Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Lecciones que aprendo de la Biblia. (LECCIÓN 89).

“Lecciones que aprendo de la Biblia”.

LECCIÓN 89
Pedro niega a Jesús

Mientras Jesús todavía estaba con sus apóstoles en la habitación donde comió la última cena, les dijo: “Todos ustedes me van a abandonar esta noche”. Pedro le dijo: “Yo no. Aunque los demás te dejen, yo nunca te voy a dejar”. Pero Jesús le respondió a Pedro: “Antes de que un gallo cante, dirás tres veces que no me conoces”.
Cuando los soldados se llevaron a Jesús a la casa de Caifás, la mayoría de los apóstoles ya habían huido. Pero dos de ellos siguieron con la gente. Uno era Pedro. Él entró al patio de la casa de Caifás y se acercó a un fuego para calentarse. A la luz del fuego, una sirvienta vio la cara de Pedro y dijo: “¡Yo te conozco! ¡Tú andabas con Jesús!”.
Pedro respondió: “No. No es cierto. No sé de qué hablas”, y se fue hacia la puerta. Entonces otra sirvienta lo vio y les dijo a los demás: “¡Este hombre andaba con Jesús!”. Pedro contestó: “¡Ni siquiera sé quién es Jesús!”. También un hombre dijo: “Tú eres uno de ellos. Se te nota, hablas como los galileos, igual que Jesús”. Pero Pedro juró: “¡No lo conozco!”.
En ese momento, un gallo cantó. Pedro vio que Jesús lo estaba mirando y recordó las palabras que Jesús le había dicho. Así que salió y lloró mucho.
Mientras tanto, el Sanedrín se había reunido en la casa de Caifás para hacer un juicio a Jesús. El Sanedrín era el tribunal de los líderes religiosos. Ya habían decidido matarlo y estaban buscando una razón para poder hacerlo. Pero no encontraban nada de qué acusarlo. Al final, Caifás le preguntó a Jesús: “¿Eres tú el Hijo de Dios?”. Jesús contestó: “Sí, lo soy”. Entonces Caifás dijo: “No necesitamos más pruebas. ¡Esto es una blasfemia!”. El tribunal estuvo de acuerdo y dijo: “Este hombre tiene que morir”. Le dieron bofetadas, lo escupieron, le taparon los ojos, lo golpearon y le dijeron: “¡Si eres un profeta, dinos quién te pegó!”.
Cuando se hizo de día, se llevaron a Jesús a la sala del Sanedrín y le preguntaron de nuevo: “¿Eres tú el Hijo de Dios?”. Jesús les contestó: “Sí. Ustedes mismos están diciendo que lo soy”. Entonces lo acusaron de blasfemia, o sea, de insultar a Dios, y se lo llevaron al palacio del gobernador romano Poncio Pilato. ¿Qué pasó después? Vamos a verlo.

“La hora [...] ha llegado [...] en que ustedes serán dispersados. Cada uno se irá a su propia casa y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, porque el Padre está conmigo” (Juan 16:32).

Preguntas:
¿Qué pasó en el patio de la casa de Caifás?
El tribunal condenó a muerte a Jesús, ¿por qué razón?

Mateo 26:31-35, 57-27:2.
Marcos 14:27-31, 53-15:1.
Lucas 22:55-71.
Juan 13:36-38; 18:15-18, 25-28.

^ (Juan 16:32) ¡Miren! Viene la hora, en realidad, ha llegado, en que serán esparcidos cada uno a su propia casa, y me dejarán solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

^ (Mat. 26:31-35) Entonces Jesús les dijo: “A todos ustedes se les hará tropezar respecto a mí esta noche, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán esparcidas’. 32 Pero después que yo haya sido levantado iré delante de ustedes a Galilea”. 33 Pero Pedro, en respuesta, le dijo: “Aunque a todos los demás se les haga tropezar respecto a ti, ¡a mí nunca se me hará tropezar!”. 34 Jesús le dijo: “En verdad te digo: Esta noche, antes que un gallo cante, me repudiarás tres veces”. 35 Pedro le dijo: “Aun cuando tenga que morir contigo, de ningún modo te repudiaré”. Todos los demás discípulos también dijeron lo mismo.

^ (Mar. 14:27-31) Y Jesús les dijo: “A todos ustedes se les hará tropezar, porque está escrito: ‘Heriré al pastor, y las ovejas serán esparcidas’. 28 Pero después que yo haya sido levantado iré delante de ustedes a Galilea”. 29 Pero Pedro le dijo: “Aun si a todos los demás se les hace tropezar, sin embargo a mí no se me hará”. 30 Ante aquello, Jesús le dijo: “En verdad te digo: Hoy tú, sí, esta noche, antes que un gallo cante dos veces, hasta tú me repudiarás tres veces”. 31 Pero él se puso a decir con insistencia: “Aunque tenga que morir contigo, de ningún modo te repudiaré”. También, todos los demás decían la misma cosa.

^ (Juan 13:36-38) Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿adónde vas?”. Jesús contestó: “A donde yo voy no puedes seguirme ahora, pero seguirás después”. 37 Pedro le dijo: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Entregaré mi alma a favor de ti”. 38 Jesús contestó: “¿Entregarás tu alma* a favor de mí? Muy verdaderamente te digo: No cantará el gallo de ninguna manera hasta que me hayas repudiado tres veces”.

^ (Juan 18:15-18) Ahora bien, Simón Pedro —y lo mismo otro discípulo— iba siguiendo a Jesús. Aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró junto con Jesús en el patio del sumo sacerdote, 16 pero Pedro se quedó de pie, fuera, a la puerta. Por lo tanto salió el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera y trajo dentro a Pedro. 17 La sirvienta, la portera, entonces dijo a Pedro: “Tú no eres también uno de los discípulos de este hombre, ¿verdad?”. Él dijo: “No lo soy”. 18 Pues bien, los esclavos y los oficiales estaban allí de pie, y habían hecho un fuego de carbón, porque hacía frío, y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos y se calentaba.

^ (Juan 18:25-28) Pues bien, Simón Pedro estaba de pie calentándose. Entonces le dijeron: “Tú no eres también uno de sus discípulos, ¿verdad?”. Lo negó, y dijo: “No lo soy”. 26 Uno de los esclavos del sumo sacerdote, porque era pariente del hombre a quien Pedro había cortado la oreja, dijo: “Yo te vi en el huerto con él, ¿no es verdad?”. 27 Sin embargo, Pedro lo negó otra vez; y al instante un gallo cantó. 28 Entonces condujeron a Jesús desde Caifás al palacio del gobernador. Era temprano en el día ahora. Pero ellos mismos no entraron en el palacio del gobernador, para no contaminarse, sino poder comer la pascua.

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
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