Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

La ciega: reflección.

Había una ciega sentada en la calle, con una taza y un pedazo de cartón, escrito con tinta negra, que decía: "Por favor, ayúdenme, soy ciega"
Un creativo de publicidad que pasaba frente a ella, se detuvo y observó unas pocas monedas en la taza.

Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dió vuelta, tomó un rotulador negro que el llevaba y escribió otro anuncio.

Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente la ciega que pedía limosna; su taza estaba llena de billetes y monedas.

La ciega reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito.

El publicista le contestó:
"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino.
El nuevo mensaje decía :
"Hoy es primavera y no puedo verla"

Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y verán que puede que resulte mejor de esa manera.