Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Efemérides del 28 de noviembre.

En la ciudad de Barmen (Reino de Prusia), el 28 de Noviembre de 1820,
nacía el filósofo, sindicalista y revolucionario alemán Friedrich
Engels. Autor, junto a Karl Marx, de importantes obras para el
nacimiento de los movimientos socialista y comunista, como “El
Capital” o “El Manifiesto del Partido Comunista”.

Datos biográficos del autor.

Friedrich Engels.
(Barmen-Elberfeld, 28 de noviembre de 1820-Londres; 5 de agosto de 1895).

Filósofo, sociólogo, periodista, revolucionario y teórico comunista y
socialista alemán.

Engels era hijo del propietario de una importante fábrica textil en
Mánchester, Inglaterra. Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor
junto a este de obras como La situación de la clase obrera en
Inglaterra (1845) y el Manifiesto del Partido Comunista (1848),
fundamentales para el nacimiento del marxismo y de los movimientos
comunista y socialista y sindical. Fue dirigente político de la
Primera Internacional (1864) y de la Segunda Internacional (1889).
También ayudó financieramente a Marx para que publicara El capital en
1867, y tras la muerte de este, editó el segundo y tercer volumen.
Además, Engels organizó las notas de Marx para componer Teorías sobre
la plusvalía, que luego publicó como «cuarto volumen» de El capital.

Nació el 28 de noviembre de 1820, en Barmen, hijo de Friedrich Engels
y su esposa Elise Marice,1 prósperos industriales textiles renanos.2
La familia, asentada en Renania desde finales del siglo XVI, había
comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels, quien se
había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de
hilados.3 El padre de Engels había perdido el negocio familiar por
disputas familiares y había fundado uno nuevo de hilatura de algodón
con nuevos socios holandeses en Mánchester, Barmen y Engelskirchen.4
La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad
mujeres y la otra mitad varones—1 mostraba una religiosidad cercana
al calvinismo muy extendida en la época en la región,5 caracterizada
por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e industria, que la
familia inculcó al joven Engels.6

Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al
gimnasio de Elberfeld —uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó
con un pastor luterano de la localidad.7 Allí y gracias a sus
lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado
por el nacionalismo romántico alemán.7 El patriotismo cultural que
adquirió en esta época le acompañó toda su vida.8 A pesar de sus
buenas notas y su deseo de continuar sus estudios y quizá dedicarse a
la poesía, su padre lo sacó del instituto para que comenzase a
aprender sobre el negocio familiar.8

Después de acompañar a su padre en un viaje de negocios a Gran Bretaña
en el verano de 1838, se instaló en Bremen para aprender sobre la
industria textil.8 Aunque útil para su carrera futura, este
aprendizaje sobre el funcionamiento del capitalismo mercantil resultó
tedioso para el joven Engels, más interesado en aprovechar el ambiente
—más liberal que el de su localidad natal— del gran puerto.9
Duelista, bailarín, viajero y aprendiz de canto además de importador
de literatura política prohibida, compensaba con estas actividades el
aburrido trabajo en las oficinas mercantiles.9 Pronto mostró sus
simpatías por los «jóvenes alemanes», movimiento que exigía reformas
políticas radicales basadas en el patriotismo progresista, opuesto al
feudalismo y a las monarquías que dominaban en aquel momento
Alemania.10 Engels simpatizaba entonces con el republicanismo
antirreligioso y liberal que había expresado Percy Shelley años
antes.10

Llegado a Bremen, se había mostrado cada vez más insatisfecho con la
religión de predestinación y condena de su región natal y había
adoptado una posición cada vez más crítica y racionalista.11 A
finales de 1839 e influido por las críticas a la religión establecida
y al cristianismo de David Friedrich Strauss entre otros, abandonó la
fe religiosa y se interesó cada vez más por las teorías de Hegel.12

Comenzó además a publicar con pseudónimo —para evitar disgustos
familiares— en algunos periódicos.13 Especialmente destacable, entre
artículos críticos escritos para burlar la censura,13 fueron sus
Cartas desde Wuppertal en las que realizó una aguda crítica de las
misérrimas condiciones de vida del proletariado de la región, que
había visitado para obtener información de primera mano con que
redactarlas.14

A comienzos de 1841, se había cansado de su trabajo en Bremen y
regresó al hogar paterno.15 Pocos meses más tarde, en septiembre,
harto también del ambiente en su localidad natal, decidió realizar el
servicio militar en una compañía de artillería en Berlín.15 A pesar
de que se trasladó a la capital prusiana para servir en el Ejército,
dedicó todo el tiempo que pudo a asistir a la universidad donde, a
pesar del ambiente reaccionario, se mostró partidario de Hegel, por
entonces atacado por Schelling por encargo16 de la corte prusiana.17

Orgulloso de su uniforme pero aburrido pronto de la vida militar y
gracias a su holgada situación financiera, pasaba sus días en
conferencias, salas de lectura y tabernas.18 En estas se unió a otros
jóvenes intelectuales radicales que renegaban de la religión y de la
moral y convenciones burguesas.19

La guía de Engels en el mundo obrero de Mánchester —complemento
esencial a las teorías filosóficas aprendidas en Alemania—30 fue su
amante y primer gran amor, Mary Burns, trabajadora de origen irlandés
nacida alrededor de 1823 y a la que conoció a comienzos de 1843.28
Ella le introdujo en la dura vida de la inmigración irlandesa y le
hizo conocer las condiciones de vida de la clase trabajadora de la
ciudad.31 El conocimiento de los dos mundos que se encontraban en la
ciudad (el de los industriales y el de la clase obrera) tuvo una
notable influencia en su evolución de la filosofía a la economía
política, que se reflejó ya en una primera obra de comienzos de 1843,
publicada en el Deutsch-französische Jahrbücher de Marx: el artículo
Elementos de una crítica de la economía política.31 En esta,
analizaba las contradicciones económicas y las crisis sociales
europeas, utilizando tanto su conocimiento de las teorías filosóficas
alemanas (el concepto de alienación de Feuerbach) como su experiencia
de la vida obrera de Mánchester.32 Para Engels en esta obra, la raíz
del proceso de alienación que sufrían los desfavorecidos del sistema
capitalista era la propiedad privada, tesis influida por la obra de
Proudhon de 1840 (¿Qué es la propiedad?), que debía desaparecer.33
Con el fin de esta debía llegar el de la avaricia y el de la
explotación humana.33 En 1845,30 publicó una obra más amplia y dura
sobre la miseria del sistema capitalista tal como se reflejaba en las
fábricas de Mánchester: La situación de la clase obrera en
Inglaterra.34 Mezcla de historia, estadísticas —muchas de ellas
extraídas de documentación oficial— y aceradas críticas, este libro
era una acusación a la burguesía británica por sus métodos.34 El
escrito —el último de teoría socialista de Engels en solitario en
treinta años— sirvió para forjar la estructura del socialismo
científico gracias a la unión del concepto de alienación heredado de
Hegel con las observaciones sobre la situación material de la
población obrera de la urbe industrial.35 Muchas ideas marxistas como
la naturaleza de la división en clases, la inestabilidad intrínseca
del capitalismo industrial, la creación por la burguesía de su clase
antagonista y lo inevitable de la revolución socialista, se
encontraban ya en esta obra de Engels.35

Acabado su aprendizaje en Mánchester, regresó a la casa paterna en el
verano de 1844, no sin antes realizar una corta visita a Marx en
París, donde este le recibió cordialmente, a diferencia de su anterior
encuentro.35 A partir de entonces, Engels se entregó a la
colaboración con este.35

En Mánchester y Bruselas[editar]

La amistad con Marx, al que reconocía una superior capacidad teórica y
mayor originalidad en las ideas,36 duró cuarenta años de estrecha
colaboración.37 En adelante Engels se convirtió en el sostén de Marx,
al que mantuvo junto a su familia, durante los años en que se dedicaba
a elaborar El capital. Su primera obra en común fue un opúsculo,
Crítica de la crítica crítica: contra Bruno Bauer y compañía, conocida
por el titulo La sagrada familia, en el que los autores atacaban a los
restos de los «jóvenes hegelianos» idealistas y oponían a este el
materialismo que habían adoptado.36

En la primavera de 1845, con Marx viviendo precariamente en Bélgica,
después de que se le deportase de París por su actividad política, a
punto de ser detenido por la policía prusiana y sin desear empeorar la
relación con sus padres con un arresto, se reunió con aquel en
Bruselas.38 Juntos se trasladaron casi de inmediato a Mánchester para
documentarse para una nueva obra y regresaron a Bélgica a finales del
verano.38 De esta primera colaboración surgió un libro, La ideología
alemana, que abandonaron sin publicar —se publicó póstumamente, en
1932—,39 pero que sirvió como etapa de su evolución desde el
hegelianismo al materialismo a través de una dura crítica a Max
Stirner, crítico a su vez de Feuerbach.40 Aunque aceptaban la crítica
de idealismo de Stirner a Feuerbach, rechazaban sus conclusiones
individualistas.40 Por primera vez, la obra mostraba la visión de
Marx y Engels de las estructuras sociales —las religiones, los
sistemas políticos o las clases sociales— como derivadas de las
condiciones económicas y tecnológicas.41 Esta interpretación
materialista de la historia les llevó a proponer que las distintas
civilizaciones no eran sino expresiones de los métodos de producción
del momento; su ideología, su política o su forma de Estado —las
«superestructuras»— dependían de la base económica en la que se
sustentaban a través de la propiedad —las «reglas de producción»—.41
La evolución de esta llevaba inevitablemente a choques con las
relaciones de propiedad y las superestructuras derivadas de la
economía basada en las anteriores fuerzas de producción, momento en el
que podían tener lugar las revoluciones.42 El desfase entre la base
económica y las superestructuras que se derivaban de ella, como los
sistemas políticos, obligaban, en opinión de los autores, a que estas
se adaptasen a la nueva situación económica, a menudo a través de
dolorosas transformaciones.42 La oposición violenta contra los
defensores del antiguo orden a través de la lucha de clases era,
además, inevitable.42 Para Marx y Engels, el siguiente conflicto
debía enfrentar a la burguesía con el proletariado, la clase que
representaba la nueva economía industrial y que debía asegurar el
advenimiento del comunismo y con él el fin de lo que consideraban
alienación del ser humano bajo el capitalismo.42

Más tarde, en Bruselas, lugar de refugio de muchos izquierdistas
europeos, participó activamente con Marx en la Liga de los Justos,
convertida pronto en la Liga de los Comunistas.43 La organización
había surgido en París en la década de 1830 y la gestionaban unos
sastres alemanes exiliados en Gran Bretaña tras el frustrado golpe de
Louis Auguste Blanqui de 1839.43 Marx y Engels trataron de fundar una
red de organizaciones comunistas europeas de la que la Liga debía ser
la representante británica.43 Para coordinar la red, crearon un
«comité de correspondencia comunista».43 De ese momento hasta 1848,
defendieron la expansión de los regímenes burgueses en Europa como
método de eliminar el poder de la nobleza y como etapa necesaria para
la implantación futura del comunismo.44 La alianza sería, en todo
caso, temporal.44 Para tratar de imponer su visión, tuvieron que
eliminar a los distintos competidores comunistas y socialistas,
empezando por el popular Wilhelm Weitling, que defendía una variante
de comunismo con tintes cristianos y milenaristas, más dado a la
acción que a la teoría y análisis que preferían Marx y Engels.44
Weitling trató en vano de ganarse el apoyo del comité bruselense, que
le rechazó a instancias de Marx y Engels.45 Este último se encargó de
lograr la expulsión de uno de sus partidarios del comité de
correspondencia que había defendido la postura de Weitling entre los
inmigrantes alemanes en Estados Unidos.46 Era la primera vez en la
que Engels asumía el papel, que desempeñó durante las décadas
siguientes, de defensor de lo que él y Marx consideraban la ortodoxia
comunista y la disciplina del partido.47 Al mismo tiempo que se
enfrentaban a Weitling y sus partidarios, chocaron con Proudhon y los
suyos, a pesar de un tibio intento inicial de cooperación.47 Para
Marx y Engels, Proudhon y sus seguidores defendían una filosofía
pequeñoburguesa incapaz de comprender el papel fundamental del
proletariado en la supresión del capitalismo y la implantación del
comunismo.48 Para aquellos, Proudhon apenas proponía más que una
reforma del sistema capitalista dirigida principalmente a los
artesanos perjudicados por la creciente industrialización.48

En París contra Proudhon[editar]

Pierre-Joseph Proudhon, el rival francés de Marx y Engels al que este
trató de arrebatar sus seguidores entre el proletariado parisino a
mediados de la década de 1840.
Para tratar de ganarse el apoyo de las organizaciones parisinas,
generalmente favorables a Proudhon, Engels se trasladó a la capital
francesa en agosto de 1846.48 En competencia con las diversas
variantes socialistas presentes en la ciudad, trató de atraerse a los
emigrantes alemanes del distrito de Saint Antoine, conocidos como
straubingers.49 Con gran habilidad política, mezcla de denuncias,
intimidación, amenazas y división de los posibles adversarios, logró
hacerse un hueco en las reuniones políticas de los emigrados, hasta
entonces inclinados a la postura de Proudhon y, más tarde, lograr el
apoyo a sus posiciones.50 Vigilado pronto por la policía, se dedicó
asimismo a satisfacer sus deseos carnales en París, incluso a costa de
la esposa de su antiguo mentor Hess, lo que supuso el fin de su
relación.51

Infringiendo las reglas de la asociación, logró que le eligiesen
delegado a la conferencia de la Liga que se celebró en Londres en
junio de 1847.52 Durante el congreso, la Liga cambió de nombre y
adoptó el de Liga de los Comunistas al tiempo que abandonaba su
antiguo lema de «Todos los hombres son hermanos» por el de
«Trabajadores de todos los países, ¡uníos!».53 Se encargó a Engels
escribir un «catecismo revolucionario» que expresase la ideología de
la liga y que aún incluyó una mezcla del socialismo utópico que tanto
criticaba y sus propias posiciones.53 El segundo congreso, celebrado
en noviembre en una taberna londinense, respaldó la posición de Marx,
que esta vez había podido asistir.54 El congreso encargó a ambos la
redacción de un manifiesto que se basó en el «catecismo» y en los
Principios del comunismo redactados para este congreso.55 Publicado
finalmente con el título de Manifiesto del partido comunista (o
Manifiesto comunista) llegó a tiempo de traducirse y difundirse por
Europa antes de los movimientos revolucionarios de 1848, pero no tuvo
ninguna repercusión en ese momento.56

Las revoluciones de 1848[editar]

