Texto publicado por Urria Gorria

sobre el calvario de Angelesde 67 años de #Aviles #Asturias que por una negligencia medica se quedo en #sillaDeRuedas y tiene que subir 21 escalones para entrar en casa y sigue esperando las ayudas que le corresponden por #discapacidad

Ángeles necesita a tres personas para salir de casa
Ángeles García vive un auténtico calvario para poder salir de su casa en San Juan de la Arena. Adolece de recursos y las ayudas públicas no le llegan. Necesita que sus hijos y un vecino la saquen a pulso con su silla de ruedas por los veintiún escalones que la separan de la calle.
C. DEL RÍO
Dos de los hijos de Ángeles García Domínguez y un vecino la bajan en silla de ruedas los 21 escalones que separan su vivienda de la calle. /OMAR ANTUÑA

Ángeles García Domínguez tiene 66 años, 720 euros de pensión y muy buen humor. Su tabla de salvación ante la situación de confinamiento que vive en su propio hogar en La Arena desde que en 2018 una enfermedad la dejó al borde la muerte. En silla de ruedas desde entonces, todo son problemas para salir adelante. Su pensión no es suficiente para contar con los medios mecánicos que mejorarían su calidad de vida, por no hablar de la rehabilitación pautada por los médicos que la atendieron en el Hospital Universitario Central de Asturias.
Su odisea comenzó el 6 de septiembre de 2018, cuando sufrió un aneurisma «que llevaba tiempo ahí», según le comentó una radióloga a una de sus hijas, la que se ha echado a las espaldas el cuidado de su madre aún a costa de perder su trabajo y quedarse «con una mano delante y otra detrás». Es ella la que rescata el comentario de la radióloga porque sospecha que su madre no habría pasado por lo que pasó de haber existido algo más de diligencia en las revisiones previas a las que fue sometida.
Ese 6 de septiembre, Ángeles García sufrió una hemorragia subaracnoidea provocada por un aneurisma cerebral. Una lesión que se complicó con una ventriculitis y le dejó como secuelas epilepsia y déficits de movilidad. Estuvo un mes y tres semanas en coma y «el día que la íbamos a desconectar, despertó». «Los médicos alucinaron. Camina y habla de milagro», un milagro envenenado porque la recuperación que precisa para volver a disfrutar de una vida medianamente plena adolece de los recursos necesarios. Las ayudas públicas no llegan y su hija y ella sienten que afrontan una travesía en el desierto.
«Una vida entera trabajando y para nada», se lamenta Ángeles después de que ayer dos de sus hijos y un vecino bajaran a pulso su silla de ruedas los 21 escalones que separan su vivienda del suelo. Normalmente renuncia a salir a la calle, pero ayer era impepinable porque tenía que renovar su Documento Nacional de Identidad. El esfuerzo fue tal que, una vez en Avilés, optaron por quedarse en casa de su yerno. Hoy tendrán que volver a La Arena y subir los 21 escalones, que hacia arriba se antojan mucho más difíciles.
«Los médicos nos dijeron que debía trabajar con un neuropsicólogo y seguir rehabilitación tres días a la semana como mínimo. Pero una sesión diaria con el primero cuesta 75 euros y la rehabilitación, 35», se lamenta una hija que se arriesgó a perder el trabajo por cuidarla. «Al principio intenté mantenerlo, pero terminó siendo incompatible. Lo dejé y me quedé en el paro, pero sin cobrar prestación de desempleo. Ahora el dinero no llega, pero yo no veía otra salida porque mi madre necesita cuidados todo el día», explica.
Se pregunta cómo puede ser que tarden tanto en decidir y abonar la cuantía que le corresponde en aplicación de la Ley de Dependencia. Mientras tanto, rumia su enfado y desesperación y reza para conservar la salud física y mental que le permita seguir bregando con su progenitora. «¿Cómo puede ser que el Estado no esté ahí en estos casos?», se pregunta, ya sin esperar respuesta.

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El Principado tarda catorce meses de media en conceder las ayudas a la dependencia
La ley limita la espera a seis meses. Ahora son 5.794 los asturianos sin prestación y hay otros 5.499 que aún no han logrado ser valorados
CHELO TUYAViernes, 7 febrero 2020, 03:43
Una joven lleva de paseo por una calle de Oviedo a un usuario de silla de ruedas.

