Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Aviación sin barreras del 1 de octubre.

Buenos días estimados amigos:  Adjunto el enlace de Aviación sin barreras, con información de medios de comunicación de Ecuador, Perú, Uruguay, Colombia,
España, internacional, artículos de actualidad sobre aviación, tecnología, cultura, ecología, salud, siete cuentos a texto completo y la Guía de aeropuertos
del Ecuador accesible para PCD.

Saludos cordiales y bienvenidos a octubre.

El Viejo Aviador.

Aviación sin barreras, Jueves 01 de octubre de 2020.
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Jueves, 01 de octubre de 2020.

Buenos días estimados amigos:  Tan pronto se pase el índice, se mire o escuche el primer párrafo de un libro de Dean Koontz, ya sea en braille, audio o
tinta y papel empezará a emerger los nervios, ansiedad o temor de lo que ha creado tan insigne escritor; y “Víctimas” no es la excepción.  Pero se podrá
decir a favor de esta obra, que para paliar tal tensión, el autor acompaña a los más tensos momentos con personajes llenos de inteligencia y ternura, capaces
tal vez… de sobrellevar las más duras pruebas a las que este libro de terror los somete.

Ya inmerso en la acción del libro, causa cierto alivio el sentirse protagonista externo de la obra, capaz de sentir o prevenir a los personajes de algún
peligro y  tomar tal o cual curso de acción, desde la tibia comodidad de un viejo sillón de lectura, donde por ventura puedes detener el más álgido momento
para tomar un descanso y aliento a tu favor, y el final… el final sin temor a equivocación muy bien vale la pena con toda la odisea de su fenomenal contenido.

Título:  Víctimas.

Autor:  Dean R Koontz.

Nota de contraportada:  Dos criaturas fuera de lo común escapan de un siniestro y secreto laboratorio del gobierno, que su nombre no debe ser ni siquiera
murmurado. Uno, un asesino; el otro de buenas cualidades. Eran animales y fueron transformados. Para los científicos que los crearon, ellos son el producto
final de un experimento de ingeniería genética sobre el aumento de la inteligencia. Las personas que con ellos se relacionan encontrarán su perdición,
así como una nueva y emocionante especie de amor.

Tú, lector, no debes de mirar hacia atrás.

Alguien, o alguna cosa peligrosa pueden estar observando, siguiéndote...

Puede ser un hombre decente llevado por la desesperación...

Puede ser un adorable perro juguetón, que no es lo que parece...

Puede ser un asesino profesional, un verdadero genio en el arte de ejecutar su trabajo...

Puede ser una linda mujer, con un pasado triste y terrible...

Puede ser un salvaje fugitivo de una pesadilla genética...  Algunos son víctimas. Otros son los victimarios. Y, a medida que trazan su destino rumbo a
una violenta confrontación, los inocentes tienen que aprender a defenderse para protegerse de un extraño y terrible enemigo...

Acerca del autor:  Dean Koontz ganó el concurso de ficción Atlantic Monthly en 1965, a la edad de veinte años. Desde entonces, no dejó de escribir. Sus
obras vendieron más de treinta millones de ejemplares en todo el mundo. Refiriéndose a Intrusos, New York Times lo clasificó de "inventivo y cautivante,
de causar escalofrió la mayoría de las veces". Mary Higgins Clark concuerda: "Excitante, agradable, enteramente satisfactorio." Relatando una amenaza actual,
totalmente posible de suceder el día de hoy, Dean Koontz se afirma como un gran maestro de la narrativa de suspenso y terror.

Cita 1.

“Mirando hacia abajo en aquella profunda pendiente, podía ver solamente unos quince metros al frente, hasta una sorprendente oscuridad que ocupaba toda
la vereda.

Cuando Travis estaba listo para apartarse de la luz del sol y continuar, un perro salió corriendo jadeante de los matorrales en dirección a él. Por la
apariencia, era un perro labrador dorado, de raza pura. Un macho. Y, con certeza, no tenía más de un año. Aunque ya estuviese alcanzando casi el límite
de su crecimiento, tenía algunos trazos de ser todavía un cachorro. Su pelo fino estaba mojado, sucio, todo revuelto, lleno de espinos, hierbas y hojas.
El perro se detuvo frente a él, se sentó, levanto la cabeza y ladro con clara expresión de amistad”.

Cita 2.

“Cuando Travis se acordó de buscar en su collar la placa de identificación, no la encontró.  Ciertamente tú no eres un perro salvaje... no es así amigo? 
El perro ladró.  No. Eres muy amigable para ser salvaje. No estás perdido, verdad? El perro le lamió la mano.  Travis percibió sangre seca en la oreja
derecha del animal, abajo del pelo sucio y mojado. Sangre más fresca podía verse en las patas delanteras, como si hubiese corrido mucho tiempo por un terreno
accidentado, hasta que las patas resultaron heridas.  Parece que has hecho un viaje muy difícil, amiguito.  El perro parecía estar de acuerdo con lo que
Travis estaba diciendo”

Cita 3.

