Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Aviación sin barreras del 19 de junio.

Buenos días estimados amigos:  Adjunto el enlace de Aviación sin barreras, con información de medios de comunicación de Ecuador, Perú, Chile, Argentina,
Uruguay, Colombia, España, Internacional, artículos de actualidad sobre aviación, tecnología, cultura, ecología, salud, cinco cuentos a texto completo
y la Guía de aeropuertos del Ecuador accesible para PCD.

Saludos cordiales y les deseo un muy buen fin de semana.

El Viejo Aviador.

Aviación sin barreras, Viernes 19 de junio de 2020.
https://www.sendspace.com/file/wq1t51

Viernes, 19 de junio de 2020.

Buenos días estimados amigos:  ¿Has sentido como ríe tu alma?  Pues si no lo has vivido, paciencia, ten calma e ingresa por la primera página de esta hilarante
historia, no por ello menos cierta y que bien podría servir como guía de buenas intenciones entre padres e hijos para aplacar emociones, acercar posiciones
hasta arribar a la mutua comprensión del porqué entre diferentes generaciones sí o sí se llegan a manifestar roces imposibles de evitar. 

Pasadas las primeras páginas, casi que como por arte de magia y tirado por invisibles hilos de sus verídicas pero cómicas situaciones, percibirás que es
posible reírse a mandíbula batiente, mientras en sincrónicas analogías reflejas experiencias calcadas, una y otra vez repetidas de lo que con seguridad
has experimentado en familia.

Se pensaría que esta obra, cuento o relato no está catalogado bajo ningún estrato, sino que es una ingeniosa guía, reglamento o mandamientos que padres
e hijos deberíamos leer para saber cuán felices se puede ser acercando unos a otros posiciones.

Título:  Querido hijo, estamos en huelga.

Autor:  Jordi Sierra i Fabra.

Nota de contraportada:  Felipe nunca ayuda en casa, es maleducado, miente y además ha terminado el curso con malas notas.  Espera recibir una buena bronca,
pero sus padres pasan de él…  ¿Serán extraterrestres, habrán sido abducidos por ellos?  Peor, se han declarado en huelga y no son los únicos, sus amigos
también han sido abandonados a su suerte. 

¡Padres al poder!

Cita 1.

“En el momento de abrir los ojos Felipe se quedó mirando el techo, había una mancha de humedad desde hacía varias semanas, cosas de vivir en el último
piso.  Lo curioso es que la mancha de humedad tenía forma de indio con plumas y todo, un inmenso penacho, la cara de perfil desde luego pertenecía a un
gran jefe, él le llamaba “Águila negra”, Águila por las plumas y negra porque era oscura”.

Cita 2.

“¡Las 9:40! No pudo creerlo, era tardísimo.  ¿Por qué su madre no le había despertado?  Vale, el cole había terminado hace tres días, pero ella como mucho,
a las 9 ya le ponía en pie con su batería de argumentos:  Qué si se le pegaban las sábanas, que si  luego se acostumbraba a dormir y en septiembre le costaría
volver a coger nuevamente los hábitos escolares, que si dormía mucho perdía demasiadas horas del día, sobre todo las horas de la mañana que eran las mejores,
que si se ponía gordo”.

Cita 3.

“Todavía no era verano, faltaban dos semanas para irse de vacaciones, pero el día desde luego invitaba a hacer de todo, salir a la calle, divertirse con
los amigos, jugar un partido.  Bueno, si su madre le dejaba después de las notas”.

Cita 4.

“Cate en mate, cate en lenguas, las dos a la vez encima.  La bronca que le habían echado sus padres tres días antes fue de campeonato, de órdago, de vuelta
a los que si, que si no aprovechaba, que si era un burro, que si así no iría a ninguna parte, que si tendría que recuperar en verano, que si con lo inteligente
que era no tenía sentido que suspendiera, que si distraía por el vuelo de una mosca, que si no ponía atención, que si…  Mira Felipe, estudiar es importante,
pero leer todavía más”.

Cita 5.

“Mira Felipe le había dicho su madre, o cambias y te pones las pilas, o un día te arrepentirás, porque ya no habrá vuelta atrás, serás un pobre sin cultura
que es lo peor que hay.  Bueno, faltaban tres meses para los exámenes de septiembre, no iba a ponerse ya a estudiar y leer nada más acabar el cole”.

Cita 6.

“Desconectar, esa era la palabra, los mayores lo usaban mucho ¿No?  Pues él también, a lo mejor por eso su madre no le había puesto  el pie un día antes
para que “desconectara”.  Tenía que ducharse, lavarse los dientes y vestirse, cosas que le daban siempre pereza, pero más en vacaciones.  ¡Qué manía con
la ducha!  Y qué manía con los dientes, total se le caerían todos a los 70 u 80 como al abuelo Valerio, si se los lavaba por la noche, para qué volvérselos
a lavar por la mañana”.

Cita 7.

“Había quedado con Ángel para jugar al fútbol en el parque; el parque, ese sí era un buen plan, así que fue a buscar a su madre, que como trabajaba como
traductora en casa, no tenía un horario riguroso, ni se pasaba el día en la calle”.

Cita 8.

“Su madre estaba en la terraza de la galería haciendo… Mamá, ¿Qué haces?  Pues gimnasia.  Felipe abrió los ojos, ¿Gimnasia? Su madre tenía 40 años, era
alta, todo el mundo decía que era muy guapa, ojos grandes, nariz perfecta, cabello largo y negro, buena figura, su padre la adoraba.  A veces la miraba
y le soltaba el:  ¡Tienes la madre más preciosa del mundo!  Se querían, claro, ahora su madre hacía gimnasia, allí, en mitad de la terraza, luciendo un
ajustado top y unos pantaloncitos a la vista de todo el mundo… porque había casas más altas que la suya”.

