Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día domingo 30 de julio del año 2017.

“Examinando las escrituras.”
Texto del día domingo 30 de julio del año 2017.

El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios
(Rom. 8:16).

Jehová creó a los seres humanos para que vivieran eternamente en la Tierra
(Gén. 1:28; Sal. 37:29).
Elegir a algunos humanos para que vayan al cielo es la excepción, no la regla. El cristiano que recibe esta invitación no solo tiene una esperanza nueva, la de ser rey y sacerdote con Cristo; también experimenta un cambio en su manera de pensar y de ver las cosas
(Efes. 1:18).
¿Y cómo sabe una persona si ha sido invitada para ir al cielo? Encontramos la respuesta en la carta que Pablo dirigió a los cristianos ungidos de Roma, que habían sido “llamados a ser santos”. Les dijo: “No recibieron un espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo, sino que recibieron un espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’”
(Rom. 1:7; 8:15).
En pocas palabras, Jehová usa su espíritu para dejarle claro a la persona que ha sido invitada a gobernar en el cielo con Cristo
(1 Tes. 2:12).
w16.01 3:8, 9

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower