Texto publicado por Yuliana Peralta (la doradita

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 4 años.

Historia sobre una niña y un gato

Era casi invierno, las calles estaban quedando casi vacías durante la mañana.
Pero en una casa, grande y muy linda por cierto, la vida era como eterna.
Se acercaba el cumpleaños de Milena, una dulce niña que cumplía 9 años y su papá le había dicho que tenía una sorpresa para ella.
La niña tenía una tía llamada Sofía, a quien adoraba por todas las sorpresas que le daba, fuera o no su cumpleaños. Pero este año, la niña no quiso desaprovecharse de nada y decidió pedirle esta vez un regalo a su tía.
Sofía vivía en un barrio muy concluido, lleno de ferias, tiendas, locales y el centro comercial que siempre se llenaba de gente. Pero entre tantas tiendas y locales, entre tanto emprendimiento en ese barrio, había una gran cantidad de casas. y en una de esas casas, vivía ella, sola pero acompañada de su perro. lo adoraba.
Así que Sofía, o mejor conocida por Milena y sus hermanas como "la tía Sofi", fue a visitar a sus sobrinas y su hermano (el padre de Milena y sus hermanas Fernanda y Manuela) dos días antes del cumpleaños de la niña, quien esta vez no quiso que su regalo fuera sorpresa, así que le dijo:
"Tía Sofi, este año quiero que me regalen un gatito". La tía aceptó, pero le dijo que no sería tan fácil encontrar alguien que tenga gatitos para regalar por estos lados, pero que haría todo lo que pudiera por conseguirlo.
Así que esa misma tarde, la tía salió con la esperanza de encontrar lo que su sobrina quiso.
Buscó y buscó, pero no hubo nada. Entonces, pensó:
"Faltan dos días aún, así que tengo tiempo para encontrar un gato para mi sobrina, y espero encontrarlo".
Durante el día siguiente, Sofía buscaba y buscaba por todos lados, desde la mañana hasta el atardecer. haciendo sus descansos, claro... pero concentrada en su búsqueda. A la noche empezó a sentirse preocupada por si no lo encontraba a la mañana siguiente, y dijo:
"¡Sí! no lo había pensado antes, voy a publicar en grupos de Facebook a ver si alguien tiene lo que busco, y espero encontrarlo antes que mi sobrina se ponga mal".
Mientras que en la casa de Milena y su familia, la niña se encontraba pensativa. Pensaba en un nombre para su mascota, fuera macho o hembra y preparaba un lugarcito en su casa para ubicarlo. Es así que concluyó dejarle en el comedor su camita y un lugar para que haga sus necesidades.
El papá había comprado comida especial para gatos y comida para la fiesta sorpresa de la niña. Al parecer él, al igual que ella, estaba emocionado por la felicidad que tendrá su hija con todo eso.
La tía continuaba en sí, concentrada, emocionada y esperanzada por lograr su objetivo, sorprender a su dulce amor de sobrina. Así siguió durante la cena y al ir a acostarse, hasta que recibió un mensaje de una mujer que decía:
"Hola, señorita. En estos momentos tengo una gata con gatos bebés que ya abrieron los ojos y ya están para dar. Si quiere, puede pasar por mi casa mañana en (***dirección***) y elegir al que quiera".
Sofía se emocionó, contactó a la mujer y le dijo que a la mañana siguiente, ya en el día de cumpleaños, estaría por allí.
Milena dormía pormía por la noche. se había acostado luego de comer y se durmió con una sonrisa en su rostro, su papá y hermanas mayores amaban que se encontrara así. Y más si se trataba de su cumpleaños, día que cada año tenemos, sea el nuestro o de alguien más, familiar o no, que nosotros o esa persona pasamos momentos de felicidad junto con los nuestros.
Es así que a la mañana siguiente, la tía de la niña llegó con emoción a la casa de la señora y se dio la siguiente conversación:
¡Hola! ¿debes venir por el gatito, no?"
"Así es, es un regalo para mi sobrina que cumple años hoy".
"¡ah, felicidades! Ojalá pase bien su día".
"Muchísimas gracias".
Mientras charlaban, la mujer le mostró a Sofía dónde estaban los gatos y eligió un macho.
"¿Te llevas este?"
"Sí, gracias. Mi hermano dice que ya tiene comida para gatos y un lugar en la casa para su comodidad".
"¡Ah, OK! espero lo cuide como su alma y deséale un feliz cumple!"
"Muchas gracias, ¡tendré en cuenta su consejo!"
Se despidieron y ella se fue con el gatito en brazos. Al llegar a la casa, la niña ya estaba levantada de la cama y en la sala.
Su tía entró, le cantó el feliz cumpleaños, le dio un beso y le dio el gatito en su regazo.
Tal fue la reacción que la niña se enamoró del animal. Desde entonces, ella y el gato, al cual llamó Manchitas, por sus manchas blancas en el lomo, fueron mejores amigos. Y no faltaba amor.

Su papá le celebró el cumpleaños con mucho amor. comieron bebieron y se rieron a carcajadas del lindo momento de Milena.
Yuliana Peralta autora... osea yo.
Saludos, espero les guste tanto como a mí y espero la cuarentena los trate de lo mejor.
#quedateencasa con tu familia y esta historia gatuna.