Texto publicado por Urria Gorria

se constata que el Mar Cantabrico crece 3,3 mm por año por lo que al final de siglo se preve un aumento de 1,08 metros por el calentamiento global lo que hara que aumenten las inudaciones y disminuya la pesca por la acidez del agua

Los expertos alertan: la subida del Cantábrico se acelera
El oleaje levantó losetas, tiró barandillas y se llevó arena de San Lorenzo en 2014. /P. Ucha

Avanza un 65% más de lo calculado en 2014. Sin reducir las emisiones, las catástrofes que se dan una vez cada siglo serán cada año a partir de 2060
Ramón Muñiz
Jueves, 26 septiembre 2019, 03:14

El 38% de los asturianos viven dentro del primer kilómetro de costa, lo que les deja en una situación vulnerable ante la subida del nivel del mar. Lo reconocía un informe realizado para el Principado en 2014 por el director del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, Íñigo Losada, quien entonces estimaba que el mar Cantábrico estaba creciendo a un ritmo de dos milímetros al año. «En estos cinco años el proceso se ha acelerado», advierte ahora. Se estima el avance en los 3,3 milímetros al año, esto es, un 65% más, y la cosa amenaza con empeorar.

Losada forma parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, conocido como IPCC por sus siglas en inglés, una especie de consejo asesor auspiciado por la ONU. Cien de estos científicos procedentes de 36 países han revisado los últimos 7.000 estudios que analizan la relación entre el calentamiento global, los océanos y la criosfera, esto es, las zonas congeladas del planeta. Su dictamen, conocido ayer, evidencia que el crecimiento de los mares se está acelerando, también su acidez, y cae en picado su productividad.

«Puede que, para muchas personas, el mar abierto, el Ártico, la Antártida y las zonas de alta montaña parezcan muy distantes» –explicó Hoesung Lee, presidente del IPCC– «pero dependemos de esas regiones, que inciden directa e indirectamente en nuestras vidas de formas muy diversas». Según sus análisis, el problema repercutirá en la alimentación, el agua, la energía, el transporte, la salud y el bienestar venidero.
«El nivel del mar aumenta más rápidamente de lo que se había dicho y a futuro lo hará mucho más si no se toman las medidas adecuadas», insistió el profesor Losada. En el caso concreto del Cantábrico explica que si antes se pensaba en un avance de dos milímetros al año y ahora se sitúa en los 3,3, los modelos utilizados anticipan que en un escenario de altas emisiones «estaríamos hablando de quince milímetros al año, siete veces más de lo que veníamos observando». A final de siglo la subida esperada ronda 1,08 metros, según el escenario.

La amenaza para quienes viven más próximos del agua salada lo es por partida doble. «En el Cantábrico ese aumento del nivel del mar lo es también de los eventos extremos», subraya Losada. En el escenario que no revierte las emisiones contaminantes, las catástrofes que ahora se producen una vez cada siglo se harían más frecuentes, hasta repetirse cada año a partir del 2060. «Hablamos de eventos como los sucedidos en Asturias en 2014, cuando tuvimos inundaciones en toda la costa, pérdida importante de arena en las playas y daños en las infraestructuras», recuerda el científico. No hubo pérdidas humanas, dice, gracias al sistema de alerta temprana. El escenario que describe es «como si tuviéramos pleamares vivas todos los días, en vez de dos veces al mes», pone como ejemplo.
Esto es así porque los océanos están absorbiendo un 90% del calor que produce el cambio climático. Con el CO2 «actúa como un sumidero y recoge un 30% de nuestras emisiones, lo que tiene un precio:las olas de calor dentro del agua son cada vez más frecuentes y el nivel de acidez también, lo que tiene consecuencias en los ecosistemas», apunta el especialista de Cantabria. El informe que el IPCC ha elaborado para los gobiernos indica que la frecuencia de las olas de calor marinas se ha duplicado desde 1982 «y su intensidad no deja de crecer».

La pesca, en picado

A más concentración de ácido y CO2 en las aguas, menos nutrientes y vida marina se encontrará en las mismas. «Los cambios en la distribución de las poblaciones de peces han reducido el potencial de capturas a nivel mundial. En el futuro disminuirá todavía más en algunas regiones», apunta el panel de expertos en su comunicado.
Las evidencias científicas se acumulan y obligan a reaccionar. «Las consecuencias a futuro dependen de nuestra estrategia respecto a las emisiones», diagnostica Losada, uno de los dos científicos españoles convocados para este dictamen. El especialista inciden en que el reto es «de escala planetaria.

Cada uno debe cooperar, son muy importantes el acuerdo de París y los movimientos juveniles que están generando presión, pero los datos indican que las emisiones siguen subiendo y que hacen falta acuerdos a escala mundial», reflexiona.
«Cada municipio juega un papel, cada comunidad autónoma, España dentro de la Unión Europea. Todo está conectado y el continente no podrá reducir a la mitad sus emisiones si un ayuntamiento no coopera», abunda. Los especialistas llevan tiempo apelando a las administraciones a estudiar cómo el calentamiento global afectará a las infraestructuras y viviendas, al objeto de tomar medidas que reduzcan los problemas. «Hay ahí un gran esfuerzo a escala regional, se están dando pasos, pero el mensaje de este informe es que no basta, hay que ir a una transición ecológica mucho mayor», ilustra Losada.

Conocedor de la realidad asturiana, el científico aboga por una transición «justa, que tenga en cuenta la singularidad de cada territorio. El caso asturiano merece una atención específica, pero que hay que hacer esa transición es claro».

fuente: el comercio
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