Texto publicado por Irene Azuaje

Fernando Báez expone la historia del bibliocausto

Por Sylvia Georgina Estrada
El investigador venezolano hace un recuento de las destrucciones de libros que han marcado la civilización

Las páginas negras de la civilización están marcadas con la censura, la destrucción y el olvido de miles de libros. Así lo relata el investigador Fernando Báez en su reciente obra: “Nueva Historia Universal de la Destrucción de los Libros” ( Océano, 2013).

El autor realizó una investigación exhaustiva sobre la desaparición de obras escritas, que va desde las tablillas sumerias hasta el terrible saqueo que sufrieron las bibliotecas y los museos de Irak en el siglo 21.

Además, el autor venezolano compartió con Zócalo su visión sobre la desaparición de los libros en la época contemporánea. “Antes usaban fuego, ahora usan software”, afirma.

- En las primeras líneas de su obra recoge una frase lapidaria, “Los libros se acabarán, pero ya no quedará nadie para saberlo”, también destaca el papel de éstos como una suerte de conciencia social. ¿De qué manera estas ideas influyeron en la elaboración de 'Nueva historia universal de la destrucción de los libros'?

“Aunque casi nadie puede informar sin limitaciones, hay una realidad en Afganistán y es la del amor de los libreros de Kabul por su oficio. Fuera del espacio de las ciudades globales, hay una diversidad cultural fascinante que no puede omitir el hecho de que para 4 mil 400 millones de personas hay libros sagrados (cristianos, musulmanes, judíos, taoístas, budistas, hinduístas), libros por los que están dispuestos incluso a sacrificar su vida por protegerlos.

“En mi obra, he propuesto la hipótesis de que quienes destruyen libros no son ignorantes sino gente bastante instruida que considera una herejía la memoria que no justifica su forma ortodoxa de pensamiento. Goebbels era filólogo, admirador de Nietzsche, y el mismo Heidegger avaló la quema de libros de su maestro Edmund Husserl debido a su afición ideológica, sectarismo”.

- Después de leer su obra, queda claro que la desaparición de los libros ha sido una constante en la historia de la humanidad. Pero, por supuesto incluyendo la célebre destrucción de la Biblioteca de Alejandría ¿Cuáles de esos sucesos llamaron particularmente su atención?

“También está la destrucción de la Biblioteca de Pérgamo, que fue rival de la de Alejandría, la quema de libros en China en 213 a.C., la hoguera de libros en el Auto de Fe contra los códices mayas y aztecas, el auto de fe en Granada contra la filosofía islámica, el biblocausto nazi de 1933, la destrucción de bibliotecas en Bagdad en 2033, el incendio de la Academia de Ciencia de Egipto, y en marzo de este año milicias rusas han quemado libros de la cultura de Ucrania en el este del país, un suceso muy lamentable que anuncia el gran peligro que sigue vigente ante una invasión”.

-La conquista, la censura, el fanatismo religioso han influido en la eliminación de muchas obras. En el libro aparecen sendos apartados sobre la conquista española, el 'bibliocausto' nazi, el franquismo, las dictaduras latinoamericanas, por mencionar algunos. ¿En su opinión, por qué es necesario recordar estos eventos que marcaron la historia reciente de la humanidad?

“Porque somos los que recordamos que somos. Identidad es memoria. Y quienes destruyen aniquilan símbolos culturales para transculturizarnos, como ya lo conté en 'El Saqueo Cultural de América Latina'. El objetivo es literalmente reconfigurar nuestra memoria para imponernos un modelo de vida o pensamiento. Algo de esto hablaba Orwell en su genial novela '1984'”.

-Durante los 12 años de trabajo que invirtió en el texto, ¿Cuáles son las enseñanzas, o la preguntas, que le dejó esta investigación?

“A mi edad, uno valora más las preguntas que las respuestas que obtiene de una investigación. En mi caso, me interesa mucho comprender qué es el libro en sí mismo como tecnología de la memoria en la evolución de la humanidad, comprender de qué modo la cultura modificó nuestra especie. Hay 1.5 millones de especies descritas por los biólogos, pero la única que escribe y publica libros es la nuestra. Eso no deja de asombrarme”.

- ¿Cómo aborda las destrucciones de libros en la era digital? La primera edición salió en 2004, entonces los ebooks ya eran una realidad...

“En 2004 no tenía la información que hoy tengo sobre los ebooks, entonces estaba muy fresco el triste recuerdo de lo ocurrido con la destrucción cultural de Irak y la nueva edición quiso advertir que contra el optimismo que tienen muchos amantes del libro, el ebook es muy vulnerable. La censura corporativa sigue en aumento, y tal como lo he comprobado estudiando las denuncias de Edward Snowden, ningún dispositivo de lectura electrónica ofrece actualmente privacidad ni seguridad al lector. Todo se monitorea, todo pasa a ser parte del perfil de vigilancia de las lecturas de los ciudadanos, la llamada Big Data, un libro puede ser bloqueado, eliminado por completo incluso de los buscadores. La destrucción de libros sólo se ha transformado. Antes usaban fuego, ahora usan software”.

- Con los nuevos métodos de almacenamiento de información ―que ahora se encuentran en internet y en dispositivos más sofisticados que el CD, ¿cree que cambie la forma en que vemos a los libros, y también la manera en que éstos pueden desaparecer?

“El libro tiene cuatro milenios y medio de existencia y ha cambiado desde las tablillas de arcilla, piedra, papiro, pergamino, papel y ahora electrónico. Si hay algo digno de interés, es ese espíritu de persistencia contra destructores de libros, desastres naturales y contra todo tipo de circunstancias aciagas”.

Fuente: http://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/la-historia-del-bibliocausto-...