Texto publicado por Fer

Soy una mala persona. No, ni siquiera soy una persona. Soy los residuos de la persona que pude ser. Soy duro, frío, desalmado, sin escrúpulos. Soy cruel. Soy tu peor enemigo. Soy oscuro, siniestro, tenebroso. Soy alguien que desea daño y no descansará hasta destruirte. Soy el odio, el rencor, la venganza a sangre fría. Soy la muerte, el diablo. Soy alguien que sabe lo que quiere y lo que no quiere, alguien que no desmayará, no le tiembla el puso y descarga toda su artillería contra lo que quiera que se interponga. Soy, orgullosamente, un cacho de mierda. Soy un asesino que te mata sin armas blancas ni de fuego. Soy un ser poseído que ensucia la especie humana, la especie que desprecia. Soy enemigo del ser humano. Soy una criatura temible, acojonante, despreciable. Disfruto haciendo sufrir a las criaturas acomplejadas como vos. Soy feliz cuando sufrís, cuando llorás, cuando morís. Me da placer, me abandono a unos orgasmos devastadores mientras te abandonas al sufrimiento más desesperante, a las torturas más aterradoras, las que solo los seres malditos como yo somos capaces de infligirte. Soy la tortura, la crueldad, la burla, la angustia, la rabia, el sufrimiento físico, mental, emocional, intelectual y sexual. No tengo amigos, solo enemigos. Amo tener enemigos. Ellos me dan la fuerza, la inspiración, el poder. Cuanto más intentes hacerme caer, más fuerte me haré. Soy insobornable y en cambio soborno a todos los de tu especie. Soy alguien que desprecia sus buenas costumbres y buenos principios para abandonarme a la peor vida que puedas imaginarte. Tengo una misión, destruirte, matarte, asesinarte. Lo haré, morirás muchísimo antes que yo. Lo que te queda de vida será un completo fracaso, solo servirá para que respires el último aire que te queda y emitas tus últimos sonidos, como el cacho de mierda que eres. Solo paa eso, en tanto nada de lo que hagas, digas e intentes será útil ni para un futuro mejr, ni mucho menos para auyentarme. Soy la maldad personificada, te haré sufrir y morir. te mataré, te destruiré. No habrá dios capaz de protegerte, solo una oscura niebla que te adsorberá cada vez más, hasta que caigas a un abismo sin final. Y yo, ya contento, ya habiendo soltado un orgasmo más, ya satisfecho, con la panza llena y el corazón contento, seguiré asesinando a los demás miembros de tu tribu. Será el fin, el nuevo comienzo. La vida en este planeta ya no existirá como la conocías, tampoco conocerás lo que se avecina. Solo mis descendientes, criaturas tan malépicas e inhumana como yo, governaremos y aterraremos, matando a sangre fría. Será el fin, y no habrá nada ni nadie capaz de salvarte.