Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día jueves 14 de noviembre del año 2019.

“Examinando las escrituras”.
Texto del día jueves 14 de noviembre del año 2019.

Den para ustedes las ciudades de refugio
(Jos. 20:2).

Jehová consideraba muy grave que un israelita le quitara la vida a una persona. Si alguien cometía un asesinato, el familiar varón más cercano de la víctima, conocido como “el vengador de la sangre”, tenía que ejecutar al asesino
(Núm. 35:19).
De ese modo, el asesino pagaba con su vida por la sangre inocente que había derramado. El vengador de la sangre debía actuar con rapidez para que la Tierra Prometida no se contaminara, pues Jehová había dicho que derramar sangre humana “corrompe la tierra”. Y había mandado: “No debes contaminar la tierra en que ustedes están morando”
(Núm. 35:33, 34).
¿Qué pasaba cuando un israelita mataba a alguien por accidente? Incluso en este caso, el homicida era culpable de derramar sangre inocente
(Gén. 9:5).
Pero, como había sido sin querer, Jehová permitía que se le mostrara misericordia. El homicida podía huir a una de las seis ciudades de refugio, donde estaría a salvo del vengador de la sangre. Pero no podía salir de allí hasta que muriera el sumo sacerdote
(Núm. 35:15, 28).
w17.11 9 párrs. 3-5

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
jw.org