Texto publicado por Christopher Bravo

Aprovechar el momento justo (Fragmento)

Todo depende, siempre y en toda circunstancia, del momento oportuno. Las declaraciones de amor prematuras ponen en fuga a la persona deseada. Y las vacilaciones excesivas, que hacen que el amado o amada abandone decepcionado el campo del amor, tres cuartos de lo mismo: son completamente contraproducentes.
Pero ¿cómo escoger el momento justo?
La culpa es de Kairós, el dios griego del momento oportuno, que casi nunca revela si las ocasiones propicias que brinda a los hombres conducirán finalmente a la fortuna. Kairós tiene alas en las piernas. Según el mito, es porque es terriblemente poderoso e imprevisible, y vuela como el viento.
Siempre depende todo de aprovechar el mejor momento: un ataque que se demora demasiado permite que el enemigo se rearme; un correo que se escribe en el primer momento de cólera trae consigo la desgracia; hablar cuando sería mucho más conveniente escuchar revela muy poca inteligencia. Todo esto se puede aprender. Aprovechar una ocasión amorosa en un pequeño restaurante requiere también una destreza que cuesta de adquirir y se esfuma con facilidad. Pero la ocasión no deja nunca de ser hija del azar. Nadie puede asegurar que la ocasión, incluso la que se aprovecha, proporcione la felicidad eterna. A veces, la ocasión impone una amarga limitación al arte del fingimiento.
Adam Soboczinsky, El arte de no decir la verdad.