Texto publicado por TifloFernando

Enfermedades devastadoras de la Sociedad a lo largo de la Historia...(UltimaPublicaciondelNuevoAño2019)

Muy buenas amigos y amigas lectores y lectoras habituales de mis Publicaciones en BlindWorlds:

En mi última Publicación ( de momento) de este comienzo del nuevo año 2019, voy a tratar de completar el Artículo que como siempre, acompaña la misma al finalizar mi introducción.

"Stardust medicine; Editorial extraído de Univadis El portal médico de referencia.

En ella se habla de cuatro Enfermedades que han asolado la Humanidad y han causado millones de muertos a lo largo de la Historia:

1- Las plagas de peste.

2- La lepra.

3- Ergotismo.

4- Viruela.

Me voy a detener en algunas de ellas, salvo de la Lepra, a la que he dedicado una Publicación aparte titulada:

("Cada minuto y medio una persona se contagia de lepra en el mundo).

Publicación que podéis leer como una de las primeras publicadas por mí en el inicio de este 2019, en esta misma Red Social.

Empecemos pues y destacaré la que causó la mayor desolación de Europa en el Siglo XIV, "La Peste Negra".

Me apoyaré en un maravilloso Artículo escrito Por Marco Antonio Martin Garcia; En el Blog Senderos de la Historia.

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«La Peste Negra apareció por primera vez en las estepas asiáticas a comienzos del siglo XIV. Desde esta zona fue extendida por los ejércitos mongoles que atacaban Europa Oriental. En el año 1346, los mongoles sitiaron la colonia genovesa de Kaffa, Crimea. En éste asedio se produjo uno de los primeros usos de armas bacteriológicas de la Historia, al lanzar los mongoles con sus catapultas trozos de cadáveres infectados con la peste hacia el interior de las murallas de la ciudad.

Obviamente, esto originó que la peste se propagara rápidamente por toda la colonia y aunque los genoveses consiguieron resistir y derrotar a los mongoles, varios mercaderes que escaparon en barco de la ciudad llevaron la epidemia hasta Génova, desde donde se extendió por toda Italia en 1347.

Así se iniciaba la pesadilla que haría despertar a Europa de su letargo medieval.

Al año siguiente, 1348, la peste se había propagado ya por casi toda Europa, asolando además Asia e incluso África. A esta rápida propagación ayudaron factores como el desconocimiento que se tenía en la época sobre las epidemias, el transito constante entre países de peregrinos, soldados mercenarios y comerciantes, y sobre todo un animal que se extendió desde Asia por toda Europa: la rata negra, cuyas pulgas transmitían la enfermedad a los humanos.

¿Qué es la Peste Negra?...

La Peste Negra es un brote de Peste Bubónica, una epidemia causada por una bacteria llamada Yersinia pestis.

Ésta bacteria originalmente afectaba a las ratas negras asiáticas y las pulgas de estos roedores serían las responsables de que la enfermedad se trasmitiera por primera vez al hombre.

Según el medio por el cual la bacteria infectaba a los humanos la enfermedad variaba:

- Si la bacteria entraba en el cuerpo humano a través del aire, se producía la variante de peste Pulmonar, esta variante ocasionaba una pulmonía aguda que provocaba un fallo respiratorio que acaba con la vida del paciente en unos pocos días.

- Si era ocasionada por la picadura de una pulga infectada se producía la variante de Peste Bubónica, ya que origina que a los enfermos se les hincharan los ganglios o “bubones”. En esta ocasión, cuando los bubones estallaban se producía una hemorragia generalizada, acompañada de septicemia y en ocasiones de gangrena.

- Por último si la bacteria llegaba a entrar en contacto directo con el torrente sanguíneo, se producía la variante de Peste Septicémica, la variante más peligrosa, ya que al tratarse de una infección sanguínea ocasionaba la muerte al 100% de infectados.

De estas tres mortíferas variantes era posible sobrevivir a la variante pulmonar, pero era muy complicado que sin antibióticos un paciente pudiera sobrevivir a las otras dos.

Consecuencias:

La primera consecuencia de la epidemia fue obviamente un descenso muy acusado de la demografía. La mortandad que produjo esta epidemia fue realmente única; casi 25 millones de personas en toda Europa.

La gran pérdida de población trajo consigo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social, ya que la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales.

Muchas tierras se quedaron sin manos que las labraran y los alimentos empezaron a escasear, lo cual provocó una malnutrición generalizada y una devastadora hambruna que aumentó, aún más si cabe, la mortandad entre los más necesitados.

Así mismo, esta repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un incentivo para la innovación tecnológica que rompió el estancamiento de las épocas oscuras.

Pero la mortandad no solo afectó a las clases bajas, sino que afectó muchísimo a los monjes y frailes que cuidaban a los enfermos y a las clases altas. Los altivos nobles murieron de la misma forma horrible que sus humildes vasallos, nadie estaba a salvo de la enfermedad y parecía que ni siquiera los más cercanos a Dios se salvaban de morir.

Este amargo descubrimiento de que ante la muerte todos eran iguales generó un germen de discordia con todo el pensamiento medieval basado en la omnipotencia de Dios. Fruto de esta ruptura con las ideas medievales nació el “Humanismo”, una corriente de pensamiento iniciada por el italiano Francesco Petrarca y basada en el “antropocentrismo”: el hombre como medida de todas las cosas, y en el disfrute de los placeres de la vida, ya que esta era muy breve.

Este cambio de mentalidad que se inicia a raíz de la mortandad ocasionada por la peste negra, 100 años después eclosionará en el denominado “Renacimiento”, el renacer del pensamiento libre, el re-descubrimiento del arte y la cultura clásica.

Otra manifestación cultural generada a raíz de la epidemia y la mortandad que desataba fue la “Danzas de la Muerte”, un relato que se representó gráfica y teatralmente y que se bailó durante toda la época. En la Danza de la Muerte aparecen representados personajes de diferentes estamentos sociales: obispos, reyes, nobles, labradores, mendigos, damas, ect, bailando juntos. Personajes que en vida jamás compartían nada, en la muerte eran iguales. Ricos y pobres morían de la misma forma. La muerte como símbolo de igualdad, seas quien seas, tengas el poder que tengas morirás y no podrás evitarlo.

Por último, hay que señalar que a los muertos de enfermedad que provocó la epidemia habría que sumar las personas acusadas de provocar la enfermedad y asesinadas por el vulgo. En esta época se intensifica la caza de brujas, la quema de herejes y las persecuciones a minorías religiosas como los judíos.»

Texto parcialmente extraído del Blog:

SENDEROS DE LA HISTORIA
(https://senderosdelahistoria.wordpress.com/2010/04/03/la-peste-negra-134...)

Un Blog para los amantes de la Historia.

La Peste Negra, 1347 - 1350
Por Marco Antonio Martin Garcia.
7 de abril de 2017.

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Imagino que os habrá resultado muy interesante, descubrir los Orígenes de la "Peste Negra", una Enfermedad de la que todos hemos oído hablar, pero los Datos históricos, tan bien contados pocos hemos disfrutado.

Os recomiendo el Blog "Senderos de la Historia",donde el Historiador Marco Antonio Martin Garcia, os deleitará con unos Artículos extraordinarios.

Y ahora os ofrezco unos breves detalles de otra de las Enfermedades citadas en el Artículo que acompaña esta Publicación...

Se trata de La Viruela; Para hacerlo, me baso en un excelente texto:

"La primera vacuna contra la viruela por Miguel Ángel Vázquez"

Veamos pues el interesante recorrido por la llamada Viruela o Enfermedad de Edward Jenner

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«La historia atribuye a Edward Jenner la autoría de la primera vacuna, pero su descubrimiento resulta muy instructivo de los errores que rodean en ocasiones la investigación médica y de los progresos que hemos realizado a este respecto.

Jenner nació en Escocia en 1749. En esa época, la viruela era una enfermedad muy temida y sus frecuentes brotes (favorecidos por la escasa higiene general) provocaban la muerte de entre el 10 y el 30% de las personas que la contraían. Sin embargo.

No sólo se temía la muerte, ya que los que sobrevivían quedaban literalmente marcados por la enfermedad, que dejaba unas cicatrices en la piel (las denominadas "picaduras de viruela") que podían deformar el rostro del enfermo.

Desde el primer momento, Jenner se interesó por esta dolencia y decidió investigar el rumor de que las personas que se hallaban en contacto con vacas y caballos parecían inmunes a ella.

Comprobó que, en efecto, se infectaban por una especie de viruela animal que les provocaba unas pocas heridas (por lo general en las manos, con lo que se evitaba la temida deformación del rostro) y, posteriormente, parecían ser resistentes a la variedad humana.

Jenner postuló que las viruelas bovina, equina y humana eran variantes de la misma enfermedad, pero que, por algún motivo, al pasar a los animales se debilitaba y, así, las personas que trabajaban con ellos se estaban exponiendo a una versión menos agresiva. Como la enfermedad sólo podía padecerse una vez, quedaban de este modo a salvo de las versiones más virulentas.

En 1796, Jenner se sintió lo suficientemente seguro como para probar su teoría, aunque el método elegido hoy nos escandalizaría (y es probable que hubiera llevado al investigador a la cárcel).

Tomó líquido de las pústulas de una mujer con la viruela bovina y se lo inyectó a un niño de ocho años. Meses más tarde, inoculó al mismo niño, esta vez con la temible viruela humana.

Afortunadamente, tenía razón y se comprobó que el niño era inmune.

Algunos años después, se iniciaron campañas de vacunación entre la población, lo que supuso el primer paso hacia su erradicación (fue declarada por la OMS como erradicada en 1980).

Lo que no recogen muchos libros de texto es que, aunque a Jenner hay que atribuirle la investigación médica, los prejuicios y la misoginia retrasaron casi 80 años el descubrimiento de la primera vacuna, ya que no era la primera vez que se planteaba en Inglaterra la posibilidad de que la prevención de la viruela estuviera en las formas más benignas de la enfermedad, como resultó ser.

De hecho, no fue el primero en "vacunar" a un niño: en 1718, una noble inglesa descubrió en un viaje a Turquía que algunas personas se infectaban deliberadamente con formas leves de la enfermedad para protegerse y ella misma lo hizo con sus hijos.

No obstante, la clase médica no se mostró muy proclive a dejarse aleccionar por una mujer o unos "salvajes", y esta sugerencia de investigación tuvo que esperar casi un siglo en dar fruto.

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Para probar los resultados actualmente se recurre a unos ensayos diseñados no sólo de forma adecuada para la ciencia, sino que, al mismo tiempo, se atengan a criterios éticos.

De este modo, a diferencia de la prueba mencionada en la que se realizó una inoculación a un único niño, probablemente ignorante de lo que le podría suceder, los modernos ensayos se realizan con un número elevado de personas:

(de manera que se puedan extraer de ellos conclusiones que excluyan la simple casualidad)

Y con el compromiso ético de mantenerlas siempre informadas sobre los posibles riesgos y beneficios, de ofrecerles siempre la posibilidad de retirarse en cualquier momento, de garantizarles atención médica en cualquier caso y, en los países en vías de desarrollo, de aprovechar estos ensayos para mejorar la situación de las comunidades en las que se realiza.»

Texto parcialmente extraído de la Web:

GTT-VIH.org
(http://gtt-vih.org/book/print/4111%20)

La primera vacuna contra la viruela
Autor: Miguel Ángel Vázquez.

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Y para finalizar esta Publicación, la última Enfermedad citada, denominada Ergotismo, conocida como "Fuego de San Antonio".

("San Antonio Abad es también conocido como San Antón o como el santo del cerdito (“Sant Antoni del porquet”) pues, según la leyenda, curó a un cerdo herido que después le seguía a todas partes y que aparece esculpido o pintado a su lado"...
Hace unos días celebramos su Fiesta en Valencia; por primera vez los usuarios y usuarias acompañados de sus perros guía encabezaron el "desfile" de animales el jueves 17 de enero, a las 11:00 horas, en la calle Sagunto, de Valencia, con motivo de la Festividad de San Antonio Abad.).

Comer pan de centeno infectado por Cornezuelo del Centeno, provoca el Ergotismo y es responsable de unas graves alteraciones neurológicas (Visiones), Convulsiones, Temblores y Necrosis de ciertas partes del cuerpo, etc.

Síntomas que se pensaba que se debían a una Posesión demoníaca; Entre las más famosas, en el Siglo XVII se encuentran las muertes de 19 personas, casi todas mujeres, más conocidas como "Las Brujas de Salem".

Ya tenemos todos los elementos esenciales para proseguir investigando y ofreceros lo que he averiguado.