Escena de la Revolución francesa de 1848 en París. Marx y Engels
defendieron la cooperación entre campesinos, obreros y burgueses para
eliminar a las monarquías absolutistas y el poder de la nobleza,
opinión que más tarde abandonaron al fracasar las revoluciones
europeas.
Al estallar la Revolución francesa de 1848, Marx y Engels trataron de
que esta se extendiese a Bélgica pero el rey Leopoldo cortó de raíz
sus planes de agitación expulsando de inmediato a Marx a comienzos de
marzo, al que Engels siguió poco después.57 Escépticos sobre la
posibilidad de éxito de las bandas armadas de los emigrados alemanes
en Francia contra Prusia, defendieron la implantación de un régimen
burgués para eliminar así el poder de los terratenientes.58 Con una
estrategia de propaganda y organización de las fuerzas contrarias a
los terratenientes —burgueses, obreros y campesinos—, crearon una
organización, la Sociedad de Trabajadores Alemanes, que infiltró
clandestinamente a unos trescientos activistas comunistas en
Alemania.58 Crearon un nuevo periódico, el Neue Rheinische Zeitung
que, a pesar de su moderación y defensa de objetivos burgueses, no
atrajo a los inversores que esperaban.59 Engels no logró el respaldo
de su propia familia o de la burguesía de su valle natal al diario, a
pesar de acudir en persona a solicitar inversiones.59

La contrarrevolución en Francia, victoriosa en el verano de 1848 y
descrita por Engels en el periódico a pesar de su lejanía de los
acontecimientos, facilitó la reacción también en Alemania, donde las
autoridades comenzaron a hostigar la publicación.60 Tras una gran
manifestación obrera en septiembre, las autoridades proclamaron la ley
marcial y la policía publicó una orden de captura de Engels, que huyó
a Bélgica, donde las autoridades le deportaron inmediatamente a París,
en octubre.61 En medio de la grave situación de los revolucionarios
en toda Europa, Engels se dedicó, sin embargo, a dirigirse a pie a
Suiza, disfrutando por el camino de los placeres —incluyendo el vino y
las mujeres— de las distintas regiones francesas que atravesaba, sin
preocuparse por la revolución.61 Alcanzó Suiza a principios de
noviembre y pasó a Berna donde se unió a la asociación obrera local y
se puso al día de los acontecimientos, sin atreverse a regresar a
Colonia donde le esperaba una acusación de alta traición.62 Por
entonces se interesó por la Revolución húngara, que defendió a pesar
de su faceta nacionalista y antieslava, que compartía.63 En esta
época expresó en diversas ocasiones su desprecio por las naciones sin
Estado, que consideraba estorbaban el proceso revolucionario y se
aliaban con las fuerzas reaccionarias y un cierto nacionalismo alemán
a propósito de la crisis de Schleswig.64

De vuelta finalmente en Colonia en enero de 1849 y desengañado de su
anterior predilección por la alianza con los burgueses moderados,
Engels abogó por radicalizar la revolución y enfrentarse a las fuerzas
prusianas mediante una guerra de guerrilla, inspirado por los húngaros
de Luis Kossuth.65 Marchó a su valle natal a unirse a la revuelta que
había estallado allí contra las autoridades prusianas en mayo de 1849,
pero su radicalismo fue mal visto por el Comité de Seguridad Pública
local, mucho más moderado, que le obligó a abandonar pronto la
zona.66 Controlada Colonia de nuevo por las autoridades y clausurado
el Neue Rheinische Zeitung, Marx y Engels se desplazaron a distintas
localidades para respaldar levantamientos, supuestamente a favor de la
nueva Constitución pero, en realidad, con propósitos más radicales.67
Convencido de que el único lugar donde aún podría surgir una
sublevación triunfante era Baden y el Palatinado, Engels se dirigió
allí con Marx, a pesar de que las autoridades de la región adoptaban
una actividad fundamentalmente pasiva frente a los prusianos.67
Desesperado por la falta de espíritu revolucionario, Marx abandonó la
zona y regresó a París.67 Cuando Engels se disponía a hacer lo mismo,
un oficial prusiano sublevado, August Willich, al frente de una
columna de ochocientos obreros y estudiantes, le ofreció el puesto de
edecán, que decidió aceptar.68 Participó en diversos enfrentamientos
con valentía, pero los revolucionarios acabaron siendo derrotadas por
las fuerzas prusianas, varias veces más numerosas.69 Los restos de
las fuerzas revolucionarias se retiraron a Suiza.69 Deseoso de
reunirse de nuevo con Marx, que había pasado a Londres, cruzó el
Piamonte para tomar un barco en Génova que le llevase a la capital
británica.70 Engels residió en el Reino Unido los cuarenta años
siguientes.70

Industrial en Mánchester, el sostén de Marx[editar]

En Londres, en 1850, contribuyó a la Nueva Gaceta Renana, editada por
Marx y publicada en Hamburgo. También dio a la imprenta la primera
edición de Las guerras campesinas en Alemania, estudio desde un punto
de vista materialista extremo que matizó en su vejez.71 Aunque más
tarde tachó de simplificación de la tesis que habían defendido él y
Marx la presentación de la historia como basada exclusivamente en la
situación económica del momento, su versión de las guerras campesinas
del siglo XVI alemán se acercaban a esta posición.71 La obra no solo
le sirvió para realizar una crítica por paralelismo con la fracasada
revolución de 1848, sino que también le condujo al estudio de la
guerra, en el que se imbuyó con rigor.72 Con el tiempo, se convirtió
en un destacado comentarista militar de los conflictos de la época,
como la guerra de Crimea o la guerra franco-prusiana; durante esta
última predijo con notable acierto la evolución del conflicto.73 Su
tino respecto a esta última le otorgó el sobre nombre de «el General»,
que perduró entre la comunidad socialista, tanto por sus conocimientos
militares como por su porte como por su disciplina personal y
dedicación a los objetivos socialistas.74

Partida de caza. La doble vida de Engels en Mánchester como respetable
industrial y teórico revolucionario incluyó su participación en las
actividades de la clase alta de la región, como la caza.
Engels regresó a Mánchester, a la fábrica en la que había trabajado y
de la que se convirtió años más tarde en copropietario. Viendo como
única salida para financiar las investigaciones de Marx la
reconciliación con su familia y el ingreso en el negocio paterno,75
aceptó durante veinte años —de 1850 a 1870— una actividad que le
desagradaba76 profundamente, pero que le permitía sostener a Marx y
su familia.77 El acuerdo con su padre, en principio temporal hasta
que lograse otra fuente de ingresos, acabó durando dos décadas.75
Aunque Marx permaneció en Londres eso no les impidió mantener una
estrecha colaboración, basada en una correspondencia casi diaria. No
solo apoyaba financieramente a Marx y su familia y colaboraba con su
obra sino que, en ocasiones, también le escribía los artículos
periodísticos que le encargaban a este, tarea que prefería delegar en
ocasiones.78 Marx solicitaba a menudo datos prácticos sobre economía
que no podía encontrar en las obras que consultaba para redactar El
capital y que podía conseguir de la experiencia práctica de Engels en
la industria y el comercio.79 La contribución de Engels no se
limitaba a estadísticas y ejemplos prácticos, sino que también
contribuía con su propia opinión, que Marx recababa bien por carta o
en persona en las diversas visitas que se intercambiaron.80 El
sacrificio personal de Engels no se limitó al sostenimiento financiero
de los Marx o a la contribución de las obras de este: Engels reconoció
oficiosamente al hijo bastardo de su amigo, concebido con su joven ama
de llaves en una ausencia de su esposa, tanto por motivos personales
como políticos.80 La crisis más grave entre ambos tuvo lugar por la
muerte de la compañera de Engels, Mary Burns, acontecimiento que Marx
trató con frialdad.81 Poco después y ante la disculpa de este, la
relación volvió a estrecharse, más aún cuando Engels tomó a la hermana
de Mary, Lizzy, como pareja y esta forjó una duradera amistad con las
hijas de Marx, para las que Engels había sido casi un tío o un segundo
padre.81

Friedrich Engels en 1868, meses antes de abandonar la actividad
mercantil y trasladarse a Londres para retomar la colaboración directa
con Marx y la actividad socialista.
A finales de la década de 1850, Marx y Engels abandonaron su anterior
actitud favorable a la extensión del colonialismo como método
favorecedor del desarrollo capitalista en comunidades atrasadas —un
instrumento de modernización por la fuerza— y comenzaron a describirlo
como una manera por la que la burguesía europea reforzaba su poder
mediante la explotación de las materias primas y los mercados
coloniales.82 En un análisis que tuvo gran difusión durante las
luchas anticoloniales del siglo XX, asociaron la suerte del
proletariado con la liberación nacional de los pueblos, tanto los
europeos —aquellos sin Estado propio, que antes Engels había
despreciado—, como los de otros continentes.82 Así, Engels defendió a
polacos (enfrentados a los alemanes), irlandeses (opuestos a los
británicos), congoleños (explotados por los belgas), jamaicanos
(alzados contra los británicos) o chinos (que lucharon contra los
británicos en las guerras del Opio) en los diversos conflictos de la
época.82

Durante su larga estancia en Mánchester, auguró equivocadamente la
inminencia del estallido de la revolución en la región en distintas
ocasiones, coincidiendo con diversos periodos de crisis, en especial,
la de la Guerra Civil Estadounidense, que privó a la región de gran
parte de su suministro de algodón y llevó al desempleo y desamparo a
cerca de doscientos mil obreros.83 A pesar de la dureza de la crisis,
el proletariado inglés mostró su renuencia a desencadenar la
revolución, para desilusión de Engels.78

Los años de Mánchester supusieron una dura prueba para Engels,
obligado a llevar una doble vida, la del gran industrial y burgués
respetable y la del de socialista y aficionado a la vida nocturna de
las clases bajas.84 Durante las dos décadas, mantuvo un constante
cambio de residencias, la oficial y la oficiosa, en la que albergaba a
las hermanas Burns, desconocidas para su familia y sus conocidos del
ambiente «respetable».84

La publicación de El capital en 1867 supuso un gran alivio para
Engels, que vio por fin recompensados su sacrificios y comenzó a
sopesar el abandonar la empresa familiar.85 La obra contenía una
teoría materialista de la historia, una crítica de la civilización
capitalista por su explotación y alienación de la humanidad, el
augurio de su hundimiento por sus contradicciones internas y del
advenimiento del comunismo y del fin de la evolución histórica y,
principalmente, la teoría de la plusvalía, que Engels consideraba el
descubrimiento fundamental de Marx junto con el del materialismo
histórico.86 Para asegurar la difusión de la obra, Engels se entregó
a redactar recensiones del libro para distintos diarios europeos y
americanos, desde distintos puntos de vista y a contemplar incluso la
denuncia del mismo con tal de conseguir atraer la atención del
público.87

Londres, la Internacional y de nuevo con Marx[editar]

Friedrich Engels en 1879
Deseoso de librarse de su empleo en el comercio y a punto de caducar
su contrato con la empresa familiar en junio de 1869, Engels comenzó a
negociar su salida de la compañía —que también deseaban sus socios
holandeses— a cambio de una suma de dinero que le permitiese
mantenerse como rentista y, a la vez, seguir financiando las
actividades de Marx y el sostenimiento de la familia de este.87
Ansioso por abandonar la empresa, aceptó una oferta menor de lo
esperada pero pudo por fin librarse del odiado comercio en julio de
ese año.88

Decidió trasladarse a Londres en el verano 1870, haciendo aún más
intensa la colaboración89 hasta la muerte de Marx en 1883 y decidido
a retomar el activismo que había tenido que aparcar durante las dos
décadas anteriores.88 Elegido inmediatamente secretario de la Primera
Internacional para diversos países europeos, se encargó de coordinar a
los afiliados gracias tanto a sus grandes dotes lingüísticas —era
capaz de entender y responder a sus interlocutores en gran número de
idiomas, desde el cataĺán al rumano o al ruso— como a su habilidad
para la organización, además de tratar de asegurarse de encauzarla de
acuerdo a los puntos de vista de Marx y de eliminar cualquier
corriente considerada heterodoxa.90 Su residencia en Regent's Park
Road —muy cercana a la de Marx— se convirtió pronto en centro de
peregrinación de socialistas, comunistas y anarquistas —además de
emigrados u oportunistas— de toda Europa.91 A estas tareas se añadió
la de editor y revisor de las traducciones de las obras de Marx, que
revisaba y corregía.91

Engels y Marx en el Congreso de La Haya
Fue uno de los más denodados opositores de Mijaíl Bakunin, que deseaba
unir su Alianza Internacional de la Democracia Socialista —con
importante respaldo en Suiza, España o Italia— a la Internacional, de
mayor tamaño.92 Rechazó las teorías libertarias del ruso e insistió
en mantener la Internacional como una organización que tomaba
decisiones políticas y no se limitaba a coordinar los distintos grupos
nacionales, como hubiese preferido Bakunin.92 Engels identificaba la
postura de Bakunin con la falta de organización —causa, según él, del
fracaso de la Comuna de París— necesaria para enfrentarse a sus
enemigos de clase.93 Dirigió la expulsión de Bakunin y sus
partidarios en el congreso de la Internacional en La Haya en 1872,
pero no pudo evitar que la organización recibiese una notable
influencia de los seguidores de Bakunin; para evitarla, Marx y él
decidieron trasladar su sede a los Estados Unidos, maniobra que
fracasó y resultó en la disolución del organismo cuatro años más
tarde.94 Otro importante rival al que se enfrentó Engels fue el
socialista alemán Ferdinand Lassalle, fundador de la Asociación
General de Trabajadores Alemanes.95 Desde el punto de vista de Marx,
Lassalle era un reformista, mezcla de idealismo estatalista hegeliano,
cooperativismo proudhoniano y reformismo político cartista, más
interesado en modificar el sistema capitalista que en eliminarlo.96
Engels, dado al ataque personal —sin descartar el uso de las
deformidades físicas, las manías o los posibles escándalos sexuales de
sus adversarios—, criticó con dureza a Lassalle, especialmente cuando
se conocieron sus negociaciones secretas con Bismarck para forjar una
alianza antiburguesa entre socialistas y aristócratas prusianos, que
no cuajó por la repentina , muerte del filósofo en un duelo.96
Culturalmente inclinado al prejuicio cultural, religioso o racial
—criticaba a Bakunin por ruso o a Lassalle por judío—, defendió
políticamente siempre la oposición al antisemitismo, la liberación de
los esclavos estadounidenses o de los colonizados.97

El mayor éxito de la postura de Marx y Engels fue la formación del
gran Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, fundado en 1869 por August
Bebel y Wilhelm Liebknecht y que adoptó un socialismo cercano al de
los dos exiliados.98 Estos se opusieron, sin embargo, a la unión del
partido con la organización de Lassalle, que tuvo lugar en 1875.98 La
unión, a pesar de la oposición de Marx y Engels, que temían la
influencia de los partidarios de Lassalle, preocupó a Bismarck que,
tres años más tarde, promulgó las leyes antisocialistas que
ilegalizaron al partido.99

Engels publicó o preparó en esos años algunas de sus obras más
notables, como Contribución al problema de la vivienda, El papel del
trabajo en la transformación del mono en hombre, La revolución de la
ciencia de E. Dühring (obra polémica contra las teorías del anarquista
alemán Karl Eugen Dühring, más conocida como Anti-Dühring), Del
socialismo utópico al socialismo científico o El origen de la familia,
la propiedad privada y el estado. En esos años Engels aparecía como un
miembro más de la familia en casa de Marx, cuyas hijas le llamaban «El
General»..., o también y mejor, «secretario general» (término que
usaría Lenin posteriormente).

Después de la muerte de Marx[editar]

Engels en 1893.
Engels se opuso al radicalismo izquierdista, pero tampoco concilió con
la evolución reformista del movimiento revolucionario, reeditando la
Crítica al programa de Gotha o Las guerras civiles en Francia y
finalmente publicando la Crítica al programa socialdemócrata (alemán)
de 1891. Dio lugar así a la revisión que condujo al Programa de
Erfurt, con el que sí se identificaba. Su colaborador Eduard Bernstein
y otros dirigentes condujeron a la socialdemocracia alemana hacia el
reformismo parlamentarista, extrayendo del legado de Engels una
legitimidad que es negada por otra parte del movimiento, la que
condujo a la formación de los partidos comunistas y la III
Internacional.

Engels no solo aplicó el materialismo histórico en sus escritos, sino
que desarrolló y aplicó también el materialismo dialéctico, que
llegaría a ser la filosofía oficial del movimiento comunista después
de la Revolución rusa de 1917. Elementos importantes de sus últimas
concepciones filosóficas se encuentran en Dialéctica de la Naturaleza,
aunque muchos de sus análisis o ejemplos habían perdido ya valor
cuando se publicaron en 1925, en un marco de crecimiento explosivo de
la ciencia natural y de debate epistemológico.

A las once y media de la noche del 5 de agosto de 1895 su corazón dejó
de latir debido a su cáncer de esófago. Su funeral fue el 10 de agosto
en la sala de espera de la estación ferroviaria de Waterloo,
Westminster Bridge. Entre los presentes se encontraban alrededor de 80
personas, además de algunos miembros de la familia de Engels, las
siguientes personas: Edward Anseele, Eleanor Marx-Aveling, Edward
Aveling, August Bebel, Eduard Bernstein, el holandés van der Goes,
Karl Kautsky, Sergei Mijailovitch Kravchinski (Stepniak), Paul
Lafargue, Friedrich Lessner, Wilhelm Liebnecht, Stanislaw Mendelson,
Samuel Moore, el dirigente obrero inglés Harry Quekch, Vera Ivanovna
Sassulitch, Paul Singer, el dirigente sindical inglés William James
Thorne y tres delegaciones, una del Centro cultural obrero de
comunistas londinense, otra de la Socialist League y una tercera de
los obreros berlineses. Ante el féretro hablaron, además de un sobrino
de Engels y Samuel Moore, Wilhelm Liebknecht en nombre del movimiento
obrero alemán, August Bebel en nombre del francés, Eduard Anseele como
representante del partido obrero belga, van der Goes por los
socialistas holandeses y Edward Aveling por los ingleses. Además
fueron leídos telegramas de Rusia, Hungría, Dinamarca, Italia y otros
países.

El féretro cubierto de coronas y flores fue conducido en un tren
especial hacia el crematorio de Woking. Engels había deseado que sus
cenizas fuesen arrojadas al mar. El 27 de agosto de 1895, cumplieron
su última voluntad en las cercanías de Eastbourne, aproximadamente a
cinco millas marinas de la costa, Eleanor Marx, Edward Aveling, Eduard
Bernstein y Friedrich Lessner.

Las propias creencias de Engels fueron influenciadas por Charles
Fourier. De Fourier, deriva cuatro puntos principales que caracterizan
las condiciones sociales de un estado comunista.100
1.El primer punto sostiene que cada individuo podría desarrollar
plenamente sus talentos al eliminar la especialización de la
producción. Sin especialización, a cada individuo se le permitiría
ejercer cualquier vocación de su elección durante el tiempo que desee.
Si los talentos lo permitieran, uno podría ser panadero durante un año
e ingeniero al siguiente.
2.El segundo punto se basa en el primero: con la capacidad de los
trabajadores de desplazarse por los diferentes trabajos de su
elección, la base fundamental de la división social del trabajo se
destruye, y la división social del trabajo desaparecerá como
resultado. Si alguien puede emplearse en cualquier trabajo que desee,
entonces claramente ya no hay divisiones ni barreras de entrada para
el trabajo. De lo contrario, tal fluidez entre trabajos completamente
diferentes no existiría.
3.El tercer punto continúa desde el segundo: una vez que la división
social del trabajo haya desaparecido, la división de clases sociales
basada en la propiedad se desvanecerá. Si la división laboral pone a
un hombre a cargo de una granja, ese agricultor posee los recursos
productivos de esa granja. Lo mismo se aplica a la propiedad de una
fábrica o un banco. Sin la división del trabajo, ninguna clase social
puede reclamar derechos exclusivos sobre un medio de producción en
particular, ya que la ausencia de la división del trabajo permite que
todos lo usen.
4.Finalmente, el cuarto punto concluye que la eliminación de las
clases sociales destruye el único propósito del estado y dejará de
existir. Como Engels declaró en su propia escritura, El único
propósito del estado es disminuir los efectos de los antagonismos de
clase. Con la eliminación de las clases sociales basadas en la
propiedad, el estado se vuelve obsoleto y se logra una sociedad
comunista, al menos a los ojos de Engels.

Obras principales

Fue secretario de la Primera Internacional obrera (la Asociación
Internacional de los Trabajadores o AIT) desde 1870, y participó
también en la fundación de la Segunda Internacional. Intervino, por
sus responsabilidades, en la vida política de los partidos afiliados a
la Internacional en el sur de Europa (España, Portugal, Italia) y en
el este (Rumanía, Rusia), escribiendo libros y artículos al respecto.
La Sagrada Familia (1844)

La condición de la clase obrera en Inglaterra es una descripción
detallada y un análisis de las terribles condiciones de la clase
obrera en Gran Bretaña durante la estancia de Engels en Manchester y
Salford. El trabajo también contiene pensamientos seminales sobre el
estado del socialismo y su desarrollo.
Anti-Dühring (1878)

Conocido popularmente como Anti-Dühring, es una crítica detallada de
las posiciones filosóficas de Eugen Dühring, filósofo y crítico alemán
del marxismo. En el curso de responder a Dühring, Engels revisa los
avances recientes en ciencias y matemáticas que buscan demostrar la
forma en que los conceptos de dialéctica se aplican a los fenómenos
naturales.
Del socialismo utópico al socialismo científico (1880)

En lo que presentó como una pieza extraordinariamente popular, Engels
critica a los socialistas utópicos, como Fourier y Owen, y proporciona
una explicación del marco socialista para comprender el capitalismo, y
un resumen de la progresión del desarrollo social y económico desde
perspectiva del materialismo histórico .
Dialéctica de la naturaleza (1883)

Dialéctica de la naturaleza es una obra inacabada de 1883 de Engels
que aplica las ideas marxistas, particularmente las del materialismo
dialéctico, a la ciencia. Fue publicado por primera vez en la URSS en
1925.101

Engels se aplicó a corregir y preparar para publicación los
manuscritos que Marx había dejado inconclusos en su preparación de El
Capital. El segundo tomo vio la luz en 1885 y el tercero en 1894. Esta
obra fue el centro de sus esfuerzos hasta su muerte, que ocurrió antes
de que pudiera dar a la luz lo que habría sido un cuarto tomo. El
nombre de Engels no figura en forma alguna en la autoría de esos
volúmenes, pero es indudable que hay mucho de su mano en ellos.

Engels siguió publicando artículos militantes en La Nueva Gaceta así
como obras originales, como El origen de la familia, la propiedad
privada y el Estado, que trata sobre materialismo histórico basado
parcialmente en las notas de Karl Marx y el antropólogo estadounidense
Lewis Henry Morgan, y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía
clásica alemana, una críticamente la filosofía alemana desde una
posición materialista dialéctica.

Engels no tuvo sólo un protagonismo propio como teórico del
socialismo, a pesar de lo contradictoria que nos aparece su doble
condición de empresario y revolucionario, sino que siguió participando
activamente en el movimiento socialista y comunista.

Friedrich Engels, en calidad de teórico y fundador del socialismo
científico, contribuyó a definir formulaciones acerca de la lucha de
clases, así estuviesen "embozadas". Su categorización de las acciones
de los anabaptistas y su líder Thomas Müntzer, entre otras, así como
de las confrontaciones religiosas (taboritas de Bohemia) sirvieron de
puntal al "desvelamiento" de las contradicciones violentas de clase.
Aparte, habría que señalar que Engels fue un cabal heredero del
Renacimiento, al quedar comprobado que hablaba y escribía en ruso,
italiano, portugués, irlandés, español, polaco, francés, inglés y
milanés.102

De él diría, a su muerte, el líder revolucionario Vladimir Lenin que
"un gran hombre ha dejado de existir". Lenin escribió:103

"Después de que su amigo Karl Marx (quien murió en 1883), Engels fue
el mejor erudito y maestro del proletariado moderno en todo el mundo
civilizado [...] En sus trabajos científicos, Marx y Engels fueron los
primeros en explicar que el socialismo no es la invención de los
soñadores, sino el objetivo final y el resultado necesario del
desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad moderna. Toda la
historia registrada hasta ahora ha sido una historia de lucha de
clases, de la sucesión del gobierno y la victoria de ciertos grupos
sociales. clases sobre otros ".

En el verano de 2017, como parte del Festival Internacional de
Manchester, el escultor Phil Collins instaló una estatua de Engels de
la era soviética, trasladada desde Ucrania, en Tony Wilson Place en
Mánchester.104