Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Los jóvenes preguntan: ¿Qué hago si me gusta alguien de mi mismo sexo?

Los jóvenes preguntan: ¿Qué hago si me gusta alguien de mi mismo sexo?

“Cuando era adolescente, me sentía atraído hacia otros muchachos. Pero algo dentro de mí me decía que eso no era normal.” (Óscar)

“Me besé una o dos veces con una amiga, pero como me seguían gustando los chicos, pensé que a lo mejor era bisexual.” (Sara)

HOY ya nadie considera que la homosexualidad sea un tema tabú, como sucedía hace décadas. ¡Y pobre del que se atreva a criticar ese estilo de vida! Seguro que todos se volverán en su contra. Amy, de 16 años, dice: “Como no estoy de acuerdo con la homosexualidad, una chica me preguntó si era igual de intolerante con la gente de otras razas”.

Las ideas liberales de nuestros días han llevado a una gran cantidad de jóvenes a probar las relaciones homosexuales. “Algunas compañeras de clase dicen que son lesbianas; otras, que son bisexuales, y otras, que están abiertas a todo”, afirma Beatriz, de 15 años. Cristina, de 18, dice que en su centro de estudios pasa algo parecido: “Dos compañeras me hicieron proposiciones. Una me dijo en una nota si quería saber qué se siente al hacerlo con otra chica”.

Como el estilo de vida homosexual recibe tanta publicidad, quizá pienses: “¿Será tan malo? ¿Y si me gusta alguien de mi mismo sexo? ¿Significa eso que soy homosexual?”.

¿Qué piensa Dios de la homosexualidad?

Hoy día, muchas personas, entre ellas algunos líderes religiosos, le restan importancia a este asunto. Pero la Biblia no anda con rodeos. Dice que cuando Jehová Dios creó al hombre y a la mujer, dispuso que los deseos sexuales se iban a satisfacer únicamente entre esposo y esposa (Génesis 1:27, 28; 2:24). Por lo tanto, es lógico que la Biblia no apruebe las relaciones homosexuales (Romanos 1:26, 27).

Algunas personas se apresuran a decir que la Palabra de Dios está pasada de moda. Pero ¿por qué crees que lo hacen? ¿No será porque no les conviene lo que dice? La verdad es que muchos rechazan la Biblia porque lo que enseña es muy diferente de lo que ellos quieren creer. Sin embargo, nosotros no debemos dejarnos influir por ese prejuicio, que es producto de una mentalidad cerrada.

¿Y qué pasa si te gusta alguien de tu mismo sexo? ¿Te convierte eso automáticamente en homosexual? No. Recuerda que estás en “la flor de la juventud”, una etapa en la que es muy común sentirse excitado involuntariamente (1 Corintios 7:36). El hecho de que a veces te sientas atraído por alguien de tu mismo sexo no significa que seas homosexual. Por lo general, dicha atracción desaparece con el tiempo. Pero mientras tanto, ten mucho cuidado para no llevar a la práctica esos deseos. ¿Qué puedes hacer para protegerte?

Pídele ayuda a Jehová. David hizo la siguiente súplica: “Escudríñame completamente, oh Dios, y conoce mi corazón. Examíname, y conoce mis pensamientos inquietantes, y ve si hay en mí algún camino doloroso, y guíame en el camino de tiempo indefinido” (Salmo 139:23, 24). Si tú también oras a Jehová, él te fortalecerá y te dará la paz que “supera a todo pensamiento”, la cual protegerá tu corazón y tu mente. Así tendrás “el poder que es más allá de lo normal” para controlar tus impulsos sexuales (Filipenses 4:6, 7; 2 Corintios 4:7).

Llena tu mente de pensamientos sanos (Filipenses 4:8). Algo que te ayudará es leer la Biblia a diario. Nunca subestimes la poderosa influencia que las Escrituras pueden tener en tu mente y corazón (Hebreos 4:12). Un joven llamado Raúl comenta: “Cuando empiezo a tener deseos inmorales, me pongo a leer pasajes como 1 Corintios 6:9, 10 y Efesios 5:3, y siento el poder de la Palabra de Dios”.

Evita todo contacto con la pornografía y la propaganda homosexual (Colosenses 3:5). Rechaza todo lo que te provoque pensamientos eróticos. Esto incluye todo tipo de pornografía, ciertas películas y programas de televisión, y hasta las revistas de moda o de fisicoculturismo que presentan modelos semidesnudos. Saca de tu mente las ideas inmorales y piensa en cosas buenas. “Cuando siento deseos por alguien de mi mismo sexo —dice un adolescente—, me pongo a pensar en mi texto bíblico preferido.”

