Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día jueves 15 de octubre del año 2020.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día jueves 15 de octubre del año 2020.

Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes
(Heb. 10:24).

En cierta ocasión en que Jesús estaba en la región de Decápolis, “le trajeron un hombre sordo y con un impedimento del habla”
(Mar. 7:31-35).
Él “se lo llevó aparte” y lo curó. ¿Por qué no lo hizo delante de todos? Quizás porque se dio cuenta de que, como era sordo, probablemente se sentía incómodo entre la multitud.
Es verdad que nosotros no podemos hacer milagros. Pero sí podemos y debemos prestar atención a las necesidades y sentimientos de nuestros hermanos. Jesús trató a aquel sordo con consideración. Del mismo modo, debemos ser considerados con los mayores y los que tienen problemas físicos. La característica más importante de la congregación cristiana no es la eficiencia, sino el amor
(Juan 13:34, 35).
Este amor nos motiva a hacer todo lo que podamos por ayudar a los mayores y a los que tienen problemas físicos para que puedan ir a las reuniones y predicar. Y actuamos así aunque ellos no puedan hacer tanto como quisieran
(Mat. 13:23).
w18.09 29, 30 párrs. 7, 8

La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo.

Hebreos 10:24.
24 Y estemos pendientes unos de otros para motivarnos a mostrar amor y a hacer buenas obras,

Marcos 7:31-35.
31 Entonces Jesús regresó de la región de Tiro al mar de Galilea pasando por Sidón y la región de la Decápolis. 32 Y le trajeron a un sordo que además tenía dificultades para hablar y le suplicaron que pusiera su mano sobre él. 33 Él se lo llevó aparte, lejos de la multitud. Puso sus dedos en los oídos del hombre y, después de escupir, le tocó la lengua. 34 Y, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo “Éffatha”, es decir, “Ábrete”. 35 Al instante se le abrieron los oídos y su dificultad para hablar desapareció, y empezó a hablar con normalidad.

Juan 13:34, 35.
34 Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; que, así como yo los he amado, ustedes se amen unos a otros. 35 De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros”.

Mateo 13:23.
23 Y la semilla que se sembró en la tierra buena son los que oyen la palabra y comprenden su significado. Estos sí dan fruto. Unos producen 100 veces más; otros 60, y otros 30”.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
jw.org