Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Texto del día viernes 3 de febrero del año 2017.

“Examinando las escrituras.”
Texto del día viernes 3 de febrero del año 2017.

Nos sentimos orgullosos de ustedes entre las congregaciones de Dios a causa de su aguante y su fe
(2 Tes. 1:4).

Es normal —y hasta beneficioso— sentirse orgulloso por los logros de los demás o por los de uno mismo. Nadie espera que nos avergoncemos de nuestra familia, cultura o país
(Hech. 21:39).
Por otro lado, hay una clase de orgullo que puede arruinar nuestra relación con los demás y nuestra amistad con Dios. Un orgullo que podría llevarnos a rechazar buenos consejos cuando más los necesitamos
(Sal. 141:5).
Un diccionario lo define como “el exceso de autoestima” o “la actitud del que piensa —a menudo sin razón— que es mejor que los demás”. Jehová odia esa clase de orgullo
(Ezeq. 33:28; Amós 6:8).
En cambio, el Diablo debe de sentirse encantado cuando ve que los seres humanos son arrogantes y altaneros, como él. ¿Se imagina la alegría que le produjeron Nemrod, el faraón de Egipto y Absalón?
(Gén. 10:8, 9; Éx. 5:1, 2; 2 Sam. 15:4-6).
w15 15/5 2:5, 6

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower