Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Los jóvenes preguntan: ¿De veras estamos listos para casarnos?

Los jóvenes preguntan: ¿De veras estamos listos para casarnos?

Has encontrado a la persona perfecta para ti. Llevan algún tiempo saliendo, y no cabe duda de que están enamorados. Hasta es posible que ya estén pensando en el matrimonio. Pero antes de dar un paso más en esa dirección te asalta la duda:

¿De veras estamos listos para casarnos?

POR muy enamorado que estés, es natural que te asuste la idea de casarte. En vista de la cantidad de matrimonios infelices y divorcios que hay, es lógico que uno se lo piense dos veces antes de dar semejante paso. ¿Cómo puedes saber si estás listo? Lo más importante es abrir los ojos a la realidad y dejarse de fantasías. Analicemos algunas.

FANTASÍA “Nos amamos, y con eso basta.”

Realidad: El amor no pagará tus facturas ni te librará de los problemas económicos. Según los investigadores, el dinero es una de las principales causas de fricción en las parejas y puede llevarlas al divorcio. Una opinión poco equilibrada del dinero puede provocar mucho daño espiritual y emocional, además de afectar la relación con el cónyuge (1 Timoteo 6:9, 10). En resumen, no esperes a casarte para empezar a hablar de cómo administrar el dinero.

Consejo bíblico: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos[?]” (Lucas 14:28).

Sugerencia: Trata de ponerte de acuerdo con tu futuro cónyuge sobre cuestiones económicas cuanto antes (Proverbios 13:10). Analicen como pareja las siguientes preguntas: ¿Qué ingresos tendrán? ¿Cuáles serán sus gastos? ¿Abrirán una cuenta común, o mantendrán cuentas separadas? ¿Cuál de los dos puede llevar mejor las cuentas y pagar las facturas?* ¿Cuál es la cantidad límite que cada uno podrá gastar sin consultar al otro? Lo mejor es empezar a trabajar ya como equipo (Eclesiastés 4:9, 10).

FANTASÍA “Somos perfectos el uno para el otro porque concordamos en todo y no discutimos por nada.”

Realidad: Tal vez no discutan porque por ahora han logrado evitar los temas conflictivos, cosa que no podrán hacer una vez casados. Es imposible que dos seres humanos imperfectos estén siempre absolutamente de acuerdo (Romanos 3:23; Santiago 3:2). ¿Qué pasará cuando no concuerden en algo? Para que el matrimonio dure, ambos cónyuges deben ser capaces de admitir las diferencias de opinión y de buscar soluciones de forma civilizada.

Consejo bíblico: “Nunca te acuestes enojado” (Efesios 4:26, Comentario del Nuevo Testamento, de Guillermo Hendriksen, citando a J. B. Phillips).

Sugerencia: Piensa en cómo has resuelto hasta ahora las diferencias con tus padres o con tus hermanos. Dibuja una tabla similar a la que aparece en la página 93 de este libro o en la página 221 del segundo volumen. Anota las causas de diversos conflictos, tu reacción y cuál hubiera sido una mejor respuesta. Digamos, por ejemplo, que tu primera reacción ante cierto problema fue encerrarte en tu habitación dando un portazo. ¿Se te ocurre otra manera de reaccionar que habría contribuido a resolver la situación, en vez de a empeorarla? Dominar el arte de solucionar conflictos es fundamental para un matrimonio feliz.

FANTASÍA “Cuando me case, podré tener relaciones sexuales todas las veces que quiera.”

Realidad: El matrimonio no te garantiza que podrás tener sexo siempre que quieras. Los sentimientos de tu pareja también cuentan. Y siendo realistas, habrá veces en que no tendrá ganas. El hecho de ser su cónyuge no te dará derecho a insistirle en que satisfaga tus deseos (1 Corintios 10:24). Los casados, al igual que los solteros, deben cultivar autodominio (Gálatas 5:22, 23).

Consejo bíblico: “Que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos” (1 Tesalonicenses 4:4, 5, Nueva Versión Internacional).

Sugerencia: Analiza tu visión sobre la sexualidad y piensa en cómo podría afectar tu futuro matrimonio. Por citar unos cuantos ejemplos: ¿Has caído en el hábito egocéntrico de la masturbación? ¿Has sido adicto a la pornografía? ¿Sueles desnudar con la mirada a los miembros del sexo opuesto? Si te cuesta dominar tus deseos sexuales antes de casarte, ¿crees que serás capaz de hacerlo después? (Mateo 5:27, 28.) Pero hay más: ¿Te gusta flirtear tanto que te has ganado la fama de donjuán o de coqueta? ¿Qué vas a hacer cuando tengas que limitar todas tus atenciones a una sola persona? (Proverbios 5:15-17.)

FANTASÍA “Solo seré feliz si me caso.”

Realidad: Si no eres feliz de soltero, es muy probable que tampoco lo seas de casado. La felicidad no depende de las circunstancias, sino de la actitud de la persona (Proverbios 15:15). Los que constantemente se quejan de todo no dejarán de hacerlo al casarse. En vez de concentrarse en lo bueno de su relación, van a fijarse en lo que les falta. Por eso, lo mejor es que aprendas a ser positivo mientras estás soltero. Así, cuando te cases, serás capaz de apreciar las cosas buenas de tu matrimonio.

Consejo bíblico: “Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes” (Eclesiastés 6:9, Nueva Traducción Viviente).

Sugerencia: A veces, la actitud negativa en el matrimonio se debe a que no se cumplen las expectativas que uno tenía. Escribe en una hoja un par de cosas que esperas del matrimonio y trata de ver si son realistas. ¿Están basadas en películas o libros románticos? ¿Se centran en las ventajas que tendrá el matrimonio para ti, como que va a resolver tu necesidad de compañía, satisfacer tus deseos sexuales o darte cierto estatus social? De ser así, te convendría pensar un poco más en lo que quiere la otra persona. Tal vez podrías empezar haciendo una lista de dos o tres cosas que esperas que el matrimonio les aporte a ambos.

Como acabas de ver, todas estas fantasías pueden condicionar —y mucho— la felicidad del matrimonio. De ahí la importancia de desterrarlas cuanto antes. El cuestionario de las páginas 216 y 217 puede ayudarte a ti y a tu pareja a pensar de forma más realista. De este modo, aumentarán las probabilidades de que disfruten en el futuro de una de las mayores alegrías de la vida: un matrimonio feliz (Deuteronomio 24:5; Proverbios 5:18).

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

¿Te quieres morir porque acabas de romper? ¿Crees que nunca te recuperarás?

[Nota]

La “esposa capaz” que se describe en Proverbios 31:10-28 desempeña muchas responsabilidades relacionadas con el presupuesto familiar, como verás si lees los versículos 13, 14, 16, 18 y 24.

Texto bíblico clave

“El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne.” (Génesis 2:24)

Una sugerencia

Pregúntale a una pareja de experiencia qué recomendarían a unos recién casados para que su matrimonio tenga éxito (Proverbios 27:17).

¿Sabías esto?

Para que un matrimonio tenga éxito, los cónyuges tienen que ser amigos, comunicarse bien, saber resolver sus diferencias y sentirse comprometidos para toda la vida.

¡Manos a la obra!

¿Qué cualidad debo empezar a cultivar antes de casarme? ·····

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ·····

Y tú, ¿qué piensas?

? ¿Por qué crees que en algunos países muchos matrimonios terminan en divorcio?

? ¿Por qué es peligroso casarse solo para escapar de los problemas en casa?

? ¿Por qué será importante que sigas los principios bíblicos cuando te cases?

[Comentario de la página 220]

“El matrimonio es un gran paso. No solo hay que saber en qué te estás metiendo, sino también con quién.” (Adriana)

[Ilustraciones y recuadro de las páginas 216 y 217]

Página de ejercicios o actividades

¿estás listo para casarte?

Analiza —solo o con tu futuro cónyuge— las preguntas de estas dos páginas. No olvides buscar las citas bíblicas.

cuestiones económicas

? ¿Cuánta importancia tiene para ti el dinero? (Hebreos 13:5, 6.)

? ¿Cómo estás demostrando que das buen uso al dinero? (Mateo 6:19-21.)

? ¿Tienes deudas? ¿Cómo piensas pagarlas? (Proverbios 22:7.)

? ¿Cuánto va a costar la boda? ¿Pueden evitar endeudarse? Si la respuesta es no, ¿cuánto consideran que sería una deuda razonable? (Lucas 14:28.)

? Una vez casados, ¿tendrán que trabajar los dos? ¿Cómo organizarán su horario y el transporte si tienen jornadas de trabajo diferentes? (Proverbios 15:22.)

? ¿Dónde van a vivir? ¿Cuánto les costará el alquiler, la comida, la ropa, etc.? ¿Cómo planean pagarlos? (Proverbios 24:27.)

asuntos familiares

? ¿Cómo te llevas con tus padres y hermanos? (Éxodo 20:12; Romanos 12:18.)

? ¿Cómo resuelves los conflictos que te surgen en casa? (Colosenses 3:13.)

? Si eres mujer, ¿cómo demuestras que tienes un “espíritu quieto y apacible”? (1 Pedro 3:4.)

? ¿Tienen pensado tener hijos? (Salmo 127:3.) Y si han decidido no tenerlos, ¿qué métodos anticonceptivos emplearán?

? Si eres hombre, ¿cómo piensas tomar la iniciativa en cuidar la espiritualidad de tu familia? (Mateo 5:3.)

rasgos de personalidad

? ¿Eres una persona trabajadora? ¿Cómo lo has demostrado? (Proverbios 6:9-11; 31:17, 19, 21, 22, 27.)

? ¿Tienes espíritu de sacrificio? Menciona algunos ejemplos (Filipenses 2:4).

? Si eres hombre, ¿ejerces tu autoridad como lo hacía Cristo? (Efesios 5:25, 28, 29.)

? Si eres mujer, ¿has demostrado que sabes aceptar la autoridad de un cabeza? (Efesios 5:22-24.)

[Ilustración de la página 219]

No te tires al matrimonio sin saber primero en qué “aguas” te estás metiendo

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower