Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

Aviación sin barreras del 15 de febrero.

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cuentos a texto completo y la Guía de aeropuertos del Ecuador accesible para PCD.

Saludos cordiales. Y les deseamos un excelente fin de semana.

Luis Cueva y Johanna Palacios.

Aviación sin barreras, Viernes 15 de febrero de 2019.

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Viernes, 15 de febrero de 2019.

Buenos días estimados amigos:  Se siente el aire salino al navegar por el relato de alerta y zafarrancho sobre el monstruo marino de este buque auxiliar,
y en palabras de su Capitán   plasmadas en esta obra, relata los éxitos y zozobra al batallar en alta mar.

“Bajo diez banderas” se lanzó al asalto con su disciplinada tripulación con arrojo y pasión en el marco de una guerra, y fungiendo como corsario donde
todo engaño vale, abordó y hundió buques mercantes a fin de cumplir su misión.

Haciendo honor al refrán “Quien a hierro mata a hierro muere”, sufrió igual suerte a manos de un destructor, pero para vivir la realidad oceánica de lucha
tan titánica entre la incertidumbre de navegar sin rumbo fijo sin avistar a un enemigo o maniobrar ante una tormenta que al igual que el adversario intenta
doblegar el espíritu combativo, hay que ir por este libro.  Buen Viento y buena mar que en leer… todo es empezar. 

Título:  Bajo diez banderas, la odisea del Atlantis.

Autor:  Bernhard Rogge.

Nota de contraportada:  Al estallar la II Guerra Mundial en 1939, la flota alemana apenas disponía de unas pocas unidades listas para el combate.  El peso
de la guerra pues, hubo de reposar en unos cuantos submarinos, en los buques auxiliares adaptados a objetivos bélicos y en los cruceros ligeros.  Entre
estos últimos el que se haría más famoso, llegando a convertirse en una pesadilla para la marina británica fue el crucero auxiliar Atlantis. 

Camuflado como un inocuo barco mercante, se especializó en atacar a barcos mercantes aliados a lo largo de todos los océanos, llegando a capturar o hundir
a 22 de ellos, una hazaña no igualada por ningún otro navío.

Al mando iba el Capitán Bernhard Rogge, que a sus dotes como marino y a su personal astucia, unía un alto sentido del honor y respeto por las leyes internacionales.

Tras viajar más de 160 mil kilómetros  en 602 días, el Atlantis fue hundido por el crucero británico Devonshire, en noviembre de 1941.  Su odisea fue llevada
a la pantalla con el título “Bajo diez banderas”.

Acerca del autor:  Bernhard Rogge 1899 a 1982, Capitán de la marina alemana durante la II Guerra Mundial, recibió las más altas condecoraciones por su
labor al frente del crucero auxiliar Atlantis.  Al finalizar la II Guerra Mundial era Vicealmirante, y fue uno de los pocos oficiales de su rango que no
resultó arrestado por los aliados, ya que se estimó que su comportamiento se había ajustado siempre al derecho internacional. 

Después de la guerra continuó vinculado a la marina de la República Federal Alemana y ejerció diversos cargos dentro de la OTAN, llegando a ser Contralmirante.

Cita 1.

“El estallido de la II Guerra Mundial en 1939, pilló desprevenida a la marina de guerra alemana.  En el pacto naval germano-británico de 1935, había limitado
voluntariamente su poderío para excluir de forma definitiva cualquier posibilidad de que se repitiera el enfrentamiento por mar absurdo  y criminal para
ambas naciones”.

Cita 2.

“Los éxitos que conseguimos se debieron en primer lugar a mi extraordinaria tripulación, que en los 655 días de navegación que duró esta empresa, una de
las más largas de la historia de los enfrentamientos navales, demostró de forma ejemplar poseer un sentimiento humanitario de primer orden”.

Cita 3.

“Lo que nuestro libro ofrece, es una imagen de los logros y actitud de los marinos alemanes, narra su vida dura y sacrificada en el servicio a bordo a
través de los anchos océanos durante la II Guerra Mundial.  Da testimonio de una actitud humana, que en mi opinión permite advertir que la gente de las
distintas naciones no tienen diferencias esenciales entre sí, y puede reconocerse en el ámbito humano pese a los antagonismos políticos y nacionales”.

Cita 4.

“Nuestras profesiones eran pese a cierta similitud, al menos durante la guerra,  prácticamente opuestas en cuanto a objetivos y consecuencias.  Él, servía
de manera escrupulosa en la estricta dureza de la marina de guerra alemana, mientras que yo, como miembro de la marina mercante británica, había dedicado
toda mi vida a los pacíficos objetivos del comercio marítimo.  A pesar de todo, había algo que nos unía mucho antes de conocernos, ambos éramos navegantes
y por tanto, habíamos luchado con los mismos elementos, ambos habíamos dejado errar nuestras miradas incontables veces sobre las tornadizas olas, sobre
el azul intenso bajo el sol tropical o su gris amenazador orillado de espumas en latitudes más extremas”.

Cita 5.

“Pero luego vino la guerra con sus dificultades y peligros característicos, tuve muy mala suerte y al inicio de la contienda el buque armado Atlantis encontró
mi barco, hundieron el “Sitio Bagdad” y yo me convertí en su prisionero.  No cabe duda que existe un espíritu de camaradería entre los navegantes como
ya he afirmado y Rogge, lo demostró de manera impecable en la actitud que mantuvo siempre frente a sus prisioneros”.

Cita 6.

