Texto publicado por Urria Gorria

Estos días se ha vivido en la Franja de Gaza una nueva escalada de violencia, una de las más intensas de los últimos años. Es importante que no perdamos el foco del contexto: las causas, antecedentes y circunstancias que hacen que hoy Gaza sea el complicado lugar en el que se ha convertido.

Gaza lleva doce años totalmente aislada del resto del mundo. El férreo bloqueo de Israel, por tierra, mar y aire, impide que los dos millones de personas que viven en la franja no puedan salir y que tampoco puedan entrar el resto de los palestinos que viven en Cisjordania u otros lugares del mundo. Hay familias que llevan doce años sin poder estar juntas.

Miles de personas enfermas ni siquiera pueden salir a recibir el tratamiento que necesitan y se dan multitud de casos en el que los pacientes mueren esperando a recibir un permiso para poder salir.

Como consecuencia directa del bloqueo, la población sufre una escasez de todo lo que se considera básico para vivir como agua limpia, alimentos o electricidad. El 96% del agua para el consumo doméstico en Gaza está contaminada -en breve no habrá agua potable en toda la Franja- y son muchas las personas que no pueden costearse el agua embotellada, ¿qué pueden hacer?

Desde que se inició el bloqueo, Gaza ha vivido tres guerras, la última y más destructiva y mortífera se produjo en 2014: más de 19.000 viviendas fueron totalmente destruidas y 1.462 civiles palestinos fueron asesinados. 551 niños de los muertos eran niños y cerca de 300 mujeres.
También la economía está totalmente colapsada en Gaza. Con una población de casi dos millones, de la cual 800.000 son menores, el 52% de la población activa está desempleada. 

A pesar de que las manifestaciones del último año en torno a la Gran Marcha del Retorno han sido desde su inicio pacíficas, cerca de 200 palestinos, incluidos 41 niños, han sido asesinados por las fuerzas israelíes.

Toda esta situación ha generado unas durísimas condiciones de vida que han deteriorado profundamente la salud mental de la población: la OMS señala que el 20% tiene serios problemas mentales que afectan, fundamentalmente, a los niños. Las tendencias suicidas y la depresión están entre las cicatrices menos obvias de los gazatíes.

Es en este contexto en el que se produce, una y otra vez, la escalada de las hostilidades entre Hamas e Israel. Las víctimas, a uno y otro lado, siempre son las mismas: la población civil. 
Desde UNRWA no dejaremos de insistir en que la solución para todos solo puede pasar por el fin absoluto del bloqueo en la Franja de Gaza. Te necesitamos

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Desde hace casi 70 años, la misión de UNRWA radica en disponer de asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados de Palestina, que representan a la tercera parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), en espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.