Cita 9.

“¿Vas a quedarte allí mirándome como un pasmarote? Le soltó de pronto.  Felipe reaccionó, solía quedarse absorto.  ¿Por qué haces gimnasia? Quiso saber. 
Para ponerme en forma, que luego te descuidas y pasa lo que pasa.  ¿Qué es lo que pasa?  Pues que el día menos pensado te empieza a colgar todo”.

Cita 10.

“A su madre le pasaba algo, 40 años, ya era mayor la pobre.  Y eso, ¿Qué tanto tiene que ver con la monopausia?  Meno, no mono, le corrigió menopausia,
luego le miró de soslayo, frunció el ceño y preguntó:  ¿Dónde has oído tú esa palabra si no eres nada?  En el cole, pasó por alto su puya, uno dijo que
la Florencia suspendía porque estaba monopúsica, bueno menopáusica.  Qué tonterías, se enfadó ella, qué manera de faltar al respeto, y encima sois tontos
y os echáis la culpa a los demás”.

Cita 11.

“Se asomó a la galería, su madre seguía igual.  Qué raro que no le controlara, bueno, mejor.  Felipe fue a su habitación para vestirse, pasando de la ducha
y de lavarse los dientes, con su madre ocupada seguro que no se daba cuenta, se puso los pantalones de deporte y buscó su camiseta favorita, la de su equipo,
para jugar al fútbol con ella, pero la camiseta no estaba allí.  Primera alarma”.

Cita 12.

“Felipe regresó a la galería muy enfadado, se cruzó de brazos y así en tono amenazador dijo:  Mamá, ¿Y mi camiseta de fútbol?  ¡Oh! No lo sé, respondió
ella dando saltitos con las rodillas muy levantadas, mientras soltaba aire a pequeños soplidos.  ¿Cómo que no lo sabes?  Su madre era la reina del control,
aquella era una respuesta imposible.  ¿No está en tu cuarto?  Nooo, la necesito hoy, pues qué raro”.

Cita 13.

“¡No la has lavado! Gritó exasperado.  Ahora sí su madre puso una cara muy curiosa, como de desconcierto.  ¿Yooo? Dijo rematando la “o”, pero si la que
lava las cosas es la lavadora, se lo dije a ella, lo recuerdo perfectamente.  Su madre debía de llevar mucho tiempo al sol, se le había ablandado el cerebro,
o eso, o estaba enferma.  Cómo que se lo dijiste a la lavadora, tartamudeó él desconcertado.  Si, ayer, lo recuerdo perfectamente, le dije, lava esto,
Felipe lo necesitará para jugar”.

Cita 14.

“Su madre se había vuelto loca, decidida y rematadamente loca.  La pobre, su trabajo, cuidar la casa, sus suspensos, era fuerte o lo parecía, mucho más
que otras madres, pero al final… la edad, la menopausia o lo que fuera, había podido con ella”.

Cita 15.

“la prueba final de que algo estaba sucediendo llegó al irse de casa, por lo general, había que discutir, pactar, prometer, volver a la hora, jurar portarse
bien, no meterse en líos, cruzar la calle por el semáforo y un largo etc.   Con los dos cates en mi mochila, el peligro eran los castigos, que no lo dejaran
salir, una venganza típicamente adulta”.

Cita 16.

”Mamá me voy, gritó aún más.  Y desde la terraza, en pleno esfuerzo gimnástico ella le respondió con un simple y lacónico:  Bien.  Ninguna prevención,
adoctrinamiento, nada, bueno, ya pensaría en ello después.  Ahora… echó a correr, cerró la puerta de golpe, saltó los escalones de tres en tres, evitó
llevarse por delante a la señora Elvira la del tercero y subía y bajaba a pie”.

Cita 17.

“¿Ha habido bronca?  No, pues si a mí por un suspenso casi me condenan a la silla eléctrica, a ti con dos… ¿No es eso?  Vale, se rindió, a fin de cuentas
Ángel era su mejor amigo.  Es mi madre  dijo, está muy rara hoy.  La mía lo está siempre.  Dice que le ha hablado a la lavadora, bueno, la mía le habla
hasta la tele y hasta le grita”.

Cita 18.

“ya sabes que los mayores tienen días y días, que no siempre están igual, hoy te ríen una gracia y mañana eso mismo les carga y te sueltan un sermón. 
Mi madre no, respondió, va a piñón fijo”.

Cita 19.

“Llegó a su casa a una hora más que decente, con la camiseta rota, la rodilla pelada y su orgullo pisoteado.  La rodilla era una herida de guerra, lo otro
no, su querida camiseta, su honor.  A ver qué pasa ahora, puso cara de circunstancias, esperaba tropezarse con el sargento de guardia, o sea su madre,
en plan inspector general, pero nada más abrir la puerta con lo que se encontró fue con el silencio”.

Cita 20.

“No sabía que te gustaba la consola dijo, ¿Gustarme? Es genial.  Ah.  Has traído la pizza, no, entonces vete, avísame cuando lleguen, voy a batir récord
otra vez.  Papá, que la consola es mía.  La mirada que le lanzó su progenitor no auguraba nada bueno, no seas plasta, venga, déjame jugar.  Se dispuso
a comenzar de nuevo.  Que quiero jugar yo, lo siento pero me toca, anda, estudia o lee o haz algo pero no molestes”.

Muy atentamente.

Luis Eduardo Cueva Serrano.

Aviación sin barreras.

Quito, Ecuador, Sudamérica.