Texto publicado por Primavera

dentera o tiricia

Hola, chicos! Aquí os propongo un artículo que me pareció bastante interesante.
leedlo y después me gustaría que cada uno de los que va a hacerlo escribiera su opinión. Quizás alguien, aunque fuera una vez, sintió algo parecido: tuvo asco a algo, por ejemplo a escuchar algunos sonidos o tocar algunos objetos.
Gracias a todos los participantes de antemano.

Comenzamos resumiendo una situación de la vida cotidiana. Estás cortando un bistec con el cuchillo y llegas a rozar el plato. Se produce una fricción entre el metal y la porcelana y suena un chillido agudo. Cierras los ojos e inmediatamente tus amigos te echan la bronca. ¿Qué es ese sonido y por qué nos molesta? Conozcamos la dentera o tiricia.
La dentera o tiricia es una acción involuntaria de rechazo. Una reacción de nuestro organismo ante un estímulo negativo. Este sonido puede emitirse de distintas formas. El roce de la suela del zapato contra el suelo, el arrastre de una tiza sobre la pizarra, el choque de dos metales, el roce entre dos corchos, pasar el dedo sobre un globo, rascar un plato con el tenedor, etc. Todas estas situaciones son casos comunes que pueden ocurrir diariamente, únicamente intentamos evitar la dentera o tiricia cerrándo los ojos o tapándonos los oídos. Sin embargo, no nos solemos preguntar por qué nuestro cuerpo actúa así involuntariamente cuando se emite ese desagradable sonido. Vamos a tratar de dar una explicación razonable.
¿Por qué se produce la dentera o tiricia?
Como en muchos casos, no existen teorías sólidas que puedan establecer un criterio válido del origen de la dentera o tiricia. En algunos textos encontrareis  que un origen podría ser de tipo primitivo y heredado por nuestros antepasados. Esta creencia no se sostiene con firmeza si consideramos que muchas personas no sufren este problema.
La teoría que más se sostiene es la propuesta por la Universidad de Newcastle. El sonido que escuchamos es procesado por la corteza auditiva y la amígdala. Esta última está relacionada con las emociones, por lo que ya conseguimos ir ligando un poco las emociones negativas que sentimos y el sonido (esta teoría va cogiendo peso). Al tratarse de sonidos muy agudos (ondas de alta frecuencia) pueden llegar a resultar molestos. La corteza auditiva transmite esa sensación a la amígdala, que controla nuestras emociones, por lo que se produce un estímulo negativo e involuntario como cerrar los ojos, intentar tapar los oídos, moverse, etc.).
Estas sensaciones son recogidas por la amígdala de forma que es posible que si vemos una tiza y una pizarra, por ejemplo, somos más susceptibles al sonido (por el recuerdo de esa emoción) que si no lo viésemos.
No sólo el sonido nos produce dentera o tiricia.  Aquí te añadimos una lista de situaciones desagradables.
• El archiconocido roce de la tiza con la pizarra (o las propias uñas)
• Chupar el palo de madera de un polo
• Limar las uñas
• Morder un hielo
• Chupar un limón
• Chupar un metal
• Tocar objetos blandos o húmedos (por ejemplo, las algas)
• El tenedor rayando la porcelana
• El roce de dos corchos