Texto publicado por Yuliana Peralta (la doradita

vuelvo con otro capítulo!

Capítulo 2: El regreso al liceo

No sabía qué podría hacer, y decidí ir a tomarme un agua, ya que hacía calor.

Encendí el ventilador y me senté a mirar una serie que me gustaba, con tal de que se me calmara el estrés del día acalorado que hacía.

Mi mamá cocinaba el almuerzo y mi hermana estaba con su gata. Entonces mi mamá deja lo que hacía, se acerca a mí, me mira fijamente y me dice:
"Tati, anda a limpiar el cuarto que viene tu tía a visitarnos".

Me fui a ordenar, pensando que la tía Margarita llegaría en una hora.

Después de ordenar le dije a mi mamá que me iría a comprar un helado para refrescarme y pensar un rato en mi vuelta a clases, qué tal sería cuarto de secundaria, qué tal las materias y si habría una nueva este año, etc. Así que caminé hasta el almacén, con el sol cocinándome con sus rayos ultravioletas y lo caliente que estaba, y yo misma, chorreando agua. Arta, regresé a casa con el helado y me senté en la sala donde estaba el aire acondicionado prendido.

Hablé con mamá acerca de varios temas de nuestro interés, sobre lo que Zoe me había contado de que su hermanito venía en camino, sobre la música y más temas interesantes hasta que llegó la tía Margarita con mis primitos Julieta y Tomás de 7 y 12 años respectivamente.
Nos sentamos a charlar sobre unas cosas mientras mi hermana jugaba con los primos a la pelota. yo les contaba que estaba algo apurada, qué digo apurada, estaba nerviosa porque empiecen las clases lo cual empezaba ese día siguiente, lunes. Estaba anciosa por que sean las 21 horas y yo me fuera a bañar, cenara, aprontara mi mochila y me fuera directo a dormir para estar bien descansada para el primer día de clases de este año en el cual cursaría cuarto de secundaria.

Entonces mi tía me comentó que a ella le pasaba lo mismo cuando iba al liceo y que me quede tranquila que todo estaría bien y en orden si dios lo permitía.

Eran las 18 y 10. Mamá fue a aprontar el mate, mi tía calentaba unas galletas con tal de que quedaran tipo tostadas y los chicos jugaban a la pelota acalorándose y chorreándose agua por todos lados. Así que mamá les ordenó a que se sentaran a comer y tomen agua bien fría o les daría algo, pues hacían como 43 grados. ¡Ah, exagerada! Bueno, fuera de broma, se sentaron y comieron las tostadas mientrasn agua fría.

Llegaron las 19 horas y mamá me dijo que fuera a comprar una leche y un pan, así que obedecí a su orden y me fui al almacén. En el camino,, caí en una pequeña zanja y me raspé la mano...
"¡Joder!" grité, y una viejita me miró de lejos como queriendo llamar a emergencias, digamos, asustada.

Salí de inmediato, aunque adolorida y muerta de risa por lo que me había sucedido.

Regrecé del almacén con las compras, a lo que ya eran las 20 y 30... y me fui a bañar.

Mamá preparaba la cena, yo me bañaba y mi hermana puso música a todo volumen y bailaba feliz porque iba a ir al liceo también, ya empezaba segundo.

Al día siguiente, salí de mi cuarto y me fui a aprontar mis cosas para irme al liceo con mi hermana. Desayuné y salí directo.
¡Otra vez casi caigo en la zanja! Pero menos mal que no caí.

Entré a clases y disfruté y aprendí cosas nuevas el primer día.