“Las aguas grises y cenagosas del Elba no revelan nada bajo el cielo de primavera, el agua no conserva rastro alguno.  El barco navega entretanto hacia
el norte, deja atrás a sus vigilantes y al cabo de un rato tiene otros, dos torpederos que lo escoltan por uno de sus lados y por delante, lo acompañan
hasta el atardecer, aviones HE-115, un avión de caza
Messerschmitt
e incluso un submarino”.

Cita 7.

“De pronto cuando la noche hace subir del mar sus sombras protectoras, el barco ya no es noruego, tampoco tiene las dos chimeneas que aún poseía dos semanas
atrás cuando estaba en Kiel, o cuando gris como un buque de guerra capaz de burlar bloqueos avanzaba siguiendo la estela del buque señuelo Hessen, por
el curso helado del canal del noroeste”.

Cita 8.

“Los virajes bruscos son más de lo que las ensambladuras pueden soportar a la larga en un mar semejante, eso significa una fuerza para avanzar a 17,5 millas
marinas por hora, generada por dos motores diésel  que ponen en marcha una hélice que ha de impulsar hacia el norte, una nave de 155 metros de eslora,
18,6 metros de manga y 8,2 metros de puntal.  Un barco de 7860 toneladas  brutas de arqueo, que avanza inexorablemente hacia el norte en medio de un mar
embravecido”.

Cita 9.

“El mar también se calma un poco, solo las olas continúan formando unas especies de dunas, potentes olas del norte y del noreste.  Cuando llega la noche,
se ven titilantes auroras boreales, haces luminosos, abanicos y cintas de colores, rayos que cruzan el cielo como fogonazos y eso dura toda la noche, mientras
el barco sigue avanzando hacia el norte a través del Estrecho de Shetland”.

Cita 10.

“poco antes del anochecer llega un nuevo mensaje del submarino, el armamento ya no está preparado para entrar en acción, tenemos que reducir la velocidad
y cambiar de rumbo porque hay peligro de inundación por la torreta.  Los oficiales del barco deciden entonces apoyar la maniobra del submarino, aguardar
el desenlace  y a continuación despedirlo”.

Cita 11.

“Prosigue su viaje sin demora, comienza bordeando la orilla de hielo entre el fragor de la tempestad del noreste y con temperaturas entorno a los menos
8 grados centígrados.  El frío, provoca que cada pieza de hierro de la cubierta superior parezca incandescente y que cada pulgada de piel no cubierta,
sienta como si un cuchillo la cortara”.

Cita 12.

“Con un viento del norte que tiende a amainar, una tenue capa de vapor en el límite de la corriente del golfo y bajo un cielo encapotado, sale del Estrecho
de Dinamarca para entrar en el Océano Atlántico, sin, como corrobora el diario de guerra haber avistado ni una sola nave”.

Cita 13.

“El primer crucero auxiliar alemán de la II Guerra Mundial, la antigua motonave de carga Goldenfeld de la línea prevenhansa, oficialmente conocida ahora
como barco 16 por razones de servicio y llamado también Atlantis, ha conseguido abrirse paso hasta el océano Atlántico”.

Cita 14.

“Qué sesgo  tan inesperado habían tomado los acontecimientos, tanto su destino personal como el de Alemania y Europa desde que en los últimos días de junio
de 1939, regresara en el Buque Escuela Albert Leo Slater, entonces comandado por él del viaje de instrucción por Sudamérica, programado con los cadetes
de la marina”.

Cita 15.

“La declaración de guerra de Inglaterra, había encontrado totalmente desprevenida a la marina de guerra alemana.  El astillero de Bremen, por muy decididos
y voluntariosos que se mostraran desde sus directores hasta el último de sus obreros, por mucho que manifestaran su buena voluntad e hicieran horas extras,
le faltaba lo que la marina no había preparado por falta de previsión y disponibilidad para una eventual guerra”.

Cita 16.

“Sin más, se sentó en el círculo de sus suboficiales mayores y se pusieron a calcular, escribir y echar números.  Sabía que lo que no se incluyera previsoramente
ahora, faltaría más tarde en alta mar donde no habría ninguna posibilidad de conseguirlo.  ¿Qué hacía falta en el pañol del carpintero o del timonel? Lámparas,
cubertería, banderas, lencería.  ¿Qué necesitaba el contramaestre, los encargados de las velas, del deporte? ¿Y qué se necesitaba en la biblioteca? ¿En
el taller de los mecánicos de artillería de los torpedos? ¿y en la sastrería, zapatería y peluquería, y en la cerrajería?  ¿Cuánto papel higiénico había
que llevar?”.

Cita 17.

“Entre tanto y mientras la nave va siendo paulatinamente terminada, el comandante no para de viajar por el país. A Hamburgo donde Don Amblos, a ver qué
hacen los otros cruceros auxiliares, a intercambiar experiencias con la gente de allí, ver si se puede aprender y aprovechar algo de ellos… Nadie se ha
vuelto más tonto aprendiendo”.

Cita 18.

“Si puede decirse que la guerra tiene algo bueno, es que nos obliga a abandonar los rieles habituales en el pensar y en el hacer, y esta guerra mi estimado
amigo, si queremos ganarla, nos obligará a todos a sacudirnos radicalmente de encima la estupidez y pereza espiritual”.

Muy atentamente.

Luis Eduardo Cueva Serrano.

Johanna Malena Palacios Guevara.

Aviación sin barreras.

Quito, Ecuador, Sudamérica.