“Ahora sigue tu camino. Palmeó levemente con la mano en el lomo del animal y se levantó. El perro permaneció frente a él.  Travis avanzó en dirección del
estrecho sendero que conducía a la oscuridad, al fondo.  El perro se lanzó frente a el, bloqueándole su camino a la vereda.  Sal del frente, amigo.  El
perro mostró los dientes y gruñó suavemente. Travis frunció las cejas.  Bueno! Eres un buen perro. Cuando intentó pasar, el animal gruñó nuevamente e intentó
morderle las piernas.  Travis retrocedió dos pasos.  Hey, que pasa contigo?”.

Cita 4.

“Ahora, si lo voy a conseguir, pensó Travis. Voy a deshacerme de él.  Pero el perro continuaba bloqueando la entrada de la vereda, mirándolo de forma extraña,
como censurándole sus intenciones.  Alguna cosa en el comportamiento humilde del animal, cuyos ojos oscuros y grandes parecían hablar, hizo que Travis
se sintiese culpable por haberle tirado piedras. El pobre perro parecía decepcionado con él, y Travis se sintió avergonzado. Eh, escucha, dijo. Tú comenzaste
todo, lo sabes.  El animal simplemente lo miraba fijamente.  Travis dejó a un lado el resto de las piedras. El perro miró las piedras, levantó los ojos
una vez más, y Travis podía jurar que vio una mirada de aprobación en el animal”.

Cita 5.

“Obviamente y sorprendentemente, el perro había hecho de todo para impedirle a proseguir camino abajo, por la vereda, porque alguna cosa más estaba por
ahí. Alguna cosa peligrosa. Ahora el perro quería que el corriese, porque aquella peligrosa criatura estaba cada vez más próxima.  Alguna cosa estaba viendo.
Pero qué?  Travis no estaba preocupado. Solo un poco curioso. Cualquier cosa que se estuviese aproximando, podría asustar a un perro. Pero nada en aquel
matorral, ni un coyote o un puma, atacaría a un hombre”.

Cita 6.

“Los fuertes ruidos de las cigarras fueron interrumpidos como si alguien, en ese momento, hubiese levantado la aguja de un tocadiscos. El bosque presentaba
un silencio que no era natural.  Travis, entonces, escuchó a alguna cosa corriendo por dentro de la oscura vereda. Un ruido áspero, como el crepitar de
las piedras cuando están siendo movidas de su lugar. Un sonido incierto de gruñidos secos. La cosa parecía estar más cerca de lo que en realidad estaba,
porque el sonido se amplificaba a través del espeso túnel de árboles. A pesar de eso, la criatura sí se estaba moviendo rápido. Muy rápido. Por primera
vez, Travis tuvo la sensación de que estaba corriendo un grave peligro. Él sabía que nada en el bosque era tan grande o lo suficiente fuerte para atacarlo”.

Cita 7.

“La vida de Travis Cornell estuvo llena de peligros y tragedias, y nunca retrocedió delante de nada ni de nadie. Ni en los peores momentos, Tranquilamente
enfrentaba la privación, el dolor o el miedo. Pero ahora, alguna cosa diferente estaba sucediendo. Perdió el control. Por primera vez, en toda su vida,
entró en pánico. El miedo lo atrapó, sintiéndolo muy profundamente, como jamás había sentido. Al correr, sintió un escalofrío en la piel y un sudor helado,
y no podía saber por qué su desconocido perseguidor le provocaba aquel terror absoluto. No miró para atrás. Inicialmente, no quiso despegar los ojos de
la vereda tortuosa, temiendo caer en alguna trampa del terreno. Pero mientras más corría, más el pánico aumentaba, y, después de correr unos cien metros,
quedó claro en su mente por qué no quería mirar hacia atrás, tenía pavor de lo que pudiese ver”.

Cita 8.

“De nuevo, el perro comenzó a ladrar amenazadoramente a la criatura que los perseguía. El animal estaba visiblemente tembloroso y su cabeza se balanceaba.
Aunque desafiase el peligro que llegaba del matorral, estaba profundamente temeroso de un posible enfrentamiento.  El miedo que el perro sentía dejaba
a Travis aún más nervioso. Los perros labradores eran conocidos por su audacia y coraje. Eran criados para ser los compañeros de los labradores y luego
usados en peligrosas operaciones de rescate. Que peligro o amenaza podían provocar tanto miedo y ansiedad en un perro fuerte y soberbio como aquel?”.

Cita 9.

“Cada vez que el animal sentía miedo, Travis sentía pavor.  Abrió la parte de atrás de la pick up y dijo: Sube. Te voy a dar un aventón para salir de este
lugar.  De un brinco, el perro se acomodó en la pick up.  Travis cerró la tapa trasera con fuerza y dio la vuelta a la camioneta. Cuando jaló la puerta
para entrar, pensó haber visto un leve movimiento en un arbusto próximo. No atrás, en el bosque, sino al otro lado de la entrada”.

Cita 10.

“Travis intentó mantener al animal a distancia. Pero este se esforzó más hacia el frente, casi subiéndose en la lateral de la carrocería, intentando lamerle
el rostro. Travis acabó riendo del comportamiento del animal y le acarició los pelos alborotados.  El perro parecía alegre y agitaba frenéticamente la
cola. Ese hecho provocó un efecto extraordinario sobre Travis. Su mente permaneció por mucho tiempo sumergida en completa oscuridad, alimentada por pensamientos
de muerte, culminando con la aventura de aquel día. La incomparable alegría del perro por estar vivo representaba para Travis un foco de luz penetrando
en lo más profundo de su tristeza, recordándole el lado hermoso de la vida, del cual se había apartado hacia mucho”.

Cita 11.

“No pienses que puedo cuidar de ti. Es mucha responsabilidad, compañero. Eso no va con mis planes. Lo siento mucho.  El perro tenía una mirada suplicante.
Pareces tener hambre, amiguito. El perro gruño de nuevo, levemente. Está bien, tal vez pueda ayudarte. Creo que hay una barra de chocolate en la guantera...
además hay un McDonald's no muy lejos de aquí, donde podemos conseguir algunas hamburguesas. Pero después de eso... te suelto de nuevo o te llevo a la
perrera”.

Cita 12.

“Nora Devon tenía miedo del técnico que había llamado para reparar el televisor. Aunque el aparentase tener unos treinta años, poseía el ímpetu y el atrevimiento
de un adolescente. Cuando ella abrió la puerta, él la miró audazmente de los pies a la cabeza y luego se identificó: Art Streck, de la oficina de reparaciones
Wadlow. La miró a los ojos y le guiñó un ojo.  Parecía un hombre educado, no un violador o un psicópata. Pero, de alguna forma, Nora estaba preocupada,
tal vez por su osadía e imprudencia desentonaban de su apariencia  ¿Usted solicitó nuestros servicios? —preguntó él en cuanto ella vaciló a la entrada
de la puerta. Aunque la pregunta pareciese inocente, la inflexión que el colocó en la palabra "servicio" sugería claramente relación sexual”.

Cita 13.

“Entonces, decidió hacer un bollo. Un bollo con cubierta de chocolate. El trabajo la mantendría ocupada, ayudándola a desviar la mente de las maliciosas
observaciones de Streck. Nora sacó recipientes, moldes, la batidora eléctrica, levadura y otros ingredientes del armario de la cocina y comenzó. Aquella
común actividad doméstica, hacía que se calmase.  Tan pronto acababa de voltear la masa en dos formas de bollo, Streck entro en la cocina y dijo: Le gusta
cocinar?

Asustada, ella casi dejó caer todo en el piso. Rápidamente sujetó las cosas con firmeza. Y con un barullo que denunciaba su tensión colocó el tazón de
la batidora y la cuchara en el fregadero para ser lavados. Sí, me gusta cocinar —respondió. No es lindo? Admiro una mujer que gusta de hacer trabajos de
mujer”.

Cita 14.

“Me asustó.  ¿Yo? preguntó el, sonriendo, mirando fijamente los ojos azules de Nora. No pretendía hacer eso. Disculpe. Soy descuidado, Sra. Devon. Soy
yo mismo. Todo lo que quiero es un vaso de agua. Usted no pensó que yo quería alguna cosa más, o sí?  Era extremamente malicioso y petulante. Ella no podía
saber cuan malicioso, hábil con las palabras, frío y agresivo.  Deseaba abofetearlo, pero tenía miedo de lo que pudiese suceder después. Discutir con él,
de algún modo, sería reconocer sus ofensas, sus insinuaciones, y podría volverlo a una actitud más ofensiva, en vez de detenerlo.  Streck miraba fijamente
hacia ella, con voracidad, con vigor, deseándola ardientemente”.

Cita 15.

“Si... me gusta la jardinería. Apruebo eso, dijo él, como si a ella le importase el hecho de aprobar o no. —Flores... esa es una actividad por la cual
una mujer se debe interesar. Cocinar, labor de punto, cuidar del jardín... ¡caramba!, usted es una mujer dotada. Apuesto que hace todo bien, Sra. Devon.
Quiero decir... todo lo que una mujer debe hacer. Apuesto que usted es una mujer notable en todo lo que hace. Si el me toca, voy a gritar, pensó ella. 
Pero los muros de la bella casa no permitirían que alguien escuchase los gritos, además, los vecinos estaban a cierta distancia. Nadie la escucharía o
vendría en su ayuda.  Voy a golpearlo, pensó ella. Voy a defenderme. De hecho, ella no estaba muy segura si podría luchar, si tendría capacidad para hacer
tal cosa. Aun que intentase defenderse, él era más grande y más fuerte”.

Cita 16.

“A pesar de que Streck continuaba metiéndose donde no era llamado, opinando sin que le pidieran su consejo, parecía que finalmente acababa de reconocer
su debido lugar. Y Nora estaba satisfecha consigo misma. Usando algunos trucos, como hablar de un marido inexistente con admirable calma, ella finalmente
acabó consiguiendo tomar el control de la situación. Esta no era la manera exacta como un gato se enfrentaría a un enemigo, pero tampoco era el comportamiento
tímido y asustadizo de un ratón”.

Cita 17.

“Ahora mientras ella salía de la cocina, aparentando tener todo bajo control, él se mostró más atrevido que nunca. La miraba de arriba abajo, como si la
estuviera imaginando desnuda, y la miraba a los ojos de forma desafiante. Nora encontró la cuenta muy alta, pero no argumentó nada, porque deseaba verlo
fuera de la casa lo más rápido posible. Al sentarse en la mesa de la cocina para hacer el cheque, el adoptó su ya conocido ardid de acercarse muy junto
a ella, intentando intimidarla con su masculinidad y su tamaño. Cuando Nora se levantó para entregarle el cheque, el buscó la manera de tomar el cheque
de las manos de ella sugestivamente, tocándole los dedos. Por todo el camino a lo largo del vestíbulo, Nora estaba más que convencida de que él, de repente,
colocaría su caja de herramientas en el piso y la atacaría por detrás. Pero consiguió abrir la puerta y empujar la puerta con mosquitero. Su corazón que
estaba latiendo muy rápido, volvió a trabajar normalmente”.

Cita 18..

“Saltó asustada cuando el teléfono sonó.  Dejó el lápiz y tomó el teléfono.  Aló?  Gracioso... dijo la voz de un hombre.  No entiendo.  Nunca escucharon
hablar de él.  Disculpe, dijo ella, segura que el hombre había marcado su número equivocadamente.  Es la Sra. Devon quien está hablando?  Ahora reconoció
la voz.  Era él: Streck . Creo que hay un error en la computadora, dijo Streck, soltando una risita. Si, con seguridad el computador sacó el nombre de
su marido de la lista de policías”.

Cita 19.

“Eso es, yo sé que eres un buen chico, dijo Travis, para estimular al animal. Cuando se aproximó a Travis, se sentó con la barriga en el suelo, después
rodó de costado, colocando las cuatro patas por encima, como queriendo decir que ahora estaba todo bien. Miraba a Travis con una mezcla de amor, confianza
y un poco de miedo.  Travis sintió un ahogo en la garganta e inmediatamente le vinieron lágrimas a los ojos. Entonces tragó en seco, retuvo las lágrimas
y dijo para sí mismo que estaba siendo un bobo sentimental. Pero sabía, por qué aquella sumisión del perro le había afectado tan fuertemente. Por primera
vez, en tres años, Travis Cornell percibió que alguien necesitaba de él. Sintió un implicación profunda con otro ser vivo. Por primera vez en tres años
el encontraba una razón para vivir.  Dejó escapar la cólera y comenzó a hacer cariño al animal, rascándole la barriga”.

Cita 20.

“Usted es muy bonita, Nora Devon.  Muy bonita. Y sé lo que usted necesita.. Yo lo sé, Nora. Sé lo que usted necesita y voy a dárselo.  El cuerpo de Nora
comenzó a temblar. Ella colocó el teléfono en el lugar.. Doblándose para el frente, en la cama, sentía que el cuerpo iba a quebrarse en mil pedazos, hasta
que los temblores lentamente desaparecieron.  No poseía arma alguna. 

Nora comenzó a sentirse desprotegida, frágil, terriblemente sola. Se preguntó si no debería llamar a la policía. Pero que iba a decirle a ellos? Que estaba
siendo blanco de un acoso sexual? Los policías se quedarían riendo de ella. Ella? Un objeto sexual? Ella era una ama de casa, vieja, tan simple, ni remotamente
el tipo de mujer que haría volver la cabeza de un hombre, provocándole sueños eróticos. La policía podría pensar que estaba inventando todo, o era histérica.
O también podrían suponer que ella había interpretado mal la delicadeza de Streck, confundiendo con interés sexual, exactamente lo que había pensado la
primera vez”.

Muy atentamente.

Luis Eduardo cueva Serrano.

Aviación sin barreras.

Quito, Ecuador, Sudamérica.