Texto publicado por Irene Azuaje

¿Por qué somos supersticiosos?

Por Bernardo Stamateas . Para LA NACION.

Existen distintas causas por las que un ser humano posee cábalas o alberga creencias supersticiosas.

En una oportunidad, un profesor preguntó en una clase quiénes no eran supersticiosos. Un gran número de alumnos levantó la mano. Entonces el profesor prosiguió: "Acá tengo el saco de un asesino serial y me gustaría regalárselo a alguien. ¿Quién de ustedes se animaría a usarlo?". La mayoría de los alumnos dijo que no se animaría. Es decir que, aunque sabían que una prenda no posee ningún tipo de poder, la sugestión y la ansiedad se activaron en esa situación.

La superstición es una creencia errónea con la cual se desea controlar la realidad. Es el modelo falso de una explicación que permite calmar la ansiedad y enfrentar lo desconocido. La superstición genera una ilusión de control.

Las manifestaciones son variadas: pueden ser objetos, como la famosa herradura y la pata de conejo. Pueden ser rituales, como hacer la señal de la cruz al bostezar, cruzar los dedos para tener suerte, no pronunciar ciertas palabras o nombrar a ciertas personas porque traen mala suerte, etcétera.

a.¿Cuáles son los mecanismos por los que se construye una idea supersticiosa o un ritual supersticioso?
El mecanismo principal es el objetivo de disminuir la ansiedad.

Esta inseguridad que surge al sentir que uno no tiene la capacidad de controlar una situación hace que la persona le atribuya "poderes" a un objeto, a una persona o a un ritual, y esto le permite calmar su ansiedad. Por ejemplo, cuando alguien se enferma y muere, alguien "bien intencionado" piensa o comenta: "Se murió porque era una persona mala". Esta explicación supersticiosa es, en realidad, para calmar su propia angustia ("Como yo no me considero malvado, a mí no me va a suceder"). De este modo, contrarresta, sin darse cuenta, el miedo a que le suceda lo mismo.

En el pensamiento primitivo los elementos externos tenían poderes: la tormenta, el trueno, el terremoto, entre otros, ya que, al resultar incomprensibles, eran considerados "dioses" a quienes debían ofrendarles rituales para calmar la propia angustia y/o el enojo de aquellos.

Con el tiempo, se fue elaborando el pensamiento mágico que es la manera de manejar a "esos dioses", o de dominar "esos poderes". Así apareció el gurú o el hechicero que ostentaba la capacidad de manejar a dichas deidades.

Y así, llegamos al pensamiento supersticioso que trae aparejado el armado de rituales, del tipo tocar madera, no pasar debajo de una escalera, no abrir un paraguas en un lugar cerrado, etcétera; todas acciones que transmiten la idea de protección con respecto de lo bueno o lo malo. También el uso de talismanes, como una estrella de mar, o amuletos que protegen del peligro.

A veces, la construcción de estas conductas supersticiosas se debe a una falsa asociación, algo que uno no comprende y le atribuye una interpretación equivocada. Por ejemplo, pensar que si yo uso una determinada camiseta, mi equipo de fútbol ganará el partido. Si voy a la cancha y gana, entonces establezco una falsa asociación (mi equipo ganó por esta camiseta y, si la sigo utilizando, lograré obtener los mismos resultados).

Es sabido que muchas de las cosas que creamos y construimos nosotros mismos, al "creerlas" o depositarles fe, se transforman en una profecía autocumplida: una idea falsa que termina siendo verdadera.

b.¿Por qué hay personas que fantasean con tener poderes telepáticos?
Porque se sienten inseguros e impotentes en alguna situación y dicha fantasía los hace sentir que tienen ventaja sobre los demás o sobre las circunstancias. Esta falsa asociación también se produce con el "mufa" o "yeta" que es un estigma que esconde envidia y es proyectado hacia otra persona. Por ejemplo, en la creencia popular, a los pelirrojos se les atribuye la culpabilidad ante ciertos males.

Y finalmente nos encontramos con el pensamiento racional que nos permite entender que la realidad está ordenada por ciertas leyes.

Cuanto más ansiosa sea una persona, más necesitará construir superstición porque, en el fondo, siente que no cuenta con los recursos internos para tener las riendas de su vida. Esto la conduce a cerrarse o a buscar al gurú que le diga qué le va a suceder, que le lea su destino, para calmar la emoción negativa y a buscar mágicamente las cosas sin esfuerzo alguno.

Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde [arroba] gmail [dot] com