Catorce meses. O 431 días. Más del doble del plazo máximo legal. Ese es el tiempo que esperan, de media, en Asturias las personas con dependencia para acceder a la ayuda o prestación a la que tienen derecho. Lo criticó el Observatorio de la Dependencia a finales de año y lo acaba de confirmar el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) con su informe final de 2019.
El año pasado, dice el Imserso, en el Principado quedaron en lista de espera 11.293 personas. Una cifra que supone el 28% del total de solicitudes registradas, 40.697, desde abril de 2007. En aquel momento, fue Asturias la primera comunidad del país en echar a andar una ley nacida para garantizar la igualdad de derechos a todas las personas, independientemente de su grado de autonomía.
Trece años después, y después de los recortes sufridos por la norma en 2011 y 2012, la radiografía de la aplicación de esta ley sitúa a Asturias como una región incumplidora. Del total de personas a la espera, 5.794 son dependientes que ya saben qué grado de falta de autonomía tienen y a qué servicio (residencia, centro de día, ayuda a domicilio, teleasistencia, asistente personal) o a qué ayuda (para pagar a un familiar por cuidarle en casa) tienen derecho. Sin embargo, el colapso en la gestión hace que no hayan firmado aún con la Consejería de Servicios Sociales y Bienestar el acuerdo, denominado Plan Individual de Atención (PIA), por lo que siguen en sus domicilios sin la ayuda que necesitan. De acuerdo a los cálculos que hace el Observatorio de la Dependencia, el 1% fallece cada mes en lista de espera.
Esta demora también afecta a las valoraciones. Según el Imserso, Asturias cerró 2019 con 5.499 solicitudes de valoración sin atender. Una cifra al alza que contrasta con la progresiva y continua disminución del colectivo de grandes dependientes. De acuerdo a las cifras oficiales, en Asturias solo hay ahora 6.789 personas con certificado de grado III de dependencia, el más alto. Frente a ellos, aparecen 8.900 personas con certificado de grado II (dependencia moderada) y 11.188 calificados como dependientes de grado I, es decir, de escasa falta de autonomía personal.
Son muy numerosas, también, las peticiones de valoración que acaban con respuesta negativa. A finales del año pasado eran 8.321 las personas que no habían logrado de la Administración regional un grado mínimo de dependencia.
Al atasco de la gestión de la ley suma Asturias, además, la apuesta por las prestaciones de menor coste. Así, del total de personas que tienen una prestación con cargo a la norma, 21.083 asturianos, la mayoría, 7.960, ha optado por quedarse en casa al cuidado de un familiar, al que el Principado paga una nómina, que oscila entre los 61 euros, para un dependiente de grado I, y los 155 cada mes, para los casos más severos. Sin embargo, el uso de una plaza residencial solo fue la opción de 3.279 beneficiarios de la ley, mientras que a un centro de día solo acuden 2.346 dependientes.

Un atasco en la gestión que no ha negado la nueva consejera de Derechos Sociales y Bienestar. Melania Álvarez volvió a reconocer en la Junta esta semana que «es un tema que preocupa y ocupa al Gobierno regional». Aseguró ser «consciente de la situación de miles de familias», y reiteró, como ya lo hiciera en septiembre, cuando presentó su plan de choque, que «seremos beligerantes» para cumplir la ley.
En ese sentido, insistió en que el próximo mes de septiembre «el objetivo es que las solicitudes estén en plazo», lo que supone que no transcurran más de seis meses desde que una persona solicita la ayuda a la dependencia y la consigue, en el caso de que la valoración profesional determine que tiene derecho a ella. Para lograrlo, Álvarez anunció que esta misma semana «han empezado a trabajar nueve personas más» en administración.
Además, confirmó que los consistorios asturianos tendrán la gestión de los PIA y que los trabajadores sociales de los servicios sociales básicos y centros de día también podrán realizar valoraciones, así como los destinados a los centros de salud, para reforzar el sistema. Un plan de choque que se llevará 903.500 euros de los 233 millones que destina el Ejecutivo asturiano a dependencia.

Fuente: el comercio
https://www.elcomercio.es/asturias/angeles-necesita-tres-personas-salir-...

y

https://www.elcomercio.es/asturias/principado-tarda-catorce-meses-ayudas...