Habéis acertado, me basaré en unos Datos muy interesantes, extractados de un Artículo de un viejo conocido por todos en mis Publicaciones, el Profesor José Ramón Alonso.

"El cornezuelo y el Camino de Santiago"

En su Blog Neurociencia, el Profesor José Ramón Alonso, nos descubrirá la relación de una Enfermedad llamada Ergotismo, con el conocidísimo "Camino de Santiago".

Pues: «...Pronto se vio que el remedio más eficaz para estos pacientes era indicarles que hicieran el Camino de Santiago...»-José R. Alonso-

Sin más dilación, leamos el Artículo citado...

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«Claviceps purpurea es el nombre científico de un hongo que parasita distintas especies de cereales.

El nombre común es cornezuelo del centeno, porque el hongo en la espiga se ve con forma de “cuernito”- una masa negra o morada de forma curvada que llega a alcanzar varios centímetros de longitud- y porque la especie más comúnmente infectada es el centeno aunque, más raramente, también se puede encontrar en otras gramíneas como la avena, el trigo o la cebada.

El hongo parásito de la planta de cereal produce unas micotoxinas que contienen numerosos alcaloides (ergometina, ergosina, ergotamina, ergocornina, ergocriptina, ergocristina, agroclavina, elimoclavina, lisergol...)

Lisergolque se asemeja al LSD y tiene importantes efectos neurológicos.

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El consumo de pan fabricado con centeno (pan negro) que a su vez estaba contaminado con cornezuelo generó durante la Edad Media una enfermedad mental muy común que se denominó fuego de San Antonio, ergotismo o fuego del infierno.

Los síntomas más comunes eran alucinaciones, convulsiones, espasmos, psicosis, manías, náuseas, picores intensos, sensaciones de frío o calor intenso y vómitos, por lo que no es de extrañar que los asustados vecinos le atribuyeran un componente diabólico.

El ergotismo espasmódico o convulsivo fue especialmente común en Francia. Como es, desgraciadamente, el caso con diversas enfermedades, algunos clérigos difundieron la idea de que era un castigo divino a los pecadores, algo que siempre tiene difícil defensa aunque aumente la devoción de las víctimas.

Las micotoxinas del cornezuelo también generan vasoespasmos arteriales, especialmente en los brazos y los muslos, por lo que disminuye el riego sanguíneo y se puede producir necrosis y gangrenas, fundamentalmente en las extremidades.

Muchas personas afectadas de la variante necrótica del fuego de San Antonio, más común en Alemania, terminaban con una grave discapacidad física, algo que se puede ver en muchos retablos donde la orden ensalzaba las virtudes curativas y los milagros de su santo patrón (ver el retablo de Matthias Grünewald para el altar mayor de Isenheim).

Las propiedades vasoconstrictoras del hongo se han utilizado para inducir el parto (o los abortos) y también para impedir las pérdidas masivas de sangre, especialmente en parturientas donde las hemorragias postparto eran la primera causa de muerte en las mujeres jóvenes. De hecho, parece que ya Hipócrates recomendaba una preparación de cornezuelo para intentar detener estas sangrías.

Las víctimas del ergotismo pedían ayuda a la Virgen y a distintos santos, en especial a San Antonio Abad, o San Antonio de Egipto, que entregó todos sus bienes para ayudar a expandir el cristianismo y vivió una vida de oración y contemplación, siendo considerado el primer eremita.

Sus reliquias pasaron a Alejandría, luego a Constantinopla y de allí, por petición del conde de Dauphiné, a esta localidad francesa. Dos nobles de la zona, Gaston y su hijo Gérin, afectado de ergotismo, peregrinaron a su iglesia en 1090. Gaston juró frente a la tumba de San Antonio entregar todos sus bienes para luchar contra el ergotismo si su hijo se curaba. Gérin se recuperó y Gastón, fiel a su promesa, creó la orden de San Antonio.

Su primer hospital tenía las paredes pintadas de rojo fuego y es posible que todo esto contribuyera a que el ergotismo se conociera como el fuego de San Antonio.

El consumo de pan de centeno estaba tan extendido y la presencia en la harina de polvo de cornezuelo en Centroeuropa era tan abundante que los frailes de San Antonio o antonianos se dedicaron en exclusiva a tratar a estos enfermos.

Sus hospitales y conventos se extendían por Alemania, Francia y Bélgica, donde el centeno era el cereal más cultivado, frente al trigo, que era más mediterráneo.

Pronto se vio que el remedio más eficaz para estos pacientes era indicarles que hicieran el camino de Santiago, es decir, que peregrinaran a la catedral del apóstol en Santiago de Compostela.

Aunque nunca hay que desdeñar el influjo positivo de las creencias religiosas, una posible explicación científica tiene que ver con los campos de Castilla. Una gran parte del Camino discurre por Castilla y León, cerca de sus grandes llanuras cerealistas.

El hospital del monasterio de San Antón de Castrojeriz (Burgos), fundado por Alfonso VII de Castilla en torno a 1146, sanaba a los peregrinos afectados del fuego del infierno porque los amorosos cuidados de los frailes antonianos iban acompañados de un producto local, pan de trigo candeal, desprovisto de Claviceps, y cuyos efectos benéficos acompañaban a todos los que hacían el Camino. Según cuenta Enrique del Rivero en “Rincones singulares de Burgos”:

… Además de curar a los enfermos del fuego de San Antón, imponiéndoles un escapulario con la Tau y ofreciéndoles los también curativos pan y vino de San Antón, atendían, con esmerada hospitalidad a todos los peregrinos, incluso a los que pasaban de noche. Para estos últimos tenían dispuestas, bajo la protección del pórtico de la iglesia, unas alacenas de piedra en las que siempre se encontraban las necesarias provisiones para seguir el camino…

El Camino de Santiago pasa bajo los dos arcos del pórtico que protege la entrada a la iglesia del monasterio, adornada con arquivoltas hermosamente talladas. Allí se pueden ver las dos zonas donde se colocaban alimentos para los peregrinos que llegaban fuera de horario. La cruz de Tau era el emblema de los antonianos, un símbolo que después fue asimilado por los templarios y también por los franciscanos.

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En 1976, en la revista científica Science, una de las más prestigiosas del mundo, la investigadora Linnda R Caporael sugirió que los famosos juicios de brujería celebrados en Salem pudieran tener una causa médica y un artículo posterior de Mary Matossian argumentó en American Scientist que podía haber sido una epidemia de fuego de San Antonio.

Los juicios de brujería de Salem se iniciaron por nueve muchachas de esta localidad que empezaron a mostrar convulsiones y, tras los procesos de 1692, diecinueve personas, la mayoría mujeres, fueron condenadas y ahorcadas. A favor de que fuera un caso de ergotismo o fuego de San Antonio apuntaban algunas de las sensaciones recogidas en las declaraciones judiciales, como sensaciones de hormigueo bajo la piel y en los dedos, tinnitus, dolores de cabeza, alucinaciones, espasmos musculares dolorosos, vómitos, diarreas y un amplio espectro de manifestaciones neurológicas como depresión, manías, psicosis y delirios. La Dra.

Caporael también aportó evidencias de que el centeno se cultivaba intensamente en la zona de Salem en la época de los juicios y que los registros meteorológicos de ese año indicaban unas condiciones climáticas, frío y mucha humedad, que habrían favorecido la proliferación del hongo.»

Texto copiado y extractado del Blog:

Neurociencia
(https://jralonso.es/2012/11/11/el-cornezuelo-y-el-camino-de-santiago)

El blog del Profesor José Ramón Alonso.

El cornezuelo y el Camino de Santiago
Por el Profesor José Ramón Alonso
Neurobiólogo. Catedrático de la Universidad de Salamanca. Escritor.
Publicado el 11 de noviembre de 2012.

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Deseo ofrecero suna curiosidad acerca de un derivado alcaloide del Cornezuelo del Centeno:

Un alcaloide extraído del Cornezuelo es el denominado Lisergolque se asemeja al LSD y tiene importantes efectos neurológicos.

¿Sabéis como se descubrió este alcaloide?...Recurro a un fragmento extractado del Blog del Dr. Francisco Traver.

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«...el principal inductor de estados no ordinarios de conciencia (ENOC) fue una sustancia quimica descubierta por Albert Hoffman mientras trabajaba para los laboratorios Sandoz de Suiza,
investigando las propiedades de los derivados del "cornezuelo de centeno", una sustancia que al principio de su comercialización era legal y que reclutó a multiples investigadores entusiastas en su uso, el LSD (Lisergic Acid).
El propio Stanislaw Grof fue uno de sus apologistas e incluso escribió un libro sobre su larga experiencia titulado “Psicoterapia con LSD”.»

Fragmento extraído del Artículo del Blog:

neurociencia neurocultura

Estados inusuales de conciencia (ENOC)
Por Paco Traver
Publicado en septiembre 7, 2009.

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Como os habréis dado cuenta con la lectura de mi Publicación, la Historia de la Medicina, pareja a la Historia Universal, ha avanzado a "trompicones"...

Unas veces muy de prisa y otras demasiado lentamente, pero no cabe duda que es muy interesante darse un paseo por esos Caminos.

Y termino diciendo lo que suelo poner en mi última Publicación: ¡Para meditar un Ratejo!

Reciban un cariñoso saludo de TifloFernando.

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Stardust medicine

Editorial Univadis

20 de noviembre de 2018

A lo largo de la historia, debido a numerosos factores, han brotado y se han desvanecido muchas enfermedades. Dichos factores eran en ocasiones previsibles, pero otras veces eran inesperados: cambios en los estilos de vida, migraciones y viajes, remedios y vacunas, mutaciones, variaciones en la inmunidad y en la patogénesis, etcétera. La vida humana en la Antigüedad y la Edad Media era muy diferente a la actual, y en una gran medida por la enfermedad.

Repasemos algunas enfermedades que, en parte, son historia; historia que no conviene olvidar.

1- Las plagas de peste.

La peste es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Yersinia pestis. Históricamente, la peste y los apestados han tenido connotaciones muy negativas, ya que las grandes epidemias de peste han sido letales, diezmando en más de una ocasión la población europea. Sin embargo, no todas las pestes de la historia estaban causadas por la Yersinia pestis, pero era habitual llamar peste a una epidemia altamente contagiosa y potencialmente mortal.

La verdadera peste se contagia a través de la picadura de la pulga de la rata (y de otros pequeños mamíferos y roedores), la Xenopsylla cheopis; Aunque se trata de un vector eficaz, una vez iniciada la epidemia la principal fuente de transmisión era de humano a humano a través de la tos expectorante y de las gotas de Pflügge.

Los síntomas de la peste varían, existiendo casos leves, otros en los que predominan los fenómenos trombóticos (peste negra), la afectación ganglionar (peste bubónica), los síntomas respiratorios (peste neumónica) o neurológicos.

La mayor epidemia de peste de la historia de Europa estalló entre 1346 y 1347, con un índice de mortalidad que pudo alcanzar el 60%.

Los primeros focos aparecieron en Asia, falleciendo hasta un tercio de la población china.

La peste llegó a Europa a través de diferentes rutas comerciales, siendo fundamental la ciudad de Caffa, en la península de Crimea. El ejército mongol que asediaba Caffa estaba apestado y, sin quitarle protagonismo a las ratas, extendieron el contagio a los genoveses catapultando a sus muertos intramuros. Se dieron múltiples interpretaciones respecto a su causa: la corrupción del aire por materia orgánica en descomposición (miasmas), origen astrológico, geológico (efluvios tóxicos), cólera divina por los pecados de la humanidad o debida a los otros, aquellos que eran diferentes, como los judíos, extranjeros, leprosos y otros sujetos peligrosos.

No podemos decir que la peste se haya erradicado, ya que hace apenas un año se produjo un brote en Madagascar, con 1.200 casos y 124 fallecidos, pero esa sombra que recorrió Europa hasta casi hacerla desaparecer por suerte ha quedado atrás.

2- La lepra.

Junto a la peste, la lepra ha sido la enfermedad maldita de Occidente. No había peor calificativo que ser llamado leproso o apestado. Las referencias en la Biblia, especialmente en el Levítico, son numerosas, a pesar de que posiblemente muchos de los leprosos de la Biblia realmente no estuvieran afectos del bacilo descubierto por Gerhard A. Hansen en 1874, y podrían padecer otras enfermedades cutáneas, como pitiriasis, sarcoidosis, sarcoma de Kaposi, sífilis, psoriasis o linfoma cutáneo.

Aunque tiene un bajo índice de contagiosidad, el miedo al leproso se extendió por toda Europa y llevó a que, tras el Concilio de Lyon (583), las autoridades religiosas dictaran normas para aislar a los enfermos, condenados a vivir apartados de la sociedad en leproserías, también llamadas en España gaferías, malaterías o Casas de Lázaro.

Con frecuencia su único sustento posible era la mendicidad, muchas veces en las principales vías de comunicación y en las rutas de peregrinaje. Para identificarlos era obligatorio que vistieran una ropa especial y campanillas.

La lepra es una enfermedad prácticamente erradicada en Europa, quedando sólo una leprosería en el viejo continente: el Sanatorio de Fontilles, en Alicante. Se trata de centro histórico, situado en un bello paraje, donde actualmente residen 50 enfermos y son atendidos más de 150 en tratamiento ambulatorio. Existe hasta un pabellón de matrimonios, con pequeños apartamentos para parejas infectadas.

3- Ergotismo.

Conocido también como ignis sacer (fuego oculto) o fuego de San Antonio, por el ermitaño egipcio del siglo IV, célebre por sus visiones del demonio y afecto de ignis sacer. La enfermedad “atacaba a los miembros y los separaba del tronco después de haberlos consumido”, cursaba en epidemias a comienzos del otoño, en especial cuando el verano había sido tormentoso. Los síntomas consistían en parestesias en regiones distales, síntomas digestivos, aparición de vesículas oscuras que evolucionaban hasta la necrosis, con un dolor muy intenso. Afectaba a las capas sociales más desatendidas y, los que sobrevivían quedaban mutilados. El ergotismo era igualmente llamado fuego del infierno, nuevamente por sus connotaciones negativas. Efectivamente, se trataba de una enfermedad epidémica, pero en esta ocasión no era contagiosa.

Los síntomas mejoraban cuando los enfermos recibían cobijo y buena alimentación (pan de trigo) en los monasterios de los monjes antonianos, como sucedía durante el medievo en el convento de San Antón de Castrojeriz, en pleno Camino de Santiago.

¿Qué Milagro hacían los Monjes antonianos?...

Evitar que los enfermos continuasen comiendo grano de centeno invadido por el hongo cornezuelo de centeno (ergot o Claviceps purpurea), patógeno que contiene numerosos alcaloides del grupo de la ergolina, como la ergotamina, con intensos efectos vasoconstrictores. El ergotismo, que históricamente se ha relacionado con pasajes bíblicos o también con los juicios de las brujas de Salem, sí puede considerarse una enfermedad prácticamente olvidada.

4- Viruela.

Varius es un término latino que significa variado, y se aplicó a la enfermedad producida por el Variola virus por la diversidad de aspectos y los abultamientos que producía en la piel. Aunque la enfermedad comenzó a hacer mella en los seres humanos en la edad de bronce y ha cursado con multitud de brotes, alcanzó su cénit en Europa en el siglo XVIII, con una mortalidad del 30% de los infectados que mataba cada año a 40.000 europeos. La viruela fue, así mismo, uno de los regalosque llevamos a América, y que contagió a multitud de nativos, quienes carecían de inmunidad ante la viruela, por lo que resultaba especialmente devastadora en ellos. La lucha contra la viruela se inició con la variolización y posteriormente con el descubrimiento de la primera vacuna de la historia.

Para prevenir la enfermedad, en la India extraían líquido de las lesiones de enfermos con viruela y lo inyectaban en sanos. La esposa del embajador inglés en Constantinopla introdujo la variolización en Londres y el Dr. Boylston la llevó a Boston. Sin embargo, estas formas de pre-vacunación no tuvieron buena aceptación ya que causaban una elevada mortalidad.

El Médico Rural Edward Jenner observó cómo las mujeres que ordeñaban vacas infectadas de viruela vacuna (cow pox) adquirían una forma atenuada de viruela y no contraían viruela. Jenner postuló que para evitar la enfermedad se debía inyectar el líquido de las lesiones de las mujeres con viruela vacuna en sanos; El 14 de mayo de 1796 lo probó con James Phipps, un niño de 8 años. Se iniciaba así la historia de la vacunación y, en el caso de la viruela, comenzaba su fin.

La viruela está erradicada desde 1977, cuando se infectó por última vez una persona, el somalí Ali Maow Maalin.

Enfermedades olvidadas que nos enseñan, mucho, hoy.

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Texto tomado del Portal Médico:

Univadis El portal médico de referencia

Stardust medicine
Editorial Univadis
20 de noviembre de 2018.

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