Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día miércoles 21 de octubre del año 2020.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día miércoles 21 de octubre del año 2020.

Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo
(Filip. 2:5, 7).

Los cristianos verdaderos imitamos a Jesús, que nos mostró a la perfección hasta qué grado puede ser generoso un ser humano
(Mat. 20:28).
Así que hacemos bien en preguntarnos: “¿Puedo seguir el ejemplo de Jesús aún mejor de lo que lo estoy haciendo?”
(1 Ped. 2:21).
Podemos tener la aprobación de Jehová si copiamos el ejemplo perfecto que él y su Hijo nos han dado. Para ello, debemos interesarnos por el bienestar de los demás y buscar maneras de ayudarlos en lo que necesiten.
En la parábola del buen samaritano, Jesús dejó claro que él espera que sus discípulos hagamos todo lo que esté en nuestra mano por los demás, sin importar sus antecedentes
(Luc. 10:29-37).
Recordemos que Jesús dio esta parábola porque un judío le preguntó: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”.
Su respuesta indica que debemos estar dispuestos a ser generosos como el samaritano para tener el favor de Dios.
w18.08 19 párrs. 5, 6

La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo.

Filipenses 2:5.
5 Mantengan esta misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús,

Filipenses 2:7.
7 No, más bien dejó todo lo que tenía y tomó la forma de un esclavo y se convirtió en un ser humano.

Mateo 20:28.
28 Eso fue lo que hizo el Hijo del Hombre. Él no vino para que le sirvieran, sino para servir a los demás y para dar su vida como rescate a cambio de muchas personas”.

1 Pedro 2:21.
21 De hecho, para esto fueron llamados, porque el propio Cristo sufrió por ustedes y así les puso el ejemplo para que siguieran fielmente sus pasos.

Lucas 10:29-37.
29 Pero, queriendo demostrar que era justo, el hombre le preguntó a Jesús: “Y ¿quién es en realidad mi prójimo?”. 30 Jesús le contestó: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que le quitaron hasta la ropa y lo golpearon, y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Dio la casualidad de que un sacerdote bajaba por ese mismo camino; pero, cuando lo vio, pasó de largo por el otro lado del camino. 32 Igualmente, cuando un levita llegó a ese lugar y lo vio, pasó de largo por el otro lado. 33 Pero cierto samaritano que viajaba por ese camino llegó adonde él estaba y, al verlo, se conmovió profundamente. 34 Así que se le acercó, le echó en sus heridas aceite y vino, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propio animal, lo llevó a una posada y lo cuidó. 35 Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño de la posada y le dijo: ‘Cuídalo, y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’. 36 ¿Cuál de los tres piensas que se hizo prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”. 37 Él le contestó: “El que lo trató con compasión”. Entonces Jesús le dijo: “Vete y haz tú lo mismo”.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
jw.org