Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Los jóvenes preguntan: ¿Será esta la persona para mí?

Los jóvenes preguntan: ¿Será esta la persona para mí?

Dedica unos minutos a hacer el siguiente test:

¿Qué cualidades crees que debe tener la persona con quien te casarías? Marca con ? las cuatro características que te parezcan más importantes.

? Atractivo/a ? Espiritual

? Simpático/a ? Confiable

? Popular ? Decente

? Divertido/a ? Perseverante

Cuando eras más joven, ¿alguna vez te enamoraste locamente de alguien? Marca con × la cualidad que más te atrajo de esa persona.

NINGUNA de estas cualidades tiene nada de malo. Pero si eras muy joven cuando te enamoraste, ¿verdad que te llamaron la atención cualidades más superficiales, como las de la columna izquierda?

Con el tiempo, al ir madurando, empiezas a fijarte en cualidades como las de la columna derecha. Quizá te das cuenta de que la chica más atractiva de tu vecindario no es muy confiable, o de que el chico más popular de la clase no es muy decente. Y si has pasado la etapa que la Biblia llama la flor de la juventud, lo más probable es que ya no te fijes tanto en los aspectos superficiales para determinar si una persona en particular es la adecuada para ti.

¿Te conoces bien?

Hay algo que debes hacer antes de pensar en iniciar una relación con alguien: conocerte bien a ti mismo. Así que hazte las siguientes preguntas:

¿Cuáles son mis puntos fuertes? ·····

¿Y mis puntos débiles? ·····

¿Qué necesito emocionalmente? ¿Qué necesito para mejorar mi relación con Dios? ·····

Es verdad que no es fácil conocerse a uno mismo, pero estas preguntas pueden ser un punto de partida. Cuanto mejor te conozcas, más preparado estarás para encontrar a alguien que fomente tus virtudes en vez de tus defectos.* ¿Y si crees que has encontrado a la persona ideal?

¿Da igual quién sea?

“Me gustaría conocerte mejor.” Dependiendo de quién te haga esta propuesta, tal vez pienses: “Trágame tierra” o, por el contrario, te digas: “Tengo que estar soñando”. Pues bien, supongamos que aceptas. ¿Cómo sabrás si esta persona será la adecuada para ti?

Imagina que estás buscando unos zapatos. Vas a una zapatería y enseguida encuentras el modelo que te gusta. Te los pruebas y... ¡qué decepción! No te entran y no hay otros más grandes. ¿Verdad que no te los comprarías? Lo lógico sería buscar otros, pues no tiene sentido llevarte unos zapatos que no son de tu número.

En cierto modo, algo parecido sucede a la hora de decidir con quién vas a casarte. Puede que con el paso del tiempo te hayan gustado varias personas, pero ninguna resultó ser la adecuada. Por eso sigues buscando a alguien con quien te sientas cómodo, alguien que encaje perfectamente con tu personalidad y con tus metas (Génesis 2:18; Mateo 19:4-6). Si crees que has encontrado a alguien así, ¿cómo sabrás si de verdad es la persona para ti?

Yendo más allá de lo obvio

Para empezar, no te apresures y procura conocer bien a tu amigo, o a tu amiga. Trata de ser objetivo, pues quizá solo veas lo que quieres ver. Claro, esto va a requerir esfuerzo, como cualquier decisión importante de la vida. Digamos, por ejemplo, que estás pensando en comprarte un automóvil. ¿Cuánto tiempo dedicarías a estudiar los diferentes modelos del mercado? ¿Mirarías solo el diseño? ¿O también te informarías sobre lo que no se ve a simple vista, como las características del motor?

Encontrar pareja es muchísimo más importante que comprar un automóvil. No obstante, muchos jóvenes únicamente se fijan en los aspectos superficiales de la persona con quien salen y enseguida destacan las cosas que tienen en común: “Nos gusta la misma música”, “Nos encanta hacer las mismas cosas”, “¡Estamos de acuerdo en todo!”. Pero como dijimos antes, si de verdad has pasado la flor de la juventud, seguro que ya no te fijas tanto en las características superficiales, sino en “la persona secreta del corazón” (1 Pedro 3:4; Efesios 3:16).

En vez de destacar los puntos que los dos tienen en común, sería mejor ver qué sucede cuando surgen diferencias de opinión. Piensa en estas preguntas: ¿Cómo reacciona tu amigo o tu amiga cuando surgen desacuerdos? ¿Quiere salirse siempre con la suya? ¿Tiene ataques de ira? ¿Te insulta? (Gálatas 5:19, 20; Colosenses 3:8.) ¿O, por el contrario, es razonable y está dispuesto a ceder cuando se trata de una cuestión de gustos en la que no entra en juego ningún principio bíblico? (Santiago 3:17.)

Algunas preguntas más: ¿Es una persona celosa, posesiva o manipuladora? ¿Quiere saber lo que haces en todo momento? “Conozco a parejas que se pelean porque a uno de ellos le molesta muchísimo que el otro no lo llame por teléfono a cada rato —dice Nicole—. No creo que eso sea una buena señal.” (1 Corintios 13:4.)

Hasta aquí hemos hablado de cuestiones relacionadas con la personalidad y la conducta. Otro aspecto importante que no debes pasar por alto es la reputación. ¿Qué piensan los demás de la persona con la que estás saliendo? ¿Hablan bien de ella? Quizá pudieras preguntarles a quienes conocen a esa persona desde hace tiempo, como es el caso de los hermanos maduros de su congregación (Hechos 16:1, 2).

Una vez analizados estos tres aspectos, ¿por qué no evalúas a tu amigo o amiga?

Personalidad ·····

Conducta ·····

Reputación ·····

En los recuadros “¿Será un buen esposo?” (página 39) o “¿Será una buena esposa?” (página 40) encontrarás más preguntas que te ayudarán a evaluar si tu pareja en realidad te conviene.

¿Y si resulta que no es la persona adecuada para ti? En tal caso, te enfrentas a un verdadero dilema.

“¿Deberíamos romper?”

A veces esta es la mejor opción. Mira lo que le pasó a Julia. Ella relata: “Al principio me gustaba que mi novio siempre quisiera saber dónde estaba, qué hacía y con quién andaba. Pero llegó un momento en que le molestaba que estuviera con alguien que no fuera él. Hasta sentía celos de mi familia, sobre todo de mi padre. Cuando rompí con él, me quité un gran peso de encima”.

Sara tuvo una experiencia parecida. Empezó a ver que su novio, Juan, era sarcástico, exigente y maleducado. “Un día llegó a mi casa tres horas tarde. Cuando mi madre le abrió la puerta, ni siquiera la saludó; solo me dijo: ‘Vamos, que llegamos tarde’. ¡Ni que fuera yo la que se había retrasado! Como mínimo, tendría que haberse disculpado y haberme dado una explicación. Pero lo que más me dolió fue cómo trató a mi madre.” ¿Sabes qué hizo Sara? Puso fin a su relación, y no lo hizo solo por aquel incidente. A fin de cuentas, el que tu pareja haga o diga algo desconsiderado alguna vez no quiere decir que la relación esté condenada al fracaso (Salmo 130:3). Sara rompió con su novio porque se dio cuenta de que él siempre era así.

¿Qué harás tú si también te das cuenta de que la persona con la que sales en realidad no te conviene? Por favor, no cierres los ojos a la realidad. Aunque te cueste admitirlo, quizá lo mejor sería terminar la relación. Proverbios 22:3 dice: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse”. En resumen, si tu pareja manifiesta cualquiera de las señales de peligro que aparecen en las páginas 39 y 40, deberías poner fin a la relación, al menos hasta que se corrija el problema. Sabemos que esto no será fácil. Sin embargo, recuerda que el matrimonio es una unión permanente, así que es mejor sufrir un poco ahora que arrepentirte el resto de tu vida.

“¿Cómo se lo digo?”

¿Cómo vas a poner fin a la relación? Primero elige el momento y el lugar adecuados. Piensa en cómo te gustaría a ti que te dijeran algo así (Mateo 7:12). ¿Querrías que te lo dijeran delante de todo el mundo? Claro que no. Y a menos que las circunstancias lo exijan, no sería buena idea terminar una relación con un mensaje de texto, un correo electrónico o mediante el contestador automático. Así que busca el momento y el lugar adecuados para hablar de este asunto tan serio.

Pues bien, llegó el momento... ¿Qué vas a decirle a tu pareja? El apóstol Pablo recomendó a los cristianos que siempre dijeran la verdad (Efesios 4:25). Así que lo mejor es decir las cosas claras; eso sí, con tacto. Dile sin rodeos por qué piensas que la relación no va a funcionar. No hace falta que recites una larga lista de defectos ni que te pongas a criticarle. En vez de centrarte en lo que hace o deja de hacer, explícale cómo te sientes. Podrías decir algo así como: “Yo necesito a alguien que...” o “Creo que debemos romper porque...”.

Recuerda que tienes buenas razones para romper, de modo que sé firme y no te dejes convencer. Ten cuidado, tu pareja quizá trate de manipularte sutilmente para que cambies de opinión. “Cuando rompí con mi novio —explica una joven llamada Loli—, se veía muy deprimido. Creo que su intención era hacerme sentir mal. Y lo consiguió, pero no permití que su reacción me hiciera cambiar de opinión.” Haz como Loli: ella sabía lo que quería y se mantuvo firme en su decisión. Cuando dices que no, es que no (Santiago 5:12).

Después de romper

No te sorprendas si después de la ruptura te sientes hundido. A lo mejor te pasa como al salmista, que dijo: “Me he desconcertado, me he inclinado hasta grado extremo; todo el día he andado triste” (Salmo 38:6). Puede que algunos amigos bienintencionados insistan en que le des otra oportunidad a la relación. Pero no te engañes. Eres tú quien vivirá con las consecuencias de esa decisión, no tus amigos. Así que no des marcha atrás por muy triste que estés.

Ya verás que poco a poco desaparece tu dolor. Mientras tanto, puedes hacer muchas cosas para superar la situación. Aquí tienes unas cuantas ideas.

Desahógate con alguien de confianza (Proverbios 15:22).* Habla con Jehová del asunto (Salmo 55:22). Ten siempre algo que hacer (1 Corintios 15:58). No te aísles (Proverbios 18:1). Cuanto antes, vuelve a salir en grupo con personas que te levanten la moral. Piensa en cosas positivas (Filipenses 4:8).

Con el tiempo tal vez encuentres a alguien especial. Seguro que entonces, gracias a la experiencia ganada, estarás mejor preparado para determinar si esa es la persona para ti. Y quién sabe, es posible que efectivamente así sea.

HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 31 DEL PRIMER VOLUMEN

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

Si ya has empezado un noviazgo, ¿dónde debes poner el límite a las muestras de cariño?

[Notas]

También te ayudarán a conocerte mejor las preguntas que aparecen en el capítulo 1 bajo el subtítulo “¿Estoy listo para el matrimonio?”.

Acude a tus padres o a otros adultos, como los ancianos. Tal vez descubras que ellos también pasaron por una situación similar cuando eran jóvenes.

Texto bíblico clave

“Por sus [acciones] el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta.” (Proverbios 20:11)

Una sugerencia

Trata de conocer bien a la otra persona:

? Estudiando juntos la Biblia.

? Observándola en las reuniones y en la predicación.

? Colaborando juntos en la limpieza y en los trabajos de mantenimiento del Salón del Reino.

¿Sabías esto?

Las estadísticas son muy claras: los matrimonios de personas de diferentes religiones tienen más probabilidades de terminar en divorcio.

¡Manos a la obra!

Esto es lo que voy a hacer si me gusta alguien que no comparte mis creencias: ·····

¿Cómo puedo averiguar qué reputación tiene la persona con la que estoy saliendo? ·····

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ·····

Y tú, ¿qué piensas?

? ¿Qué cualidades tienes que pueden contribuir a un buen matrimonio?

? ¿Qué cualidades debería tener la persona con quien te gustaría casarte?

? ¿Qué problemas podrían surgir si te casaras con alguien que no comparte tus creencias religiosas?

? ¿Cómo puedes conocer mejor la personalidad, conducta y reputación de la persona con la que estás saliendo?

[Comentario de la página 37]

“Que te quede claro: te va a tratar a ti de la misma manera como trata a su familia.” (Tony)

[Recuadro de la página 34]

“no lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”

Seguro que este principio, que se encuentra en 2 Corintios 6:14, te parece razonable, pues nos advierte del peligro de tener una relación muy estrecha con quienes no comparten nuestras creencias religiosas. Aun así, tal vez te guste una persona que no cree en lo mismo que tú. ¿Cómo es eso posible? A veces es cuestión de atracción física. “La veía en la clase de gimnasia —contó un chico llamado Mark—, y ella siempre buscaba la manera de acercarse para hablar. No tardamos en hacernos amigos.”

Si sabes lo que te conviene, confías en los principios cristianos y tienes la suficiente madurez para no dejarte llevar por tus sentimientos, sabrás lo que tienes que hacer. Esa persona —por más atractiva, encantadora o decente que parezca— no te ayudará a estrechar tu amistad con Dios (Santiago 4:4).

Claro, si ya te encuentras en medio de una relación, no será nada fácil ponerle fin. Eso fue lo que le pasó a Gloria. “Me pasaba el día entero llorando —admite—. Pensaba en él a todas horas, incluso durante las reuniones. Lo quería tanto que hubiera preferido morir a perderlo.” Con el tiempo, Gloria agradeció que su madre le aconsejara cortar la relación. Explica: “Me alegro de haber roto con él. Estoy segura de que Jehová sabrá cuidarme”.

¿Te encuentras en la misma situación que Gloria? Recuerda que no estás solo: puedes acudir a tus padres. Es justo lo que hizo Jim cuando vio que se estaba enamorando de una compañera de clase. “Hablé con mis padres —dijo—, y ellos me ayudaron a luchar contra esos sentimientos.” También podrías hablar con algún anciano de tu congregación y contarle lo que te ocurre (Isaías 32:1, 2).

[Ilustración y recuadro de la página 39]

Página de ejercicios o actividades

¿será un buen esposo?

preguntas básicas

? ¿Abusa de la autoridad? (Mateo 20:25, 26.)

? ¿Qué metas tiene? (1 Timoteo 4:15.)

? ¿Se está esforzando por alcanzarlas? (1 Corintios 9:26, 27.)

? ¿Cómo trata a su familia? (Éxodo 20:12.)

? ¿Qué amistades tiene? (Proverbios 13:20.)

? ¿De qué temas habla? (Lucas 6:45.)

? ¿Cuál es su actitud hacia el dinero? (Hebreos 13:5, 6.)

? ¿Qué hace en su tiempo libre? (Salmo 97:10.)

? ¿Qué pruebas hay de que ama a Jehová? (1 Juan 5:3.)

cualidades importantes

? ¿Es trabajador? (Proverbios 6:9-11.)

? ¿Administra bien el dinero? (Lucas 14:28.)

? ¿Tiene buena reputación? (Hechos 16:1, 2.)

? ¿Es amable con los demás? (Filipenses 2:4.)

señales de peligro

? ¿Se enfada fácilmente? (Proverbios 22:24.)

? ¿Ha tratado de que participes en conducta inmoral? (Gálatas 5:19.)

? ¿Maltrata física o verbalmente a otras personas? (Efesios 4:31.)

? ¿Tiene que tomar alcohol para divertirse? (Proverbios 20:1.)

? ¿Es celoso y egoísta? (1 Corintios 13:4, 5.)

[Ilustración y recuadro de la página 40]

Página de ejercicios o actividades

¿será una buena esposa?

preguntas básicas

? ¿Respeta la autoridad en casa y en la congregación? (Efesios 5:21, 22.)

? ¿Cómo trata a su familia? (Éxodo 20:12.)

? ¿Qué amistades tiene? (Proverbios 13:20.)

? ¿De qué temas habla? (Lucas 6:45.)

? ¿Cuál es su actitud hacia el dinero? (1 Juan 2:15-17.)

? ¿Qué metas tiene? (1 Timoteo 4:15.)

? ¿Se está esforzando por alcanzarlas? (1 Corintios 9:26, 27.)

? ¿Qué hace en su tiempo libre? (Salmo 97:10.)

? ¿Qué pruebas hay de que ama a Jehová? (1 Juan 5:3.)

cualidades importantes

? ¿Es trabajadora? (Proverbios 31:17, 19, 21, 22, 27.)

? ¿Administra bien el dinero? (Proverbios 31:16, 18.)

? ¿Tiene buena reputación? (Rut 3:11.)

? ¿Es amable con los demás? (Proverbios 31:20.)

señales de peligro

? ¿Discute por todo? (Proverbios 21:19.)

? ¿Ha tratado de que participes en conducta inmoral? (Gálatas 5:19.)

? ¿Maltrata física o verbalmente a otras personas? (Efesios 4:31.)

? ¿Tiene que tomar alcohol para divertirse? (Proverbios 20:1.)

? ¿Es celosa y egoísta? (1 Corintios 13:4, 5.)

[Ilustración de la página 30]

Al comprar zapatos, buscas tu número. En el matrimonio, busca a la persona adecuada

[Ilustración de la página 31]

¿Verdad que al comprar un automóvil no te fijas solo en el exterior? Pues tampoco lo hagas al buscar pareja

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower