Texto publicado por Daniel Ayala, El testigo

Los jóvenes preguntan: ¿Por qué debo cuidar mi salud?

Los jóvenes preguntan: ¿Por qué debo cuidar mi salud?

Marca (?) los objetivos que te gustaría lograr:

? Reducir la ansiedad

? Controlar tu carácter

? Sentirte mejor contigo mismo

? Concentrarte más

? Tener más energía

? Mejorar tu aspecto

? Perder peso

DE SEGURO ya te has dado cuenta de que en tu vida hay muchas cosas que no puedes elegir, como tus padres, tus hermanos o, por ahora, el lugar donde vives. Sin embargo, no sucede lo mismo con la salud. Es cierto que los genes influyen, pero tu condición física también depende mucho de ti.*

¿Crees que eres muy joven para preocuparte por tu salud? Fíjate en los objetivos que marcaste en la página 71. Aunque no lo parezca, es necesario cuidar la salud para alcanzarlos.

Es posible que pienses como una joven de 17 años llamada Amber, que dice: “¡Ni loca podría comer todo el tiempo alimentos integrales, bajos en grasa o sin azúcar!”. No te preocupes: no hace falta que renuncies para siempre a los dulces ni que corras grandes distancias todas las semanas. Bastan unos cuantos ajustes para que tu aspecto y tu estado de ánimo mejoren y para que tú rindas más. Veamos lo que han hecho otros jóvenes.

Come sano y te verás muy bien

La Biblia recomienda que seamos equilibrados en todo, incluidos nuestros hábitos alimenticios. Dice: “No [...] seas glotón” (Proverbios 23:20, Biblia Peshitta en Español). Claro, a veces, no comer más de lo debido no resulta tan fácil.

“Soy un adolescente, así que siempre tengo hambre. Mis padres dicen que soy un barril sin fondo.” (Andrés, de 15 años.)

“Algunas comidas no te parecen tan malas porque no ves el daño que te hacen.” (Daniela, de 19 años.)

Quizás lo único que necesites sea un poco de control en tu dieta. A continuación te damos algunas recomendaciones que les han funcionado a otros.

Escucha a tu estómago. “Antes solía contar las calorías que consumía —admite Julia, de 19 años—. Ahora simplemente dejo de comer cuando me siento satisfecha.”

Trata de comer sano. “Dejando de beber refrescos, bajé 5 kilos (10 libras) en un mes”, explica Peter, de 21 años.

Corrige los malos hábitos. “Siempre trato de no repetir”, dice Elena, de 19 años.

El secreto: Nunca, nunca te saltes las comidas. Te dará tanta hambre después que acabarás comiendo de más.

Haz ejercicio y te sentirás de maravilla

Hasta la Biblia reconoce que “está bien que te ejercites físicamente” (1 Timoteo 4:8, Nueva Biblia al Día). Por desgracia, a muchos jóvenes no les atrae la idea.

“Era increíble la cantidad de chicos que no pasaban la clase de Educación Física en secundaria. ¡Y eso que era la más fácil!” (Richard, de 21 años.)

“Algunos piensan que no tiene sentido salir a correr bajo el sol hasta quedar sudado y sin aire si pueden hacer algo parecido con un videojuego.” (Ruth, de 22 años.)

¿Eres de los que se agotan tan solo con oír la palabra ejercicio? En tal caso, te conviene recordar las ventajas que tiene el ejercicio regular. Te damos tres.

1. Aumenta tus defensas. “Mi padre siempre dice que si no tienes tiempo para hacer ejercicio, te conviene ir buscando tiempo para enfermarte”, cuenta Raquel, de 19 años.

2. Hace que el cerebro produzca sustancias tranquilizantes. “Cuando tengo muchas cosas en la cabeza, correr es lo que más me ayuda —reconoce Emily, de 16 años—. Me da energías y me relaja mentalmente.”

3. Puede ser divertido. “Me gusta pasar tiempo fuera —explica Ruth, de 22 años—; por eso practico senderismo, natación, snowboard y ciclismo.”

El secreto: Elige algún tipo de ejercicio intenso que te guste y dedícale un mínimo de veinte minutos tres veces a la semana.

Duerme bien y rendirás más

Según la Biblia, “mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6). Y es que si no descansas bien, tu rendimiento irá cuesta abajo.

“Cuando no duermo lo suficiente, no funciono. No logro concentrarme en nada.” (Raquel, de 19 años.)

“A eso de las dos de la tarde me da tanto sueño que podría quedarme dormida en mitad de una conversación.” (Kristine, de 19 años.)

¿Te pasa a ti lo mismo? Aquí te damos unas sugerencias para descansar más.

Acuéstate temprano. “Estoy esforzándome por irme a la cama un poco antes”, dice Catherine, de 18 años.

No te quedes hablando hasta las tantas. “A veces, mis amigos me llaman o me mandan mensajes de texto muy tarde —cuenta Richard, de 21 años—, pero ahora pongo fin a la conversación y me voy a dormir.”

Establece un horario. Jennifer, de 20 años, explica: “Últimamente trato de acostarme y levantarme a la misma hora todos los días”.

El secreto: Trata de dormir al menos ocho horas.

Como has visto, son pocos los ajustes que tienes que hacer para cuidar la salud. Recuerda que tu aspecto, tu estado de ánimo y tu rendimiento mejorarán mucho si lo haces. A diferencia de tantas otras cosas en la vida, sí puedes determinar hasta cierto grado tu condición física. “Al final —dice Elena—, tu salud depende de una única persona: tú.”

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

¿No coincides con tus padres en cuestión de ropa? Con un poco de ayuda podrás llegar a un acuerdo con ellos.

[Nota]

Aun quienes sufren graves enfermedades o discapacidades se sentirán mejor, dentro de sus circunstancias, si siguen los consejos de este capítulo.

Texto bíblico clave

“Está bien que te ejercites físicamente.” (1 Timoteo 4:8, Nueva Biblia al Día)

Una sugerencia

Busca a alguien con quien hacer ejercicio. Así te lo pensarás dos veces antes de faltar y dejarlo plantado.

¿Sabías esto?

Cuando haces ejercicio, el cerebro produce unas sustancias químicas llamadas endorfinas que alivian el dolor y mejoran el estado de ánimo.

¡Manos a la obra!

Esto es lo que me propongo hacer con respecto a la dieta: ·····

Esto es lo que me propongo hacer con respecto al ejercicio: ·····

Durante un mes voy a tratar de dormir un promedio de ····· horas cada noche.

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ·····

Y tú, ¿qué piensas?

? ¿Cómo afectará tu autoestima que cuides tu salud?

? ¿Qué es más importante aún que cuidar tu salud física? (1 Timoteo 4:8.)

[Comentario de la página 74]

“Me siento muy bien cuando hago ejercicio. Y como encima mi aspecto mejora, ¡no te imaginas cuánto me sube la moral!” (Emily)

[Recuadro de la página 73]

“cambié de estilo de vida”

“Era apenas una adolescente y ya tenía sobrepeso. Nunca imaginé que me pasaría algo así. ¡Qué mal me sentía! Odiaba mirarme al espejo. Intenté adelgazar en varias ocasiones siguiendo dietas especiales, pero siempre acababa recuperando el peso perdido. A los 15 años decidí que no podía seguir así. Quería perder peso de la forma adecuada: una que me sirviera para toda la vida. Compré un libro que explicaba los principios básicos de nutrición y ejercicio, y enseguida puse en práctica lo que aprendí. Estaba decidida a no rendirme aunque alguna vez me saliera de la dieta o me desanimara. ¿El resultado? ¡Funcionó! En un año perdí 25 kilos (60 libras) y llevo ya dos años manteniéndome en el peso que quiero. ¡Quién lo iba a decir! La clave fue que no me limité a hacer dieta, sino que cambié de estilo de vida.” (Catherine, de 18 años.)

[Ilustración de la página 74]

Tu salud es como un automóvil: si no le das mantenimiento, acabará dañándose

Fuente de consulta:
BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower