Texto publicado por Melany Gachicha Gómez

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 6 años. Antes se titulaba 11 de septiembre: Una fecha significativa con otra historia que no es la de la caída de las torres gemelas (Todo fue por amor) .

11 de septiembre: Día de la nostalgia, una fecha significativa con otra historia que no es la de las torres gemelas (Todo fue por amor)

El 11 de septiembre es una fecha con muchos significados, tanto la tragedia de 2001 ocurrida con las torres gemelas, como así de cumpleaños, y en Argentina (Y desconozco si en algún otro país también) se conmemora el día del maestro.
Pero hoy no escribo esta publicación para aburrirlos con la Historia de los países, claro que no. Sí, tengo una historia para compartir, pero no tiene nada que ver con lo mencionado arriba: El 11 de septiembre tiene un significado muy personal para mí, créanme:
Un día como hoy pero de 2016, mi chico virtual me propuso mediante un gesto romántico, ser su novia. Una semana antes, en una llamada de WhatsApp, ambos descubrimos que nos gustábamos.
Cuando le di el sí a este gran caballero, eso marcó un antes y un después en mi vida: Primero, cabe destacar que era una relación a distancia, yo de Argentina y él de México. Sí, como ven, es mucha distancia. Geográficamente, dichos países se encuentran muy lejos, en los lados opuestos del continente americano. Pero para nosotros, no hubo profesor de Geografía que intentara torturarnos con su mapita, ni siquiera había que ser profesor de Geografía para saber lo que todo el mundo sabe, que son miles de kilómetros de distancia.
Tuvimos 5 hermosos meses de relación en los que compartimos buenos y malos momentos, sonrisas y lágrimas, y... tal vez, como algunos suponen mientras leen esta publicación, todo eso se terminó.
Él me pidió un tiempo, me dijo que era mejor que siguiéramos como amigos. Créanme, eso me debastó, y a partir de ese día de febrero, la alguna vez alegre Melany, niña inocente, se sumergió en una depresión. Durante los siguientes 3 meses yo le insistía para que me de una segunda oportunidad para intentar solucionar las cosas, pero él se negaba. Aún así, esta niña luchadora no dejaba de insistir. Hasta que al fin, un día de junio lo consiguió. Me curé de esa depresión y en ese mes hice todo lo que pude para demostrarle que a pesar de todo, lo seguía amando.
Esa relación se terminó oficialmente, y lo increíble para algunos de mis amigos es que quien tomó esa decisión final fui yo y no él. No lo podían creer ya que yo derramé un mar de lágrimas por ese chico, que haría hasta lo imposible para recuperarlo, y que de un día para el otro yo cambiara de parecer, era algo sorprendente.
Todo bien, yo seguí con mi vida, él siguió con la suya, pero aún había algo que no cuadraba: Habían preguntas que no tenían respuestas, y que mientras más intentaba responder por mi cuenta, más me atormentaba. Hasta que el sábado pasado, tuve la oportunidad de hablar con él y le pregunté:
Si veníamos tan bien, ¿Por qué me pediste un tiempo? Fuera de la depresión y con la mente más clara pude comprender mucho mejor su respuesta, y ver lo que él veía y trataba de demostrármelo para que yo también lo comprendiera.
Muchas circunstancias fueron motivo de esta repentina decisión, pero la más importante es que él se dio cuenta que lo nuestro era un imposible, no por la distancia, sino que, desde Buenos Aires hasta México no hay vuelos directos, los vuelos son a escalas, y debido a que son costosos y ninguno podía pagarlo, se dificultaba viajar hasta la otra punta del continente. También se dio cuenta que se estaba lastimando con las ilusiones, y que a la larga, esto nos haría mucho daño a los dos. Nunca dejó de quererme, sólo tomó esta triste decisión porque me amaba y no quería que sufriéramos a futuro, más de lo que estábamos sufriendo en ese momento, por causa de la impotencia de no poder estar juntos para darle al otro lo que necesitaba: Amor.
También le hice la segunda pregunta que más me perseguía, esa pregunta es similar a la primera, y su respuesta también lo es:
Si de verdad me amabas, ¿No calculaste las consecuencias que podía traer esta decisión? ¿No pensaste que yo caería tan bajo? Su respuesta fue algo así como:
¿No crees que a futuro nos lastimaríamos mucho peor?
Esa noche lo aclaramos todo, dudas y sentimientos, y pude comprender mucho mejor lo sucedido. Antes lo culpaba por ese daño y por la traición que yo consideraba me había hecho, pero luego de esa noche vi todo con otros ojos: Él no tiene la culpa de nada, y lo que hizo no fue traición, sino un acto de desesperación por amor para evitar que a futuro las cosas fueran mucho peor para nosotros. Insisto, no hubo infidelidad, ni por su parte ni por la mía, todo fue por amor.
Ayer me desahogué con un par de amigo en una mesa libre de la sala de juegos, y uno de ellos me dijo que tal vez no lo dejé de amar completamente. Y yo afirmé: Es cierto, tal como le dije a él, a lo mejor no estoy locamente enamorada como en el pasado, pero algo quedó en mí, no lo niego, una pequeña parte de mí lo ama, en el fondo de mi ser, y eso no se borra de un día para el otro, ya que fue el amor de mi vida y lo que pasó jamás lo olvidaré.
Y este buen amigo también dijo (Como decimos en Argentina): Al final, el pibe no era boludo, lo hizo para que las cosas no se pusieran peor. Sí, al final, él es más inteligente de lo que pensaba.
Ahora, con todas las dudas resueltas, puedo iniciar mi proceso de recuperación. Primer paso, desahogarme en esta fecha, y también escribiéndole a él lo que siento, cosa que ya lo hice antes de publicar aquí. Ya hecho esto, avanzo en paz, ya que estas acciones también van a beneficiar a quien llegue a mi vida, a un hombre a quien también pueda amar.