Texto publicado por Carinosanto

Romper una barrera, aparentemente infranqueable!

Romper una barrera aparentemente infranqueable

Es sabido por todos la efectividad que el sistema de lectoescritura braille genera en la autonomía e independencia de las personas ciegas.

Pero también es sabido, que desafortunadamente se presenta una barrera, por lo menos en lo que a procesos educativos se refiere, cuando el docente no puede interpretar lo escrito por un estudiante en este sistema para poder intercambiar información y ello no debería ser así, dado que el código que se origina a partir de la conformación de todos los signos y símbolos es en realidad bien sencillo e incluso, debería ser fácil de adoptar para un docente, eliminando una barrera de comunicación que no debería ser tan infranqueable.

Parece que eso ya no se dio y la realidad es que como el sistema es totalmente vigente y seguimos convencidos de su efectividad, es necesario conseguir la alternativa que haga de esta infranqueable barrera, algo definitivamente desaparecido.

Los avances tecnológicos como el OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) han sido desde ya hace más de veinte años, una muy buena alternativa para que las personas ciegas podamos acceder a los libros y documentos impresos en tinta, ya que este mágico sistema tecnológico explora las imágenes de los textos escaneados o fotografiados, convirtiéndolos en textos editables y posibles de convertir en voz sintetizada o en el mismo Braille a partir de renglones electrónicos para el efecto.

El OBR (Reconocimiento Óptico del Braille), surge como la alternativa que eliminaría la barrera de comunicación entre el docente y el estudiante, permitiendo que los textos escritos generados por el segundo, puedan ser leídos directamente por el primero, sin mediar terceros, a través de un escáner que captura el escrito en Braille y lo convierte en texto tinta legible en castellano tinta en medios digitales.

De este sistema se ha oído desde hace ya mucho tiempo, pero en nuestro medio no se observa como realidad y no se conoce de utilización y generación del mismo en otros entornos, de modo que pueda adquirirse y aplicarse a nuestro medio.

Hemos tratado eso sí, de proponer proyectos a estudiantes de ingeniería de sistemas y programación, de modo que se genere esta importante solución, pero tal vez por lo compleja que podría ser su conformación, ella no se ha dado.

No debería ser tan imposible de verdad, pero sucede que si el proyecto es complejo y demora más de un año, que es lo que generalmente demoran los estudiantes en sus proyectos, su continuación no se da, ya que muchos centros educativos no permiten que sus estudiantes retomen proyectos que han sido iniciados por otros, distanciándose de la realidad de nuestro país, en la que generalmente se sale al mercado laboral del desarrollo de software, a hacer “reparcheo” de los programas que han creado ya otros. ¿Paradójico no?

Desde INCI seguiremos haciendo el intento para que estas soluciones se den, tratando además que las políticas de algunas universidades lo permitan, para romper estas barreras y avanzar hacia procesos generados con base en la realidad de nuestro medio.