Desde luego, habrá quienes digan que no sirve de nada seguir estos consejos, que cada uno debe reconocer su orientación sexual y aceptarse tal como es. Pero la Biblia indica que no tienes por qué resignarte y ceder a tus deseos. De hecho, menciona que algunos homosexuales del siglo primero lograron cambiar y se hicieron cristianos (1 Corintios 6:9-11). Como ellos, tú también puedes ganar la batalla. Ten la seguridad de que podrás dominar los deseos que hay en tu corazón.

¿Y si a pesar de todo te siguen gustando las personas de tu mismo sexo? Recuerda que lo que Jehová condena son las prácticas homosexuales. Así que no caigas en la tentación. Quien se lo proponga puede alcanzar este objetivo: no llevar a la práctica sus deseos.

Veámoslo del siguiente modo. Un hombre pudiera ser violento, o estar “dispuesto a la furia” (Proverbios 29:22). Aunque antes de estudiar la Biblia se ponía furioso a la menor provocación, ahora ha aprendido que debe controlarse. Pero ¿significa eso que nunca volverá a sentir que le hierve la sangre? Pues no. Solo que, como ya sabe lo que Jehová piensa sobre los arranques de cólera, se esforzará para no dejarse llevar por sus emociones.

Algo parecido le sucede a la persona con inclinaciones homosexuales que llega a aprender lo que enseña la Biblia sobre este tipo de prácticas. Tal vez algún día le invadan malos pensamientos. Pero ver las cosas como Jehová las ve le dará las fuerzas para resistirlos.

¡No te des por vencido!

Puede que te sientas como cierto muchacho que dijo: “He tratado de cambiar mis sentimientos; le he orado a Jehová; he escuchado varios discursos sobre el tema, y también leo la Biblia. Ya no sé qué más puedo hacer”.

Si te pasa como a él, está claro que te enfrentas a un conflicto que te costará mucho resolver. Pero para tener una buena relación con Dios, debes cumplir con sus normas y esforzarte por no caer en conducta inmoral, aun cuando esto sea terriblemente difícil. No olvides que Jehová conoce la lucha que hay en tu corazón y que él es misericordioso con quienes lo aman (1 Juan 3:19, 20).* Dios te bendecirá si le obedeces. De hecho, todo aquel que respeta sus leyes recibirá “un galardón grande” (Salmo 19:11). Incluso ahora, puedes ser feliz pese a vivir en un mundo con tantos problemas.

Por lo tanto, confía en Jehová y sigue luchando contra los deseos inmorales (Gálatas 6:9). Esfuérzate al máximo por obedecer este mandato bíblico: “Aborrezcan lo que es inicuo [o malo]; adhiéranse a lo que es bueno” (Romanos 12:9). Al perseverar en tu lucha, probablemente verás que esos deseos se van apagando. Pero lo mejor de todo es que, si te resistes a caer en prácticas homosexuales, tendrás la oportunidad de vivir para siempre en el nuevo mundo de Dios.

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

¿Cómo puedes controlar la atracción que sientes por las personas del sexo opuesto?

[Nota]

El cristiano que haya participado en prácticas sexuales inmorales debe pedir ayuda a los ancianos de la congregación (Santiago 5:14, 15).

Texto bíblico clave

“Examíname, y conoce mis pensamientos inquietantes, y ve si hay en mí algún camino doloroso.” (Salmo 139:23, 24)

Una sugerencia

Para tener una idea clara de lo que es la verdadera masculinidad, fíjate en el ejemplo de Jesús (1 Pedro 2:21). En él se combinan perfectamente la fuerza y la ternura.

¿Sabías esto?

Tal vez no puedas controlar por completo tus deseos, pero sí puedes controlar tus acciones. Puedes decidir no llevar esos deseos a la práctica.

¡Manos a la obra!

Cuando una persona me pregunte por qué la Biblia condena la homosexualidad, le responderé así: ·····

Si alguien dice que la Biblia refleja una mentalidad cerrada, razonaré con él diciéndole esto: ·····

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ·····

Y tú, ¿qué piensas?

? ¿Por qué condena Dios la homosexualidad?

? ¿Qué pasos puedes seguir para no caer en prácticas homosexuales?

? Si ves la homosexualidad como Dios la ve, ¿quiere decir eso que eres homofóbico (es decir, que odias a los homosexuales)?

[Comentario de la página 236]

“Este mundo pervertido influyó en mi manera de pensar y me dejó más confundida de lo que ya estaba sobre mi identidad sexual. Ahora me aparto de toda persona o cosa que promueva la homosexualidad.” (Ana)

[Ilustración de la página 233]

Los jóvenes deben decidir qué rumbo tomarán en los asuntos sexuales: si adoptarán el punto de vista degradado del mundo o si seguirán las elevadas normas morales de la Palabra de Dios

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower