Texto publicado por Manuel Emilio Ballista Caro

Texto, para reflexionar, bajo la luz divina de Dios.

Dios habla hoy miércoles, 25 de marzo 2020
¿Yo Elegí Confiar en Dios y Tú?

“No permitas que las crisis se apoderen de ti, comienza a ver las
oportunidades y de seguro vas a triunfar”.
Se ha fijado que la palabra más popular de estos tiempos es “crisis”.
Leemos la prensa o vemos las noticias en televisión y nos encontramos
con la crisis, estamos en el trabajo o en el hogar y lo que escuchamos
es crisis, esto por supuesto hace que mucha gente cristiana y no
cristiana se paralicen y no avancen por temor a la crisis.
¿Eres tú de esas personas que se han detenido ante la crisis o eres de
las que avanzan en búsqueda de lo extraordinario?
La vida es un asunto de actitud y la actitud es un asunto de decisión,
y yo elijo que actitud voy a tomar ante las crisis, los problemas o
situaciones que se me puedan presentar, podemos optar por una actitud
positiva o una actitud negativa.
La actitud positiva hace la diferencia porque busca solucionar
problemas, no es que deja los problemas así y no le importa, una
persona con actitud positiva busca siempre resolver, disfruta las
circunstancias, ve mas oportunidades y vive la vida con entusiasmo.

Una persona con actitud positiva tiene presente lo siguiente:
1. No eligió las circunstancias que le tocó vivir, pero si eligió
cual actitud manifestar.
2. Se esfuerza por desarrollar una actitud positiva y no soltarla.
3. Sus acciones están determinadas por su actitud.
4. La actitud de su gente o entorno es un reflejo de la suya.

“Dios decide por lo que vamos a pasar.
Nosotros decidimos como lo vamos a pasar”.

Es tu decisión como decidas pasar el día de hoy.
Es tu decisión si decides confiar en Dios para todos los asuntos de la vida.
Si crees que tu matrimonio tiene solución o no tiene solución es tu decisión.
Si crees que puedes salir de esa deuda financiera o no puedas salir es
tu decisión, todo está en tus creencias y donde pones la confianza.
Los límites los tenemos nosotros en nuestras mentes.

Hay una historia en la biblia en el evangelio de Mateo 8:5-10,13,
donde un centurión romano se acerca a Jesús a pedir por sanidad para
su sirviente que sufría muchos dolores y no podía moverse.
8:5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
8:6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico,
gravemente atormentado.
8:7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres
bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.
8:9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis
órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y
a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
8:10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De
cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
8:13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea
hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Aquí podemos ver la actitud del centurión, el pudo haber hecho varias cosas:
pedir que Jesús fuera a su casa, mandar a un soldado con el mensaje,
buscar otro sirviente sin que le importara los dolores del otro, sin
embargo el buscó soluciones y siendo extranjero se acercó a Jesús, se
esforzó en acercarse al maestro y eligió poner toda su confianza en
Dios al pedirle que ordenara, que dijera la palabra de sanidad y el
enfermo sanaría.
Jesús puede elogiar esta actitud con asombro, se maravilla de la fe
del extranjero y le afirma que como creíste así va a suceder.

Algunas preguntas que me gustaría hacerte:
¿Qué es lo que estás creyendo para tu vida?
¿Qué es lo que esperas que suceda en tu matrimonio, en tus relaciones,
tus negocios, tus finanzas?
¿Eres capaz de asombrar al Maestro?
¿Cómo es tu actitud ante la vida?
¿Estás confiando en Dios para tus problemas, necesidades, tentaciones?

Mi actitud determinará mis acciones.
Puedo ser víctima o protagonista, puedo ser bendición o maldición,
puedo ser esclavo o libre, puedo confiar en Dios o no confiar es mi
decisión.

Hay una anécdota que lo ilustra muy bien.

Cuentan que un alpinista, con el afán por conquistar una altísima
montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero
quería la gloria solo para él, por lo que subió sin compañeros.
Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se
preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.
La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se
podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se
resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa.
El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible
sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo… y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su
mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.
Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió
el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a
las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento, suspendido en el aire, gritó:
¡¡¡ayúdame Dios mío!!!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
¿Que quieres que haga?
Sálvame Dios mío.
¿Realmente crees que yo te pueda salvar?
Por supuesto Señor.
Entonces corta la cuerda que te sostiene.
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda….
Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un
alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente
a la cuerda.
A tan solo un metro del suelo.
¿Cuál es la cuerda a la cual nos aferramos para no recibir la
salvación de nuestra alma y las bendiciones que Dios tiene preparado
para nosotros en el día de hoy?
Hoy es el mejor día para confiar en Dios y disfrutar de todo lo que
nos da, busca tu resultado extraordinario.
Yo elegí confiar en Dios¿y tu?

Confía en el SEÑOR, y haz el bien; Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad.
Salmos 37:3

Dios no es injusto como para olvidarse de la obra de ustedes y del
amor que han mostrado hacia Su nombre, habiendo servido, y sirviendo
aún, a los santos.
Hebreos 6:10

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¡Que Dios te bendiga y hasta la próxima meditación!