre todo fue el trato que recibió de muchos de los que se llamaban compañeros.

La primera vez que estuvo a punto de ser indefinido cuando le quedaba poco para firmar cumpliendo con las ventas allá por el 2009, se encontró con que los criterios de venta para ser indefinidos aumentaron repentinamente y por tanto como si fuera un número y no una persona le impidieron su pase a indefinido, esto no sólo le sucedió al él sino a muchos trabajadores y tuvo como consecuencia mantenerlo numerosos años a contratos de interinidad.

Fue elegido Consejero Territorial, y eso le supuso relacionarse con toda la dirección y por “casualidad” y relativamente al poco de su elección se le realizó nuevamente contrato temporal de un año y cuando iba a renovarlo, estando ya bien situado en un buen punto de venta y con muchos “amigos” sufrió un accidente del que estuvo en coma y hospitalizado muchos meses y me revelaba que cuando se reincorporó, su sorpresa fue que le habían activado varios libros de rasca y cobrado y cuando pregunto, le contestaron porque pensaban que de esa no salía, pelillos a la mar, era Consejero e interesaba llevarse bien con la dirección y además al estar hospitalizado había perdido la renovación por lo que no podía protestar demasiado y nuevamente varios años a contratos de interinidad, eso sí básicamente con buenas relaciones y buenos puntos de venta. En esta época no eran pocas las “amistades” que tenía debido a su cargo y al trato afable y buen humor del que normalmente hacía gala y tampoco fueron pocos los errores que cometió, pero todo se arreglaba y no pasaba nada. Pero en algún momento empezó a torcerse, quizá por ser contrario al contrato junior y manifestarlo, quizás por ser contrario al copago en los servicios sociales, quizás estos y otros comentarios eran molestos y cayó en desgracia hasta tal punto que le abrieron expediente por no realizar la liquidación, sin preguntar, ni tener en cuenta las circunstancias que rodearon ese expediente, pues le imputaban la liquidación en unos días donde el jamás podría haberla realizado al estar hospitalizado, hospitalización derivada de las presiones a las que estaba siendo sometido y naturalmente ese expediente fue sobreseído, pues era una vergüenza, pero no acabo hay, al final no le renovaron, tras más de una década de relaciones laborales, lo dejaron sin contratar más de seis meses por lo que perdía la condición de senior y volvía a la plantilla como junior contratándolo esporádicamente y casi todos los “amigos” que antes le llamaban y le daban palmaditas desaparecieron, salvo alguna honrosa excepción que entendía que las personas estaban por delante de sus intereses y de la política de empresa.

En varias ocasiones nos reunimos con la dirección para que atendiesen a las necesidades de un afiliado invidente y que estaban dejando en una situación de vulnerabilidad extrema, contestándonos con buenas palabras, pero con muy pocos hechos, pues dejaron al trabajador casi tres trimestres sin contratar, tras todas las buenas palabras e intenciones que nos manifestaba la dirección. En esta situación y dada su situación económica solicitó la ayuda de 800€ que se concedía a la plantilla en el periodo de ERTE,(le habían contratado unos pocos días antes del cese de actividad) con la mala suerte de finalizar su contrato de interinidad al poco de recibir la ayuda, le descontaron de su última nómina todo lo que pudieron sabiendo su situación y aun así quedaba pendiente parte del pago de la prestación, nuevamente y con circunstancias que la dirección ya conocía y en esta ocasión sin tan siquiera contestarnos a la solicitud de reunión, no volvieron a contratarlo hasta mediados de noviembre de 2020 y en esa primera nómina le descontaron la totalidad del pago de la deuda pendiente, que necesitaba y para colmo sabiendo las dificultades por las que pasaba, la parte correspondiente de la paga extra de diciembre, que no era mucho, no se la abonaron en fecha como al resto de plantilla, diciéndole que se lo abonarían a la finalización de su contrato como finiquito, me comentaba Juan Carlos que daba la impresión de buscar que no pudiera realizar la liquidación para tener la excusa de no contratarlo, también que a pesar de ser invidente y de sus condiciones se notaba el cambio, ya no era sólo que le contratasen muy esporádicamente, su pase a júnior, la indiferencia de la dirección, el trato recibido, el hecho que no le daban buenos puntos de venta, sino que además me manifestaba que se sentía presionado pues había visto a la gestora más veces este año en sus esporádicos contratos que en los tres años que estuvo vendiendo en Castrillón.

Como delegado sindical muchas veces veo lo peor de esta “casa” y naturalmente hay personas y hechos que no se pueden olvidar y desde luego Juan Carlos García Serna es uno de los que no pienso olvidarme.

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En Oviedo a 14 de enero de 2021