Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Los jóvenes preguntan: ¿Por qué tengo que ser tan perfeccionista?

Los jóvenes preguntan: ¿Por qué tengo que ser tan perfeccionista?

¿Te enojas si no consigues siempre la calificación más alta en los exámenes?

? Sí

? No

Cuando te señalan un error, ¿sientes que has fracasado y que no sirves para nada?

? Sí

? No

¿Te desilusionas con la gente fácilmente y por eso casi no tienes amigos?

? Sí

? No

SI CONTESTASTE que sí a una o más de estas preguntas, tal vez seas una persona perfeccionista. Por supuesto, puede que tú tan solo quieras hacer las cosas bien, y eso no tiene nada de malo. De hecho, la Biblia habla positivamente de la persona que es “hábil en su trabajo” (Proverbios 22:29). El problema del perfeccionista es que se obsesiona por no fallar nunca.

Javier, de 19 años, describe cómo se sentía cuando estaba a punto de terminar sus estudios: “Si no sacaba la calificación más alta en un examen, pensaba que era un mal estudiante. Me pasaba lo mismo con las clases de piano. No estaba contento si no tocaba como un pianista profesional”.

El perfeccionismo también pudiera afectar el servicio que uno le da a Dios. Imagínate que a un joven siempre lo ponen de ejemplo en la congregación, de modo que siente que es el centro de atención y que todo el mundo está muy pendiente de lo que hace. Es verdad que la congregación se alegra de contar con hermanos ejemplares como él. Pero si este joven se obsesiona por mantener la imagen de “cristiano ideal”, podría perder la alegría al servir a Dios. Aunque en ese caso lo lógico sería que le contara a alguien cómo se siente y le pidiera ayuda, a lo mejor no se atreve porque no quiere decepcionar a nadie. Aún peor, podría pensar que si no está a la altura de lo que se espera de él, no vale la pena tanto esfuerzo, y entonces tal vez se dé por vencido.

Cómo dejar de ser tan perfeccionista

El perfeccionista está convencido de que es posible hacer las cosas sin cometer ni un solo error. Pero eso no es cierto. La Biblia dice claramente que “todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Así es: nadie es perfecto. Creer que podemos hacerlo todo a la perfección es tan absurdo como pensar que podemos dar un salto y salir volando. Por mucho que nos empeñemos, no lo vamos a lograr nunca.

Por eso, ¿qué puedes hacer para no ser tan perfeccionista? Prueba lo siguiente:

Cambia tu concepto de lo que es el éxito. ¿Estás agotado por tratar de ser siempre el mejor? La Biblia indica que hacer eso “es como querer atrapar el viento” (Eclesiastés 4:4, Traducción en lenguaje actual). La verdad es que solo unos pocos logran ser el número uno. Y cuando alguien lo consigue, no tarda en aparecer otro que lo supera. En realidad, para tener éxito, no tienes que hacer las cosas mejor que los demás, sino esforzarte por hacerlas lo mejor que puedas (Gálatas 6:4).

Sé realista. Al ponerte metas, ten en cuenta no solo tu capacidad, sino también tus limitaciones. La modestia y la humildad son dos cualidades que te ayudarán a no ponerte objetivos demasiado difíciles de alcanzar. Mira qué consejo tan bueno da el apóstol Pablo: “Digo a cada uno [...] que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar” (Romanos 12:3). En otras palabras, ten un punto de vista realista sobre lo que puedes hacer y lo que no. Así que vuelve a analizar tus metas. Trata de hacer todo lo que puedas, pero no te obsesiones por alcanzar la perfección.

No te tomes las cosas tan en serio. Intenta hacer cosas que no domines bien, como pudiera ser tocar un instrumento musical. Sin embargo, esta vez no te lo tomes tan en serio. Cuando cometas errores, trata de verlos con sentido del humor. La Biblia dice que hay “tiempo de reír” (Eclesiastés 3:4). Esa actitud te ayudará a comprender que es normal equivocarse cuando uno está aprendiendo algo. Es verdad, cuesta aceptar que no todo lo que haces te va a quedar perfecto. Pero esfuérzate por sacar de tu mente los pensamientos negativos y demasiado críticos.

Nunca olvides esto: Jehová no nos pide que seamos perfectos, sino que le seamos fieles (1 Corintios 4:2). Si haces todo lo que puedes por serle fiel, te sentirás satisfecho contigo mismo, aunque no llegues a la perfección.

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

Hoy día, mucha gente ve la homosexualidad como algo normal. ¿Qué puedes hacer si te sientes atraído por personas de tu mismo sexo?

Texto bíblico clave

“No hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.” (Eclesiastés 7:20)

Una sugerencia

Piensa en algo que estés posponiendo hacer por miedo a que no te quede perfecto. Ponte una fecha límite y trata de terminarlo para entonces.

¿Sabías esto?

Aunque Jehová es perfecto, no es perfeccionista. Él nunca es irrazonable o poco realista en lo que espera de los seres humanos imperfectos.

¡Manos a la obra!

Esto es lo que voy a hacer si veo que estoy siendo muy exigente conmigo mismo: ·····

Esto es lo que voy a hacer si veo que estoy siendo muy exigente con los demás: ·····

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ·····

Y tú, ¿qué piensas?

? ¿Hay algún campo de la vida en que te pongas metas demasiado difíciles de alcanzar?

? ¿Qué pasajes de la Biblia te han ayudado a entender que Jehová no espera que sus siervos sean perfectos?

? ¿Por qué se aleja la gente de las personas perfeccionistas?

? De ahora en adelante, ¿cómo vas a reaccionar cuando cometas un error?

[Comentario de la página 226]

“Es bueno que uno ponga todo su empeño en lo que hace, pero sin obsesionarse por lograr la perfección.” (Megan)

[Recuadro de la página 228]

el perfeccionismo y la amistad

¿Has dejado de tratar a alguien sencillamente porque no cumplía todas tus expectativas? ¿Hay personas con buenas cualidades que se mantienen alejadas de ti porque piensan que eres demasiado exigente? La Biblia aconseja: “No te hagas justo en demasía, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?” (Eclesiastés 7:16). Así es, el perfeccionista sufre “desolación”, es decir, se perjudica a sí mismo. Con su actitud aleja a los demás y pierde la oportunidad de tener buenas amistades. “A nadie le gusta estar con personas que lo hagan sentir mal —dice Amber—. Conozco a gente muy perfeccionista que ha perdido buenos amigos por simples tonterías.”

[Ilustración de la página 229]

Querer ser perfecto es tan absurdo como tratar de volar

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower