Texto publicado por Amín el argelino

La lista interminable.

Ayer anoche, vi una película que me dejó realmente boquiabierto. Se trata de ‘un mundo perfecto’, una historia profundamente dramática y tremendamente impactante. Bueno, tampoco es que os vaya a revelar más datos a los que todavía no habéis tenido el privilegio de disfrutarla, pero sí que me gustaría plantearos un… ¿debate? Sí, bueno, una especie de debate, acerca de la naturaleza del ser humano, por una parte, y los sueños que uno pueda tener en esta vida, por otra parte.
Y es que esa película da mucho que pensar: nos hace reflexionar sobre la auténtica realidad del ser humano, que, a veces, queda eclipsada por las falsas, y no tan falsas apariencias; nos empuja a cuestionarnos sobre ese maniqueísmo que tanto nos hace daño, y que hace que juzguemos tan duramente a la gente, sin tener la osadía de pensar que, en cada ser humano, se esconde un lado hondamente tierno, que sólo necesita una pequeña señal, para aflorar a la superficie.
La historia de esa película me llegó al alma, simplemente, porque retrata a dos perfiles humanos completamente dispares, pero que, en un enrevesado e imprevisible juego de sino, llegaron a entenderse y cogerle cariño el uno al otro. Llegados hasta aquí, uno de esos protagonistas le pide al otro que le anote, en una libreta, todos los sueños que le gustaría realizar en su vida. He aquí el meollo de esta publicación. Me gustaría, amigos, que pongáis todos los sueños que, un día, os gustaría realizar. Poco importa si os suenen imposibles, utópicos o estúpidos. Quién sabe, quizá un día, lleguéis a realizarlos todos. Quién sabe, oye.
Bueno, hala, me voy a tirar a la piscina, y os voy a decir los sueños que más me gustaría realizar un día. Ojo, que la lista no va por orden ni es, ni muchísimo menos, cerrada. Puf, madre mía, ¡allá vamos!
1. Conducir una moto a 200km en una autopista.
2. Correr o caminar mientras uso auriculares.
3. Estudiar farmacéutica.
4. Visitar todos los vestigios árabes en España.
5. Cenar con Pablo Iglesias, Manuela Carmena y Hada Colao, y poderles regalar un ejemplar de mi tesis de máster.
6. Poder hablar un castellano como el de Luz Sánchez-Mellado, y tener el don de escritura de Cervantes, la expresividad de García Márquez y la precisión de Barea.
7. Trabajar de corresponsal para uno de los prestigiosos periódicos españoles (preferiblemente, El País), y ser, al mismo tiempo, un corresponsal o un periodista radiofónico.
8. Poder leer libros en tinta, no depender única y exclusivamente del ordenador para estudiar o trabajar, y, sobre todo, tener la oportunidad de tener un diario íntimo, escrito a mano.
Y la lista sigue, y sigue, y sigue…
¿Os animáis?